Conquista de América

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La Conquista de América es el proceso por el cual el reino de Castilla, luego devenido en reino de España, tomó posesión de la mayoría de los territorios americanos a partir del año 1492. La ocupación y colonización por los españoles fue acompañada del proceso de subyugación (por ellos llamada pacificación) de los pueblos originarios del continente y de su expulsión de las tierras de mayor valor para los primeros. En este artículo se discuten algunos aspectos tecnológicos del proceso, acompañados de los necesarios marcos cultural y político en que tuvieron lugar.


Cultura de los conquistadores

Véase el artículo España en tiempos de la conquista de América.

El "descubrimiento"

Véase el artículo Día de la Raza.

Tecnologías de la conquista

Véase el artículo Tecnologías que hicieron posible la conquista de América.

Catástrofe demográfica

El escritor sueco Sven Lindqvist, en el libro Exterminad a todos los brutos, señala al respecto:

Cuando los europeos marcharon hacia el este, como cruzados en los siglos XII y XIII, encontraron pueblos que les eran superiores en cultura, en astucia, diplomacia, conocimientos técnicos y por sobre todo, experiencia con las epidemias. Miles de cruzados murieron entonces por la inferioridad de su "cultura bacteriológica". Cuando los europeos marcharon hacia el oeste, en el siglo XV, ellos mismos eran portadores de las bacterias superiores. Los pueblos murieron, en todas partes a donde los europeos llegaron. En 1492 llegó Colón a América. La extensión de la llamada "catástrofe demográfica" que le sucedió es juzgada diversamente por los distintos investigadores. Lo que es seguro es que no tiene parangón en la historia del mundo. Según la opinión vigente actualmente, había en América, a la llegada de Colón, más o menos tantos habitantes como los que había en Europa, algo más de 70.000.000. Durante los siguientes trescientos años la población del mundo creció un 250%. Europa creció aún más rápidamente: entre 400 y 500%. La población americana original, por el contrario, mermó entre el 90 y el 95%.
Más rápida y de mayor dimensión fue la catástrofe demográfica en las zonas más pobladas de América Latina que primero entraron en contacto con los europeos: las islas de las Indias Occidentales, México, América Central y la región andina. Solamente en México puede haber habido unos 25 millones de habitantes cuando los europeos llegaron en 1519. Cincuenta años más tarde la cifra había descendido a 2,7 millones. Otros cincuenta años después había todavía 1,5 millones de indios. Más del noventa por ciento de la población originaria había sido exterminada en 100 años.
La gran mayoría de esos hombres no murieron en batallas. Murieron, pacíficamente, de enfermedades, hambre y condiciones de trabajo inhumanas. La organización social de los indígenas había sido destruida por los conquistadores blancos y, en la nueva sociedad, era utilizable tan sólo una pequeña fracción de ellos. Los nativos eran de "baja calidad como fuerza de trabajo" para los blancos. Había muchos más nativos de los que la pequeña cifra de blancos podía explotar con los métodos existentes. La causa directa de la muerte era, frecuentemente, una enfermedad, pero la razón de fondo era que los nativos eran demasiado numerosos para que tuviesen algún valor económico en el marco de la sociedad de los conquistadores.
¿Era justificable el continuar la conquista que tenía tan fatales consecuencias? Esta pregunta fue el gran tema de discusión entre los intelectuales españoles del siglo XVI. Alcanzó tal dimensión que Carlos V, el 16 de abril de 1550, prohibió extender la conquista a la espera de un debate sobre su justificación, una disposición que no tiene equivalente en los anales de la expansión occidental, como escribe Magnus Mömer. El debate tuvo lugar en Valladolid, en agosto de 1550, entre un jurado de destacados juristas que no pudieron ponerse de acuerdo en sentencia alguna.
¡De qué hubiese servido! Ninguna sentencia en el mundo hubiese logrado que los españoles hiciesen lo que ellos consideraban era un trabajo para los indios. Ninguna sentencia hubiese logrado impedir que tratasen a los indios como seres inferiores, que con violencia debían someterse a sus señores naturales. El que los indios, por causas desconocidas, se muriesen, era lamentable, pero claramente inevitable.

El biólogo Jared Diamond analiza con fundamentos científicos el aspecto de las enfermedas en su libro Guns, germs and steel.

Fuentes

  • Diamons, Jared; Guns, germs and steel: the fates of human societies; Edit. W. W. Norton & Co.; New York — London; 1997; ISBN 9780393317558. Hay traducción castellana.
  • Lindqvist, Sven; Exterminad a todos los brutos; Oficina de Publicaciones del Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires; ISBN 9789502903439 .

Fuentes generales

  • Luna, Félix; Historia integral de la Argentina, tomo I; Edit. Planeta Argentina; Ciudad de Buenos Aires; 1994; ISBN 9789507465868.