El mero rebalse de actividades científicas desorientadas no genera tecnologías socialmente valiosas, sólo multiplica [[información]] irrelevante y de difícil o imposible acceso. La multiplicación de la producción con ayuda de los científicos y tecnólogos, como hoy promueve activamente la [[Ley de Vinculación Tecnológica]], aunque bien orientada hacia [[pyme]]s (las mayores proveedoras de fuentes de trabajo) no es suficiente si es indiscriminada. El derrame de la riqueza concentrada de un escaso y decreciente número de ricos no resuelve los problemas vitales de los más pobres, sólo genera escarbadores de sus deshechos, [[cartoneros]].
No es que falten temas de investigación sobre problemas nacionales todavía no bien conocidos o resueltos, como la enfermedad de Chagas - Mazza. Para confirmarlo basta ver algunos de los excelentes programas del [[Canal Encuentro]] (lamentablemente excluido del futuro ente estatal de radio y televisión), hojear los más de 500 estudios científicos de la revista [[Ciencia Hoy]] y las más de 700 páginas del trabajo [[Debilidades y desafíos tecnológicos del sector productivo]]. Hay abundantes soluciones tecnológicas, muchas veces muy antiguas y simples, para la adecuada satisfacción de las necesidades vitales de los más pobres: [[alimento]], [[vestimenta]], [[vivienda]], [[salud]]. Ni siquiera es válida la histórica excusa de que escasean los fondos, ya que hoy muchos quedan sin usar por falta de suficientes proyectos bien encarados y con actores idóneos. Lo que falta son obras estatales de [[infraestructura tecnológica]] como [[caminos]], [[electricidad]], [[riego artificial]], [[medios de transporte]] baratos y rápidos, [[reciclado]] de metales, inactivación centralizada de materiales peligrosos como las [[pilas]]... Lo que falta es una [[educación]] no sólo comprometida con la mejor comprensión del mundo, sino capaz de brindar destrezas de resolución no [[clientelismo|clientelista]] de los problemas humanos (que el gobierno haga lo que debe, pero yo debo hacer también mi parte); una educación que brinde medios y metas a desorientados adolescentes que no saben cómo insertarse constructivamente en una sociedad que las raras veces que les da [[capacitación]] no les da un [[trabajo]] en donde les valga. Lo que falta son tecnologías que den trabajo en los lugares donde más se necesitan, en los rincones rurales de todo el interior del país de modo de revertir la [[migración]] hacia los aceleradamente crecientes bolsones de indigencia y marginalidad de los cinturones urbanos. Lo que falta son científicos y tecnólogos con compromiso social y con amor a la justicia, a los sucios, a los andrajosos y a los enfermos, capaces de arremangarse e ir a trabajar adonde más se los necesita, no adónde se gana más (véase el artículo sobre [[René Gerónimo Favaloro]]).
Sin embargo —como reiteradamente ha mostrado la historia— ninguna elite, por bien intencionada e ilustrada que sea, puede por sí sola construir una sociedad democrática que satisfaga con justicia las [[necesidades básicas|necesidades esenciales]] de todos. Ésto sólo podrá lograrse mediante enérgicas demandas de mayorías que comprendan que los métodos clientelistas nunca satisfarán bien sus necesidades; que se necesita la racionalidad y la eficacia que sólo pueden dar bien ciencias y tecnologías con orientación popular. Es decir, se necesita la racionalidad que sólo puede generar una buena educación implementada por políticos honestos con visión de futuro. Es un círculo vicioso ya que los malos políticos se benefician con el aumento de la ignorancia y la generalización de la indiferencia; el desafío es actuar para transformarlo en un círculo virtuoso.
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