Tribunal del Protomedicato de Buenos Aires

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El Tribunal del Protomedicato de Buenos Aires era un organismo de la corona española encargado de promover, autorizar y vigilar el ejercicio de la medicina en el virreinato del Río de La Plata. Inició sus funciones el 17 de agosto de 1780, siendo virrey Juan José de Vértiz y Salcedo, y se las dio por terminadas el 11 de febrero de 1822 por decreto del gobernador Martín Rodríguez y su ministro Bernardino Rivadavia.


Inauguración del Tribunal del Protomedicato de Buenos Aires, 17 de agosto de 1780. Óleo de Antonio González Moreno
en el aula magna de la Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires. En el centro el médico Miguel Gorman expone ante el virrey Juan José de Vértiz y Salcedo.


Historia

Hasta 1779 los únicos dos protomedicatos en las colonias españolas de América eran los de México y Perú. Las cuestiones vinculadas con el ejercicio de la Medicina y la defensa de la sanidad pública en el virreinato del Río de la Plata dependían del Protomedicato de Lima, que tenía una delegación en Buenos Aires a cargo de un teniente de Protomédico. La gran extensión de la jurisdicción hizo imposible que la delegación pudiera ejercer una vigilancia sanitaria eficaz. Las graves deficiencias en los servicios hospitalarios encontradas por el virrey Juan José de Vértiz y Salcedo lo impulsaron a crear el Tribunal del Protomedicato de Buenos Aires. Al combate del ejercicio ilegal de la medicina el organismo sumó actividades docentes. El organismo inició sus actividades el 17 de agosto de 1780, en una solemne ceremonia realizada en una dependencia del ex Colegio de los Jesuitas.

Recién 19 años después el rey Carlos IV creó definitivamente el organismo, con jurisdicción y autoridad sobre todas las provincias del virreinato y con independencia de los demás protomedicatos. Por Real Orden del 19 de julio de 1798 se designño al médico y al cirujano, dejándo al Virrey la facultad de nombrar al asesor, al escribano y al alguacil. El 18 de febrero de 1799 un bando del virrey Antonio Olaguer Feliú publicó la Real Orden del 19 de julio de 1798 y el Auto del 21 de enero de 1799, comunicando la creación oficial de la institución, ratificando el nombrando de Miguel O´Gorman como catedrático de medicina y designando a José M. Carvallo como asesor, a José Rocha como escribano y a Miguel Mansilla como alguacil.

Hacia 1810, la medicina comenzó a tener cada vez más injerencia en las instituciones militares, por lo que el Protomedicato fue cediendo competencias al Instituto Médico Militar. El 11 de febrero de 1822, un decreto del gobierno de Martín Rodríguez y de su ministro, Bernardino Rivadavia, suprimió este organismo, que fue reemplazado por un Instituto Médico. Al mismo tiempo fue creado el Departamento de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. En el artículo 3º del decreto de supresión se establecía que el Protomedicato haría entrega al prefecto del Departamento de Medicina de un inventario de todos sus útiles, papeles y demás pertenencias. La única excepción fueron unos pocos documentos que ingresaron al Archivo General de la Provincia de Buenos Aires.

Protomédicos

El primer protomédico del organismo fue el médico irlandés Miguel Gorman (quien castellanizó su apellido original O'Gorman) que había estudiado en París y Reims y llegado al Río de la Plata en 1776 y ejerció sus funciones entre 1780 y 1802. Gorman fue sucedido en 1802 por Cosme Mariano Argerich (1756-1820), criollo hijo de un médico catalán, que además fue secretario del Protomedicato.

Organización y funciones

El Tribunal del Protomedicato de Buenos Aires era un cuerpo colegiado que tenía a su cargo la vigilancia del ejercicio del arte de curar, el control de la higiene y de la sanidad de la ciudad y de sus habitantes, y la formación de profesionales. Sus funciones comprendían desde asuntos de orden social, jurídico y administrativo hasta cuestiones de salud pública y enseñanza de la medicina.

En su rol de policía sanitaria, inspeccionaba el estado de salud de los tripulantes y pasajeros de los barcos que llegaban o partían de Buenos Aires, extendiendo las constancias oficiales reglamentarias. Su médico era perito en la venta de esclavos, asesoraba en temas referidos a la salud de los presos enfermos, fiscalizaba las importaciones y la tenencia de medicinas e intervenía en las denuncias contra los profesionales autorizados por faltas cometidas en el ejercicio de su profesión. Además, supervisaba las pruebas de competencia que debían rendir quienes aspiraban a ejercer las diferentes ramas de la salud: médicos, cirujanos, licenciados, boticarios y sangradores. En este sentido, O´Gorman no tardaría en peticionar a las autoridades la fundación de una escuela de medicina. De modo que unos años después de su creación, el Protomedicato de Buenos Aires incorporó, entre sus atribuciones, la formación de médicos y cirujanos. Durante el año 1800, Gorman, junto a los médicos Cosme Argerich y José Capdevila, desarrolló el plan curricular de estudios. Surgió así la Escuela de Medicina del Tribunal del Protomedicato de Buenos Aires. Cosme Argerich fue designado catedrático de Medicina y Agustín Fabre catedrático de Cirugía, Anatomía y Partos.

En el ámbito administrativo, el Protomedicato acordaba las licencias por enfermedad a los empleados, militares y marinos e informaba sobre los problemas médicos que se vinculaban con el personal eclesiástico, administrativo, militar y naval. Con respecto a la sanidad militar, aprobaba los gastos médicos de las tropas y la prescripción de los fármacos e informaba acerca del estado de salud en los casos de baja de este personal.

Si bien los hospitales no dependían directamente del Protomedicato, este organismo ejercía jurisdicción sobre la gestión hospitalaria, interviniendo en la mejora de la organización interna y de las condiciones higiénicas, mediante el suministro de camas, medicamentos, instrumental y ropas; fiscalizando el funcionamiento y aconsejando la ubicación de las casas hospitalarias; participando en el control de las epidemias. Por último, y en relación al ejercicio de la medicina, el Protomedicato perseguía y denunciaba los casos de curanderismo; incoaba los procesos contra los falsos médicos, cirujanos y boticarios; castigaba las faltas y excesos cometidos por los facultativos, exigía la presentación de los títulos habilitantes y comprobaba la capacidad de sus poseedores sometiéndolos al examen reglamentario; visitaba periódicamente las farmacias para comprobar la calidad y el estado de los medicamentos, las condiciones de instalación, la forma de preparación de las recetas y los títulos profesionales, aplicando las medidas disciplinarias en los casos de infracción; controlaba los títulos profesionales; aconsejaba el destino que le correspondía a cada profesional, gestionando los traslados o permutas y regulando los honorarios; fijaba los aranceles para exámenes y visitas de boticas, imponía multas, administraba y distribuía los fondos percibidos en tal concepto entre sus miembros o los aplicaba a la finalidad que mejor le parecía; proveía asesoría médico-legal a la justicia; y, finalmente, determinaba la competencia o no de los aspirantes a desempeñarse como boticarios o como cirujanos.

Fuentes