Raúl Federico Prébisch

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Raúl Prébisch durante el lanzamiento de la UNCTAD en 1964.

Raúl Federico Prébisch, más conocido como Raúl Prebisch (forma en que escribía su nombre, sin tilde), fue un economista argentino de renombre internacional por sus trabajos sobre la economía del desarrollo y el deterioro de los términos del intercambio en los países latinoamericanos, donde introdujo los conceptos de centro, periferia y globalización (aunque no usando esta palabra). Fue el segundo Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), a la que dio sus ideas fundantes. Fue el primer Secretario General de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), a través de la cual contribuyó al esfuerzo de las Naciones Unidas por crear un orden social internacional más justo. Sus trabajos en Argentina, tema al que está dedicado este artículo, incluyen el fuerte impulso a la industrialización por sustitución de importaciones, en la década de 1930, y la creación del Banco Central de la República Argentina, del que fue el primer Director General. Prébisch fue, no caben dudas, el más destacado economista argentino del siglo XX. Sin embargo, fue atacado por la izquierda y por la derecha: el gobierno estadounidense lo consideraba filocomunista; los argentinos, un "vendido" al imperialismo yanqui. Tecnócrata confeso, aunque preocupado por los más pobres, trabajó indistintamente para dictaduras militares y gobiernos democráticos latinoamericanos (incluyendo el de Salvador Allende, de quien fue amigo personal). Paradójico, como buen argentino, merece un estudio objetivo de sus logros y fracasos, estudio que el país todavía no le ha brindado.


1930-1935: políticas económicas

El 6 de septiembre de 1930 el general José Félix Uriburu encabezó el golpe militar que derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen. Al día siguiente, y a propuesta de directivos del Banco de la Nación Argentina, el nuevo y anciano Ministro de Hacienda Enrique Simón Pérez, ofreció personalmente a Prébisch, que tenía entonces 29 años, el cargo de Subsecretario de Finanzas del autodenominado Gobierno Provisional. Se enfrentó allí con el caos administrativo que reinaba en el ministerio, donde inició un programa de modernización con la colaboración de su amigo Max Alemann. Pérez, respetuoso del fair play, renunció al ministerio cuando Uriburu anuló las elecciones de abril de 1931 en la Provincia de Buenos Aires porque el radicalismo las había ganado por amplio margen. El nuevo ministro, Enrique Uriburu, convenció a Prébisch de seguir trabajando con él.

Cuando el gobierno conservador de Gran Bretaña abandonó el patrón oro y impuso medidas proteccionistas, Prébisch convenció al ministro de la necesidad de establecer medidas de control del intercambio comercial para controlar el flujo de divisas y facilitar el pago de los vencimientos de la deuda externa. Propuso y organizó una comisión de control de las importaciones y exportaciones que fijaba diariamente el valor de las divisas, racionaba las importaciones y compras no esenciales, controlaba los envíos al exterior de utilidades de las compañías y de fondos por los inmigrantes y verificaba el dinero introducido y sacado del país por los turistas.

1935-1948: el Banco Central

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) fue creado por Decreto PEN Nº 61127/35.

El artículo 20 del decreto de creación del BCRA establecía: Solicítase del Banco de la Nación Argentina el traspaso de la Oficina de Investigaciones Económicas, con sus libros, registros y demás documentos, Biblioteca y Revista Económica, al Banco Central de la República Argentina. En cumplimiento de lo dispuesto el Banco de la Nación Argentina transfirió su biblioteca económico-financiera, originada en la antigua colección del Banco Nacional. Este es el origen de la actual Biblioteca "Dr. Raúl Prebisch" del Banco Central (http://www.bcra.gov.ar/: Institucional / Bibliotecas BCRA / Biblioteca Prebisch).

1948-1955: la CEPAL

Prébisch en La Habana, en 1949.

La CEPAL fue establecida por la Resolución 106 (VI) del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas del 25 de febrero de 1948 y comenzó a funcionar ese mismo año. En su Resolución 1984/67, del 27 de julio de 1984, el Consejo decidió que la Comisión pasara a llamarse Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Economic Commission for Latin America o ECLA, en inglés). Tiene dos sedes subregionales, una para la subregión de América Central, ubicada en México DF, y la otra para la subregión del Caribe, situada en Puerto España (Trinidad y Tobago), que se establecieron en junio de 1951 y en diciembre de 1966, respectivamente. Tiene además oficinas nacionales en Buenos Aires, Brasilia (Brasil), Montevideo (Uruguay) y Bogotá (Colombia), así como una oficina de enlace en Washington DC (EEUU).

Prébisch fue su primer Secretario Ejecutivo, el organizador del organismo y el que convocó a los después destacados economistas que trabajaron en ella, como Aldo Ferrer. La CEPAL fue creada en el contexto de la Guerra Fría entre EEUU y la URSS, momento en que fue minimizado el rol de todos los países periféricos. Por ello, los principales objetivos perseguidos por Prébisch durante su gestión fueron hacer visibles los problemas económicos de América Latina y dar a la región influencia en la fijación de políticas económicas que ayudaran a revertir su situación de subdesarrollo económico y tecnológico. La condición necesaria para ésto era que el organismo tuviera el prestigio necesario para ser respetado en la comunidad internacional, y ése fue su principal éxito.

Durante la primera década de su existencia la principal contribución teórica de la CEPAL fueron los conceptos introducidos por Prébisch de la asimetría centro-periferia y la necesidad de la industrialización. La manifestación principal de esta asimetría fue el hasta entonces indefectible proceso de deterioro de los términos de intercambio: la disminución de la demanda (y, por ende, de los precios) de las materias primas producidas en los países periféricos y el auge de la demanda (con el consiguiente aumento de precios) de los productos industriales de los países centrales, especialmente EEUU. El resultante déficit de la balanza de pagos fue una traba casi insalvable para los países latinoamericanos, que sufrieron procesos crónicos de inflación y vieron gravemente trabado su crecimiento económico. Una de las tareas de la CEPAL fue hacer tomar conciencia a la comunidad de economistas que en tales circunstancias los supuestos beneficios del libre mercado eran en realidad perjuicios. El énfasis puesto en la vulnerabilidad del comercio exterior, la escasez crónica de divisas y la falta de ahorro interno e inversiones externas pusieron de manifiesto la importancia de los procesos de actualización tecnológica y de industrialización de los países latinoamericanos. Surgió así el modelo de industrialización por sustitución de importaciones.

También fueron cruciales los análisis estructuralistas (Noyola Vásquez 1957 y Sunkel 1958) que propusieron como causa principal de la inflación al déficit de la balanza de pagos y al subdesarrollo tecnológico, en vez de la expansión de la base monetaria asumida sin excepciones por los economistas ortodoxos. La vulnerabilidad de los exportaciones latinoamericanas fue otro de los aspectos clave bajo intenso análisis que condujo a la conformación de alianzas entre países, primero los centroamericanos, luego los de toda la región. La posterior conformación de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (CNUCYD), también liderada por Prébisch, terminó de conformar un mecanismo de regulación de los mercados internacionales de commodities y de establecimiento de sistemas preferenciales de acceso de los productos de los países periféricos a los mercados centrales.

1950: Deterioro de los términos de intercambio

Varios economista señalaron el fenómeno del deterioro de los términos de intercambio de los paises poco industrializados. El primero en analizarlo con métodos estadísticos fue el economista alemán, exiliado y nacionalizado en el Reino Unido, Hans Singer. En un trabajo hecho para la Subcomisión de Desarrollo Económico de la Organización de las Naciones Unidas, Post-war relations between under-developed and industrialized countries, Singer mostró que durante el medio siglo previo al comienzo de la Segunda Guerra Mundial los precios relativos de las materias primas o commodities habían disminuido constantemente respecto de los de las manufacturas. Singer señaló también, lo que le valió duras críticas de los economistas ortodoxos, el dilema ético que planteaba esta creciente trasferencia de recursos de los países más pobres hacia los más ricos.

Prébisch se había hecho cargo como Secretario Ejecutivo de la CEPAL después que el organismo tuviera su primera sesión, la constitutiva de 1948. La segunda, en la que se ponía en juego su continuidad, se llevó a cabo en La Habana (Cuba) del 26 de mayo al 4 de junio de 1950. Prébisch usó el trabajo de Singer para elaborar el informe allí presentado, Economic Survey of Latin America, más conocido como Manifiesto de La Habana. Las 50 páginas del Manifiesto identificaron claramente un importante factor del subdesarrollo latinoamericano: su subordinación a las reglas del mercado establecidas por las grandes potencias, los países más industrializados. Centrado en las variaciones de precios de las exportaciones e importaciones y su efecto en la balanza de pagos, causó conmoción en los círculos económicos académicos y dio notoriedad al concepto de deterioro de los términos de intercambio. Este concepto —que actualmente se denomina Tesis (o Hipótesis o Teoría) de Prébisch‑Singer— no era una teoría, hipótesis o conjetura sino un hecho verificable por cualquiera con acceso a la entonces escasa información sobre el comercio exterior latinoamericano, un proceso que había durado más de medio siglo y que se prolongaría todavía por otros tantos años más.

Algunos economistas denominan Tesis de Prébisch-Singer a la hipótesis de que los términos del intercambio tienden siempre a disminuir la rentabilidad de las exportaciones primarias con respecto a las importaciones industriales, afirmación que a comienzos del siglo XXI es notoriamente falsa. No fue esa la formulación hecha por Prébisch y por Singer. Este último, en The Terms of Trade Fifty Years Later - Convergence and Divergence señala que el concepto ya forma parte de las políticas económicas bien establecidas:[1]

One indication of this is that the Prebisch-Singer Thesis (PST) is now incorporated, both implicitly and explicitly, in the advice given by the Bretton Woods Institutions to developing countries. They are warned to be prudent even when export prices are temporarily favourable and to guard against currency overvaluation and Dutch Disease, with all the unfavourable impact on the rest of the economy and all the dangers of macroeconomic instability which a sudden boom in a major export sector could imply. They are warned to remember that the outlook for commodity prices is not favourable and that windfalls will tend to be temporary, with the subsequent relapse likely to be greater than the temporary windfall. This is exactly the warning which the PST would give.
Un indicio de ésto es que la Tesis de Prébisch-Singer (TPS) está ahora incorporada, explícita e implícitamente, en las recomendaciones hechas a los países en desarrollo por los Acuerdos de Bretton Woods. Se les advierte que deben ser prudentes aún cuando los precios de sus exportaciones sean temporariamente favorables. Que deben tomar recaudos contra la sobrevaluación de sus monedas, el Mal Holandés, el impacto negativo sobre el resto de las actividades económicas y los peligros de inestabilidad macroeconómica provocados por el auge súbito de un sector productivo importante. Se les advierte que deben tener en cuenta que la prospectiva a largo plazo de los precios de las commodities no es favorable, que "los vientos de cola" no durarán para siempre y que los vientos en contra serán más prolongados que aquellos. Éste es el aviso que la TSP puede dar. (Traducción de C. E. Solivérez.)

Fuentes

1955-1956: Plan Prébisch

La dictadura militar de la Revolución Libertadora requirió a Prebisch la elaboración de un diagnóstico y recomendaciones sobre la economía argentina. El Plan Prébisch, como fue denominado por la prensa, generó un rechazo generalizado de los industriales, los partidos políticos y el estudiantado universitario de la época. Entre las recomendaciones se contaban:

  • Restablecer la iniciativa privada como fuerza impulsora de la economía argentina.
  • Liberar el tipo de cambio.
  • Intensificar la estrategia sustitutiva de importaciones en las industrias siderúrgica, metalmecánica y de química básica.
  • Mantener el control estatal de YPF y los ferrocarriles.
  • Privatizar empresas estatales ineficientes como las del grupo DINIE y Aerolíneas Argentinas.

Véase el artículo Plan Prébisch por la cronología y los detalles de su elaboración y contenido.

Fuentes

  • BCRA; Memoria Anual. Año 1955; Buenos Aires; 1956; p. LIX.
  • Dosman, Edgar J.; The life and times of Raul Prebisch, 1901-1986; McGill - Queen's University Press; Canadá; 2008: ISBN 9780773534124; pp. 297‑320.
  • Belini, Claudio & Rougier, Marcelo; El Estado empresario en la industria argentina: conformación y crisis; Edit. Manantial; Ciudad de Buenos Aires; 2008; ISBN 9789875001220 (Belini&Rougier EEIA); pp.104 105.

UNCTAD

En 1964, en la Primera Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (United Nations Conference for Trade and Development, UNCTAD) Prebisch esbozó un esquema de preferencias arancelarias que permitiera a los países del Tercer Mundo competir en condiciones menos desfavorables. Esta propuesta se haría efectiva posteriormente con el nombre de Sistema General de Preferencias (SGP)[2].

1983-1985: la deuda externa argentina

Cuando Raúl Alfonsín ganó la presidencia de Argentina en octubre de 1983, la tasa anual de inflación rondaba el 400%, la deuda externa sumaba USD 46.000 millones y la actividad económica (y, en consecuencia, los puestos de trabajo) venía disminuyendo un promedio del 4% anual desde 1980. Las tasas de interés de la deuda externa y los créditos internos eran muy altas, los precios de las exportaciones argentinas (casi exclusivamente commodities de escaso valor agregado) eran muy bajos, había una acelerada fuga de capitales hacia plazas más seguras, el déficit fiscal era grande y el ingreso medio per cápita era inferior al de 1970. Una de las primeras acciones de Alfonsin fue pedir el asesoramiento de Prébisch en la elaboración de un plan económico de emergencia, compromiso que éste aceptó gustosamente.

Cuando Alfonsín asumió la presidencia en diciembre de ese año, Prébisch, que tenía entonces 82 años, fue designado (a su propio pedido) asesor presidencial ad honorem, con rango de Secretario de Estado. Sus funciones incluían el trabajo con los ministros de Economía Bernardo Grinspun, de Finanzas Juan Sourrouille, de Relaciones Exteriores Dante Caputo y con el presidente del Banco Central Enrique García Vázquez (véase http://www.bcra.gov.ar/ Institucional / Organización / Autoridades). Se instaló en oficinas del Banco Central y el 19 de enero de 1984 presentó a Alfonsín el documento Lineamientos de un programa, donde caracterizaba a la situación económica nacional como peor que la resultante de la Gran Depresión de 1929. La condición previa de la recuperación económica, planteaba, era la reducción rápida de la inflación, para lo que proponía una fuerte reducción del déficit fiscal. Como los salarios eran un porcentaje elevado del presupuesto nacional, el ajuste requería posponer los aumentos salariales en un proceso que Prébisch calificó de sacrificio con equidad. El control de la inflación, que siempre afecta más a los sectores de menores ingresos, permitiría frenar la escalada de precios y la disminución del costo de los créditos bancarios.

La propuesta de Prébisch dividió al gabinete económico, con García Vázquez a favor de las propuestas y Grinspun en contra, opinión esta última que prevaleció. La estrategia del presidente Alfonsín fue mitigar la pobreza con pequeños aumentos salariales y medidas de emergencia como el Plan Alimentario Nacional (PAN), a la vez que evitar confrontaciones extremas con la CGT y los militares mientras se fortalecía la todavía frágil democracia. Se desperdició así la oportunidad histórica de tomar medidas de fondo —las propuestas por Prébisch u otras— en el momento en que la popularidad del gobierno era más alta, medidas que después sería imposible implementar. Como era su costumbre, Prébisch expresó públicamente su desacuerdo, granjeándose la antipatía de todo el gabinete nacional. Las medidas tomadas resultaron insuficientes y la inflación siguió aumentando, llegando al 713% en diciembre de 1984. Con un breve respiro durante el Plan Austral de Sourrouille, culminó en la hiperinflación que forzó la entrega anticipada del poder por Alfonsín.

Raúl Prébisch con el presidente Raúl Alfonsín, en 1984.

Tras su fracaso en orientar la política económica interna, Alfonsín puso a Prébisch a cargo de la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde Grinspun no había tenido éxito. Viajó a Washington como representante directo del presidente y usó sus amistades, influencia y prestigio para obtener un acuerdo preliminar que era extremadamente favorable para la época. Las negociaciones con el Tesoro de EEUU, México, Brasil, Colombia y Venezuela planteaban la reapertura de las líneas de crédito del FMI a Argentina y el alargamiento, mucho más allá de lo usual, de los plazos de pago de los USD 46.000 millones adeudados. Además, hecho extraordinario, el borrador de acuerdo incluía una cláusula de supeditación de los pagos a la previa cobertura de las necesidades de importación de productos esenciales por Argentina.

Cuando los términos del acuerdo preliminar fueron anunciados conjuntamente por Alfonsín y Prébisch, se repitió el escándalo del Plan de 1955‑1956. El 16 de mayo de 1984 Prébisch concurrió con Grinspun a una reunión de comisiones del Senado Nacional para explicar la propuesta, reunión que duró 11 horas. Durante la misma el senador nacional por Catamarca, Vicente Saadi (que luego se haría famoso por la invocación de las "nubes" de Úbeda durante el debate con Caputo por la cuestión de límites con Chile), acusó a Prébisch de servir a los intereses del colonialismo y la explotación. La edición del 20 de mayo del diario Clarín lo acusó de ser un economista ortodoxo y la Universidad de Tucumán retiró su ofrecimiento de otorgarle un doctorado honoris causa. Cuando Sourrouille reemplazó a Grinspun como ministro de Economía, Prébisch también vio bloqueada su intervención en las negociaciones de la deuda externa.

Su único éxito de este período —el final de su larga actuación, ya que murió en su casa de las afueras de Santiago de Chile poco después, el 19 de abril de 1986— fueron las negociaciones internacionales que culminaron con el Consenso de Cartagena. Su trabajo codo a codo con Caputo permitió que los principales países latinoamericanos —Argentina, Brasil, México y Colombia— expresaran en mayo de 1984 su postura de que la deuda externa era un problema tan económico como político y que su resolución era un problema conjunto de los países deudores y acreedores. Cuando los restantes países latinoamericanos y del Caribe respaldaron esta postura, se sentaron las bases de la negociación colectiva que dio origen al Plan Baker de octubre de 1985, intento de resolución de las mayores deudas nacionales del Tercer Mundo.

Fuentes

  • Dosman, Edgar J.; The life and times of Raul Prebisch, 1901-1986; McGill - Queen's University Press; Canadá; 2008: ISBN 9780773534124; pp. 473‑497.

Fuentes generales