Arsénico en Argentina

La enciclopedia de ciencias y tecnologías en Argentina

Revisión del 22:28 30 may 2014 de Csoliverez (discusión | contribuciones)
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)

Probable distribución de arsénico
en las napas de agua.

El arsénico en Argentina representa un importante riesgo para la salud al cual no se presta atención suficiente. Los problemas de salud resultantes del hidroarsenicismo crónico regional endémico (HARCE), resultado de la ingestión prolongada de agua con contenido elevado de arsénico, afectan a unas 4 millones de personas. Las enfermedades resultantes incluyen lesiones de la piel (hiperqueratosis) y aumento de la incidencia de cáncer de vejiga y pulmón. Se estima que la máxima concentración tolerable de arsénico en el agua es de unos 10 µg por litro (valor establecido por el Código Alimentario Argentino), pero algunos estudiosos recomiendan bajarla a 1. El problema se presenta en todos los lugares donde no hay plantas apropiadas de potabilización del agua de consumo domiciliario.


Historia

La relación entre el consumo de agua con alto contenido de arsénico y problemas de salud fue establecido en Bell Ville (pcia. de Córdoba) a comienzos del siglo XX. La causa de la patología, inicialmente conocida como enfermedad de Belle Ville, fue identificada en 1913 por el médico M. Goyenechea e informado en el Nº7 de la Revista Médica de Rosario en 1917 (p. 485). Ese mismo años A. Ayerza —quien los bautizó como arsenicismo crónico regional endémico— describió los problemas de la piel que generaba, keratodermia y melanodermia combinadas, en sucesivos artículos publicados en el Boletín de la Academia de Medicina (2-3, 1917, pp. 11‑24; 2-3,1917, pp. 41‑55; 1-24, 1918). En 1951 Tello introdujo el nombre más específico de HACRE (hidroarsenicismo en vez de arsenicismo), que vincula la patología con su origen en el agua de consumo humano.

Situación actual

El origen más generalizado del arsénico son materiales geológicos ricos en este elemento y las actividades volcánicas. La contaminación natural se da en casi todas las provincias argentinas con ambientes áridos y semiáridos. También la hay en algunas con clima húmedo debido a la presencia de rocas ricas en arseniatos, que son disueltos por el agua subterránea y distribuidos por otras regiones.

Según Domínguez Carmona:

El agua de una gran parte de Argentina, supera los 50 µg de arsénico por litro y el agua de muchos pozos contiene más de 450 µg/litro. En la provincia de Córdoba, una de las más afectadas, el 82% del agua freática de una zona de 10.000 km² superaba los 50 µg/litro, y el agua de la tercera parte de esa provincia de 170.000 km² (2 millones de habitantes en 1963), en zona templada con clima seco continental básicamente agrícola, contenía mucho arsénico, llevado por las escorrentías de minas y de fundiciones próximas. En la meseta de la Pampa del Chaco, en el centro de Argentina, de unos 106 km²,unas 133 ciudades de varias provincias, entre ellas Buenos Aires, La Pampa,Chaco, Salta, San Luis, Córdoba, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán, beben aguas freáticas que contienen hasta 1.200 mg/litro de arsénico. procedente de depósitos cuaternarios de loess (principalmente cieno), intercaladas con cenizas volcánicas riolíticas o dacíticas procedentes de las cenizas volcánicas resultantes de la formación de los Andes. El 11% de los 2.200.000 habitantes de la provincia de Santa Fe beben agua con más de 50 µg/litro de arsénico. Goyenechea, en 1913, describió esta situación y la producción de epiteliomas y preepiteliomas debido al agua de bebida. En Córdoba, eran frecuentes los cánceres, especialmente el espinocelular de manos y pies y era típica una queratitispalmo-plantar, a los 2-3 años de beber el agua contaminada.

El problema con el arsénico no se limita al agua usada para beber, sino también a la de riego, cuyo efecto sobre los cultivos todavía no ha sido bien estudiado. El Instituto de Investigaciones en Biociencias Agrícolas y Ambientales (INBA) (Facultad de Agronomía, Universidad de Buenos Aires) estudia la dinámica del arsénico en el suelo y su efecto sobre cultivos, en especial la soja, y en distintas formas de aumentar la resistencia de las plantas a este elemento tóxico.[1]

Fuentes