Políticas nacionales argentinas de ciencia y tecnología

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Las políticas nacionales argentinas de ciencia y tecnología son las establecidas por los gobiernos de las diversas épocas, sea a través de la legislación o de las políticas llevadas a cabo en la práctica.


Época colonial

Comparativamente con Inglaterra, Francia, Holanda e Italia, la corona española promovió poco las ciencias y las tecnologías en su propio territorio hasta la segunda mitad del siglo XVIII. En sus colonias americanas, en cambio, aunque alentaron universidades como la de Córdoba, fomentaron allí los estudios teológicos y legales pero desalentaron la modernización tecnológica que podía hacer competir sus producciones con las de la península (la extracción del oro y la plata, ausentes en la península ibérica, fue la excepción). Muy diferente fue el caso de los jesuitas (creadores de la Universidad de Córdoba) que en sus misiones y estancias promovieron el estudio científico de la realidad americana y la incorporación de las mejores tecnologías para aumentar la eficiencia de sus producciones. Este exitoso proceso terminó con su expulsión por la corona española en 1767.

1950-1969

CNEA Desde su creación en 1958 (durante la dictadura del general Pedro Eugenio Aramburu) hasta 1969 el CONICET fue el único organismo nacional de ciencia y tecnología, mayoritariamente centrado en las ciencias.

1969-1996

En 1969 (durante la dictadura de la "Revolución Argentina") se creó el primer organismo específico del área, una Secretaría de Ciencia y Técnica dependiente de la Presidencia de la Nación.

Por Decreto 1273/96 se creó, en el ámbito de la Jefatura de Gabinete de Ministros, el Gabinete Científico Tecnológico (GACTEC). Luego, por Decreto 1274/96, el GACTEC pasó a depender de la Secretaría de Ciencia y Tecnología, en cuya jurisdicción continuó a través de las diversas reestructuraciones ministeriales. El GACTEC define las prioridades del Plan Nacional Plurianual de Ciencia y Tecnología, el monto a solicitar en la Finalidad Ciencia y Tecnología del Presupuesto Nacional, su reparto entre los diferentes organismos y la participación del sector en el Plan Nacional de Obras Públicas.

1997-2001

En 1997 se crea, en el ámbito de la entonces Secretaría de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Cultura y Educación, el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología (COFECYT), organismo coordinador de las acciones de CyT de las provincias argentinas y la ciudad autónoma de Buenos Aires.

2001-2003

En septiembre de 2001 la Ley 25.467 creó el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, fijando las responsabilidades del Estado, la estructura del sistema y las pautas para su financiamiento y evaluación, ratificando al GACTEC. Un documento del año 2002 señala la crítica situación en que se encontraban las organizaciones científicas y tecnológicas del país luego de la crisis económico-institucional de diciembre de 2001 que condujo a la renuncia del presidente Fernando de la Rúa.

2003-2007

A partir de la asunción del presidente 2003-2007 Néstor Kirchner, se dio por primera vez máximo nivel al área como Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. En el año 2004 se crea, como apoyo al Consejo Federal de Ciencia y Tecnología, el Programa Nacional de Federalización de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (PROFECYT). La planificación actualmente vigente es la aprobada durante la presidencia de Néstor Kirchner cuando era Secretario de Ciencia y Técnica el ingeniero Tulio Abel Del Bono: el Plan Estratégico Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación "Bicentenario" 2006-2010 (PEB). Este plan, incluyendo las bases que se habían elaborado previamente, tiene 278 páginas de difícil evaluación por la poca especificidad de sus planteos. El documento formula ambiciosos desafíos con la importancia de muchos de los cuales coincido, aunque no siempre con su orden de prioridad. El problema principal es la insuficiente formulación de los medios necesarios para alcanzar las metas planteadas y de los indicadores elegidos para medir el grado de éxito. Por ejemplo, se plantea el desafío (¿meta?) de acceder a una sociedad y a una economía basadas en el conocimiento (p. 11 del PEB) para alcanzar lo cual se pone como objetivo estratégico (¿medio?) el aumento de la base científica y la capacidad tecnológica. Los indicadores elegidos son el porcentaje del PBI invertido en CyT y la cantidad de investigadores, indicadores con grandes limitaciones. La dinámica industria de maquinaria agrícola sólo se menciona por sus requerimientos informáticos, y no hay ninguna referencia al mayor problema sanitario del país, la endémica enfermedad de Chagas – Mazza. El PEB no da ninguna pauta para la evaluación de su impacto social, o de la mejora de la eficiencia de las organizaciones estatales de CyT.

2007-2010

En diciembre de 2007, al asumir la presidente Cristina Fernández, se dio al sector estatus independiente como Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. El hecho de que sea hoy un ministerio separado del de Educación sugiere que no se considera que esta última tenga mucho que ver con la ciencia y la tecnología, un grave error. El monto asignado en el presupuesto 2009 a la Finalidad Servicios Sociales – Ciencia y Técnica es de 4.363 millones de pesos sobre un total de 233.818 (el 1,9%). Por Decreto 257/2009 del Poder Ejecutivo Nacional se encomendó al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva la reglamentación e implementación del Sistema de Información de Ciencia y Tecnología Argentino (SICyTAR) creado por Decreto 443/2004 y se lo faculta a establecer un Sistema de Evaluación Permanente del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (SECTeIP).

Véase también