Ciudad

La enciclopedia de ciencias y tecnologías en Argentina

Una ciudad es siempre una concentración de edificios donde viven y trabajan personas, pero no toda agrupación de hogares y lugares de trabajo es una ciudad. La categorización de un asentamiento de población como localidad, paraje, pueblo o ciudad —en Argentina no se usan términos como aldea o villorio— depende críticamente de los rasgos que se elijan como determinantes. Estos criterios pueden ser físicos (la cantidad de habitantes), jurídicos (la autonomía política que otorga la existencia de una municipalidad), religiosos (tener iglesia) o funcionales (autonomía o peculiaridad cultural, tecnológica o de otro tipo). Los criterios no han sido, además fijos en el tiempo y debe analizarse su evolución, desde los asentamientos de los pueblos originarios (algunos de los cuales tenían miles de edificios), los planificados asentamientos de los conquistadores (a los que las Leyes de Indias imponían rigurosos requisitos para ser ciudad) hasta las espontáneas agrupaciones humanas generadas por las encrucijadas y postas de caminos y las estaciones ferroviarias. Todas las variantes deben ser analizadas para la buena comprensión del término ciudad en su contexto espacial y temporal, pero la funcional es la crucial para esta enciclopedia, ya que históricamente y a escala planetaria, el concepto es inseparable del de civilización, la cultura de las ciudades. Desde este punto de vista la ciudad es el lugar donde se relacionan los pobladores con el territorio para poder hacer de modo eficiente tareas que exceden la cobertura de las necesidades esenciales de alimentación, abrigo e integridad personal (véase el artículo necesidades básicas).


Origen de las ciudades

Los estudios arqueológicos hechos en el valle del Nilo, en la medialuna fértil comprendida entre los ríos Tigris y Éufrates, en el valle del Indo, en México - Tenochtitlan y los valles andinos del imperio incaico (Cuzco, Cajamarca...) muestran un rasgo común a todas esas culturas tan diferentes: la mayoritaria base agrícola de sus ciudades. En particular, todos esos grupos humanos lograron la domesticación (cultivo y selección artificial) de los cereales que fueron la base principal de su alimentación: el trigo y la cebada en los dos primeros, el arroz en el tercero y el maíz en los dos últimos. Según Childe, cuando surgieron esos cultivos y se produjeron los primeros grandes asentamientos concentrados de población en Eurasia, el número de personas aumentó a una tasa muy superior a la de todos los períodos precedentes, indicando el aumento de su prosperidad.

En tierras fértiles bien irrigadas, como las antedichas, la producción de cereales puede alimentar a muchas más personas que las necesarias para llevarla a buen término. Además, a diferencia de las carnes, los cereales se pueden almacenar fácilmente durante tiempos prolongados usando métodos relativamente simples que no alteran su sabor original. Se generaron así excedentes de alimentos —tarea casi imposible para los grupos sólo cazadores, pescadores o/y recolectores de animales y plantas salvajes— lo que habilitó la realización de tres actividades que serían cruciales desde el punto de vista tecnológico:

  • que algunas personas tuvieran tiempo disponible para hacer actividades diferentes de la mera satisfacción de sus necesidades esenciales;
  • que se pudieran obtener por trueque materias primas y productos de grupos humanos de otros lugares;
  • que migraran artesanos (saberes) a grandes distancias de sus lugares de origen.

Surgieron así la especialización laboral (que aumentó la calidad y cantidad de productos disponibles), el intercambio comercial (que aumentó su variead para los más ricos) y la difusión de tecnologías de todo tipo (que facilitó y mejoró la realización de tareas esenciales o suntuarias). Esto disparó una serie de cambios culturales, entre los que se destacan el surgimiento de nuevas formas de organización social y de legitimación del poder y de los saberes. La inicialmente libre especialización laboral devino en división social del trabajo cuando surgió la necesidad de proveer organización política, protección armada de las riquezas que se estaban creando, y asignación equilibrada de recursos (insumos y mano de obra) para cubrir las necesidades esenciales de las poblaciones y los deseos suntuarios de los poderosos. Las sedes casi excluyentes de estos procesos fueron las ciudades. Al mismo tiempo, las actividades agropecuarias se fueron alejando cada vez más de las ciudades, estableciendo alrededor de ellas poblaciones dispersas subordinadas, mayoritariamente para la provisión de cereales y ganado, pero también de soldados para los ejércitos defensivos y conquistadores.

Este breve e incompleto resumen (léase el libro de Childe para más detalles) muestra que la ciudad es sólo parte de una estructura más amplia, el sistema urbano, con los siguientes elementos y relaciones:

  • La desagregación de un territorio en dos grandes sectores: uno poco poblado y apropiado para cubrir las necesidades esenciales de alimentos y otros insumos (el campo); otro de alta concentración de personas y puestos de trabajo (la ciudad).
  • La vinculación fluida entre ambos sectores mediante vías de comunicación entre las personas y de transporte de personas y cargas.

En el campo las personas pueden cubrir sus necesidades esenciales sólo si tienen terrenos donde cultivar plantas, criar animales, obtener agua potable y abrigarse de las inclemencias del tiempo, y los útiles, destrezas y saberes indispensables para la ejecución de las tareas requeridas. En la ciudad las personas pueden satisfacer sus necesidades esenciales sólo si tienen un puesto de trabajo acorde a sus destrezas y saberes, con salario suficiente para comprar su cobertura.

Según numerosos historiadores, la Biblia (en particular el Éxodo) es un relato cuyo contexto es la transición de la vida nómade a la sedentaria del pueblo judío. Sería así la única fuente escrita, con las limitaciones de la imaginación de sus redactores, del proceso de surgimiento de las primeras ciudades de la costa oriental del mar Mediterráneo. La lectura completa de la Biblia en clave tecnológica es una tarea que no parece haber sido hecha todavía y que podría aportar valiosos indicios (difícilmente certezas) sobre el tema.

Fuentes

  • Childe, Vere Gordon Los orígenes de la civilización Edit. Fondo de Cultura Económica México 1971 (5ª reimpresión) Childe OC; pp. 85‑218. Se da un breve resumen del contenido del libro en el artículo Los orígenes de la civilización.
  • Diamond, Jared; Guns, germs, and steel: the fates of human societies; Norton & Company; Londres - Nueva York; 1997; ISBN 9780393317558 (Diamond GGS); pp. 104‑113. Diamond no analiza en este libro el surgimiento de las ciudades, sino algunos factores condicionantes del surgimiento de la agricultura.

Véase también

Fundación de ciudades por los conquistadores

Ciudades y caminos

Ciudades y ferrocarriles