Radiación ultravioleta

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La radiación ultravioleta o radiación UV —un rango de frecuencias de la radiación electromagnética— constituye entre el 5 y el 10% de radiación solar que llega a la superficie terrestre. Su intensidad varía según la hora del día, la estación del año, la latitud, la altura y las partículas que hay en suspensión en la atmósfera. Un exceso de radiación UV puede ser un serio riesgo para la salud, especialmente en las playas y la alta montaña, siendo su efecto en las personas acumulativo a lo largo del tiempo por dañar de modo irreversible celúlas de la piel. Aunque el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) proporciona diariamente los índices de radiación UV, la mayoría de los argentinos no les presta atención, no usando los filtros solares recomendados.


El espectro electromagnético, salvo las señales de TV que estarían a la izquierda de las de radio. De arriba a abajo se muestran: la penetración a través de la atmósfera;
la longitud de onda en m; ejemplos comparativos de longitudes de onda; la frecuencia en Hz; la temperatura de cuerpo negro para la que es máxima la emisión en cada frecuencia.

Rasgos de la radiación UV

Índices de radiación UV en el territorio argentino el 10 de diciembre de 2011.

Es una radiación invisible para el ojo humano, que en el arco iris es inmediatamente contigua al color violeta, origen de su nombre.

En el sol se genera por las altas temperaturas, pero hay muchos artefactos también capaces de producirla: arcos voltaicos de soldaduras eléctricas; lámparas que funcionan por el principio de descargas eléctricas en gases, como las fluorescentes, de sodio y de vapor de mercurio; dispositivos semiconductores, como los utilizados en lámparas usadas en odontología; lámparas solares... En las comunes lámparas fluorescentes la mayor parte de la radiación UV (pero no toda) es absorbida en los fósforos de coloración blanca que recubren el tubo de descarga y convertida en luz visible.

No es una radiación ionizante, ya que no destruye los átomos y moléculas ni les arranca electrones, como la proveniente de la radiactividad. Es, sin embargo, más energética que la luz visible y en dosis suficientes (intensidades altas o tiempo prolongados) puede acelerar reacciones químicas, matar microorganismos y dañar células. El segundo caso conduce al uso germicida de las radiaciones UV; el tercero, a los problemas de piel que se discuten más adelante.

La mayor parte de la radiación UV proveniente del sol es absorbida en la denominada capa de ozono, región de la atmósfera comprendida entre 10 y 50 km sobre la superficie terrestre donde el ozono (O3) es más abundante. En el resto de la atmósfera es absorbida por fenómenos físicos menos eficientes, como la dispersión de Rayleigh. En la década de 1980 se comprobó que ciertos compuestos de uso industrial, los compuestos clorofurocarbonados (de uso generalizado en aerosoles y refrigerantes de heladeras), eran capaces de combinarse con el ozono disminuyendo significativamente su concentración sobre la Antártida. Este fenómeno, denominado el agujero de ozono, llevó a la prohibición internacional del uso de estos compuestos por el Protocolo de Montreal. Aunque Argentina es firmante del tratado, era uno de los países donde se hacía escaso uso de estos compuestos de alto costo: los aerosoles argentinos, por ejemplo, han estado tradicionalmente propulsados por gas natural.

Mediciones de radiación ultravioleta en Argentina

El SMN actualiza 2 veces por día los índices de radiación UV que mide en todo el país.

Fuentes