Gas natural comprimido en Argentina

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El gas natural comprimido (GNC) es gas natural (mayoritariamente metano) que se almacena en cilindros de acero sin costura a alta presión (200 bar) para ser usado como combustible de vehículos automotores, usualmente duales (nafta-GNC o gasoil-GNC). El organismo estatal que regula la distribución e instalación de dispositivos de GNC es el ENARGAS. Junto con Pakistán, Argentina es uno de los países del mundo con mayor cantidad de vehículos alimentados con GNC.


Evolución

El GNC se usa en Argentina desde el 21 de diciembre de 1984, cuando Gas del Estado autorizó la operación de las 2 primeras estaciones de expendio en la Ciudad de Buenos Aires. Este número aumentó gradualmente hasta unas 1.900 en agosto de 2012. En el año 2002 había en Argentina unos 800.000 vehículos que funcionaban con GNC. En diciembre de 2011 —según datos del ente regulador, Enargas— había 1.510.839 unidades, un 70% más. Los mayores usuarios de GNC eran los taxis y los pequeños transportistas urbanos. La razón es que el costo por kilómetro recorrido del GNC era del orden de ¼ del de la nafta, lo que para el año 2010 significó para sus usuarios un ahorro de unos $ 8.044 millones respecto de la operación con nafta súper.

Según cámaras del sector, en el país había en 2010 unas 110 empresas del rubro, 1.885 estaciones de expendio de GNC y 1.071 talleres de conversión, que empleaban un total aproximado de 30.000 personas. Se estimaba en ese momento que las inversiones directas del sector sumaban unos USD 2.909 millones, incluyendo talleres de conversión, instalaciones de expendio e industrias. Los números fueron dados a conocer durante el lanzamiento del Congreso Internacional de GNC y Combustibles Gaseosos y la V ExpoGNC 2011.[1]

En agosto de 2012 el PEN resolvió multiplicar por 4 el valor mayorista del GNC, que pasó de $ 0,15 a $ 0,60[2]. Esto seguramente disuadirá su uso en vehículos —que abarcaba entre el 6 y el 8% del mercado. La medida se tomó en el contexto de grave falta de gas para usuarios domiciliares e industriales, con importaciones de gas licuado a altísimo costo. El problema debió preverse y darse aviso ya que el costo del equipamiento de vehículos para funcionar a GNC era muy alto, especialmente debido al costo de los tanques presurizados que debían cumplir requisitos muy estrictos. Por razones de seguridad, los vehículos operados a GNC deben someterse a controles periódicos de sus dispositivos y estar claramente identificados como tales. Aunque se considera uno de los combustibles menos contaminantes y más seguros, muchos talleres mecánicos consideran que el GNC acelera el desgaste del motor y pocas fábricas argentinas venden sus automóviles equipados en origen para este uso.

Según la AGN, el ENARGAS no controla bien la calidad técnica y la seguridad con que se usa el gas natural comprimido (GNC) en automotores. Los equipos usados, en particular los tanques de almacenamiento, deben someterse a verificaciones periódicas que no siempre se cumplen, como detectó la AGN. Los auditores atribuyen el problema a un sistema informático deficiente que dificulta el bloqueo o la anulación de las obleas de control vencidas, no impide operaciones en vehículos repatentados ni el uso de equipos previamente asignados a otros vehículos, lo que equivale a la habilitación de negocios delictivos. Estas falencias ya habían sido señaladas por auditorías anteriores pero las recomendaciones para subsanarlas no fueron llevadas a cabo por ENARGAS.

La AGN señaló también que el Enargas no reglamentó el seguro de responsabilidad civil exigible a las estaciones de carga del GNC, como lo había recomendado previamente.

Según la AGN, el ENARGAS no controla bien la calidad técnica y la seguridad con que se usa el gas natural comprimido (GNC) en automotores. Los equipos usados, en particular los tanques de almacenamiento, deben someterse a verificaciones periódicas que no siempre se cumplen, como detectó la AGN. Los auditores atribuyen el problema a un sistema informático deficiente que dificulta el bloqueo o la anulación de las obleas de control vencidas, no impide operaciones en vehículos repatentados ni el uso de equipos previamente asignados a otros vehículos, lo que equivale a la habilitación de negocios delictivos. Estas falencias ya habían sido señaladas por auditorías anteriores pero las recomendaciones para subsanarlas no fueron llevadas a cabo por ENARGAS.

La AGN señaló también que el Enargas no reglamentó el seguro de responsabilidad civil exigible a las estaciones de carga del GNC, como lo había recomendado previamente.

Según la AGN[3], el ENARGAS no controla bien la calidad técnica y la seguridad con que se usa el gas natural comprimido (GNC) en automotores. Los equipos usados, en particular los tanques de almacenamiento, deben someterse a verificaciones periódicas que no siempre se cumplen, como detectó la AGN. Los auditores atribuyen el problema a un sistema informático deficiente que dificulta el bloqueo o la anulación de las obleas de control vencidas, no impide operaciones en vehículos repatentados ni el uso de equipos previamente asignados a otros vehículos, lo que equivale a la habilitación de negocios delictivos. Estas falencias ya habían sido señaladas por auditorías anteriores pero las recomendaciones para subsanarlas no fueron llevadas a cabo por ENARGAS. La AGN señaló también que el Enargas no reglamentó el seguro de responsabilidad civil exigible a las estaciones de carga del GNC, como lo había recomendado previamente.

Fabricantes de equipos, talleres de montaje y estaciones de carga

Deben ser aprobados por el ENARGAS, que provee la siguiente lista:

Fuentes generales