José Gabriel Condorcanqui Noguera

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Retrato de Túpac Amaru II (autor anónimo).

José Gabriel Condorcanqui Noguera, quien se autodenominara Túpac Amaru II, usualmente conocido como Túpac Amaru a secas a pesar o tal vez porque éste es el nombre del último soberano inca hecho ejecutar por el virrey Francisco de Toledo.

José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, nació el 19 de marzo de 1738, en el pueblo de Surimana, distrito de Tungasuca, Provincia de Canas, en el Departamento de Cusco. Era el segundo hijo de Miguel Condorcanqui y de Rosa Noguera, descendiente por línea materna de Túpac Amaru I, el último soberano inca, de quien adoptó el nombre. Estudió con los jesuitas en Cusco y fue nombrado cacique de las regiones de Tungasuca, Pampamarca y Suramaná. Los elevados impuestos y los nuevos repartimientos realizados a la llegada del virrey Agustín de Jáuregui provocaron que Condorcanqui encabezara en 1780 una insurrección de indios y mestizos, una de las sublevaciones más importantes de la época colonial. Se proclamó Inca y cambió su nombre por el de Tupac Amaru, asesinando al corregidor de Tinta, Antonio Arriaga y derrotando a las tropas españolas en Sangarara. Su siguiente paso será cercar Cusco pero será derrotado por Gabriel de Avilés en 1781, gracias a los refuerzos enviados desde Lima y a la ayuda del cacique Pumacahua. Tupac Amaru fue apresado y ajusticiado en Cusco el 17 de mayo de 1781 tras la ejecución de su esposa, su hijo, su cuñado y la cacica de Acos. Fue condenado a morir descuartizado por cuatro caballos que tirasen de cada una de sus extremidades. Como Túpac Amaru II era un hombre excepcionalmente fuerte, fue imposible matarlo de esa manera por lo que ordenaron su decapitación. Su cuerpo fue descuartizado, su cabeza fue colocada en una lanza exhibida en Cusco y Tinta, sus brazos en Tungasuca y Carabaya, y sus piernas en Livitaca y Santa Rosa. El movimiento independentista en el Alto Perú continuará durante dos años más gracias a los hermanos Catari. La sublevación de Tupac Amaru, aunque fue sofocada, sirvió para que los ministros del rey Carlos III modificaran los abusivos impuestos sobre los indígenas -como la mita- y suprimieran los repartimientos.


Fuentes