Uso de le y les

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Las reglas de uso de le y les, casos acusativo y dativo de los pronombres complementarios de tercera persona del singular y del plural, son —según el gramático chileno Andrés Bello— uno de los problemas más difíciles de la lengua castellana, ya que frecuentemente provocan la duda si corresponde su uso o el de la, lo o las, los según el género y el número. Se discuten aquí las recomendaciones de los gramáticos, no siempre respetadas por hablantes y escritores.


Algunos ejemplos

Algunos gramáticos (Bello p. 276) dan la regla simple de que le representa a las personas o los entes personificados, mientras que la o lo representa a las cosas, y de modo análogo para el caso plural. Se dan a continuación algunos ejemplos ilustrativos. Los dos primeros ejemplos satisfacen la presunta regla, mientras que los dos últimos la violan, por lo que es inválida.

  • el perro comió la carne → el perro la comió (la carnela)
  • el acomodador dio el primer asiento a la señora → el acomodador le dio el primer asiento (a la señorale)
  • el entrenador quitó la correa al león → el entrenador le quitó la correa (al leónle)
  • el maestro aplazó a Juan → el maestro lo aplazó (a Juanlo)

Pareciera que la diferencia estriba en la presencia de la preposición a, pero a veces ésta corresponde al caso dativo y otras al acusativo (este último es el caso de se obsequió a las señoras se las obsequió). Además, véanse los dos ejemplos siguientes:

  • el espectáculo concitó gran interés en los espectadores → el espectáculo les concitó gran interés (en los espectadoresles)
  • para triunfar debemos poner gran empeño en la tarea → para triunfar debemos ponerle gran empeño (en la tareale)
  • Pedro supone que Juan tiene otras intenciones → Pedro le supone otras intenciones (que Juan tienele)

Por lo tanto, la regla de la preposición a tampoco es válida.

Hay casos vacilantes, donde la Academia de la Lengua Española admite el uso alternativo de le y les o de la, lo y las, los. Por ejemplo (Gili y Gaya, p. 233):

  • busco a Juan y no lo encuentro ↔ busco a Juan y no le encuentro,

pero no se admite para el caso femenino, donde es incorrecto decir

  • busco a Juana y no le encuentro.

Dejando de lado usos tradicionales propios de diferentes países y regiones, la recomendación general de la Academia de la Lengua Española se da en la sección siguiente.

Recomendación de la Academia de la Lengua Española

La recomendación es el uso de la, lo y las, los en representación del complemento directo u objeto directo y de le y les en la del complemento indirecto u objeto indirecto. Esto requiere la clara diferenciación entre ambos, tarea no siempre sencilla. El objeto directo es el que experimenta de modo directo, sin intermediarios, la acción del verbo, mientras que el objeto indirecto es una especificación del objeto directo. Lacau y Rosetti dan una regla simple para diferenciar entre los dos tipos de objeto: pasar la oración a la voz pasiva. Entonces el objeto directo pasa a ser el sujeto de la oración pasiva precediendo al verbo, mientras que el indirecto no cambia su posición en la oración. Se reanalizan a continuación los ejemplos antes dados para verificar el método.

  • el perro comió la carnela carne fue comida por el perro (la carne = objeto directo → la)
  • el acomodador dio el primer asiento a la señora → el primer asiento fue dado por el acomodador a la señora (a la señora = objeto indirecto → le)
  • el entrenador quitó la correa al león → la correa fue quitada por el entrenador al león (al león = objeto indirecto → le)
  • el maestro aplazó a Juan → Juan fue aplazado por el maestro (a Juan = objeto directo → lo)
  • el espectáculo concitó gran interés en los espectadores → gran interés es concitado por el espectáculo en los espectadores (en los espectadores = objeto indirecto → les)
  • para triunfar debemos poner gran empeño en la tarea → gran empeño debe ser puesto para triunfar en la tarea (en la tarea = objeto indirecto → le)

El último caso, Pedro supone que Juan tiene otras intenciones, más complejo por tratarse de una oración subordinada que reemplaza a un sustantivo, se analiza al final de la sección siguiente.

El objeto indirecto va frecuentemente precedido por la preposición a (Di Tullio p. 107 afirma erróneamente que siempre) o para, pero no es regla general. Como se vio antes, a (o para) también puede preceder al objeto directo.

Otros ejemplos de complemento indirecto

La voz pasiva no siempre es fácil de construir, ni todos los verbos la admiten, por lo que en esos casos es imprescindible diferenciar el objeto indirecto sin su ayuda. Se dan a continuación algunos ejemplos ilustrativos con sugerencias que pueden ayudar en la tarea.

  • el lugar era familiar para ellos (familiar = objeto directo) → el lugar les era familiar
  • Juan dio plata a los mendigos (plata = objeto directo) → Juan les dio plata
  • la fractura impidió que Pedro caminara (la fractura impidió el caminar de Pedro) → la fractura le impidió caminar
  • el primer premio correspondió al de anteojos (primer premio = objeto directo) → el primer premio le correspondió
  • faltó fuerza al deportista (fuerza = objeto directo)→ le faltó fuerza
  • Pedro se quedó con el vicio del cigarrillo (el vicio del cigarrillo es adquirido/mantenido por Pedro)→ le quedó el vicio del cigarrillo
  • su sueldo no permite a Juan alquilar (alquilar = objeto directo)→ su sueldo no le permite alquilar
  • Pedro supone que Juan tiene otras intenciones (Pedro supone el tener otras intenciones en Juan) → Pedro le supone otras intenciones.

Le y les reiterativos

A veces se usan le y les para reiterar o enfatizar el objeto indirecto sin reemplazarlo. En este caso se usan de la misma manera que cuando lo reemplazan. Por ejemplo:

  • el acomodador les dio el primer asiento a las señoras
  • el entrenador le quitó la correa al león
  • Pedro le supone otras intenciones a Juan
  • el lugar les era familiar a los participantes
  • Juan le dio plata al mendigo
  • les faltó fuerza a los deportistas
  • a Pedro se le quedó el vicio del cigarrillo
  • su sueldo no le permite a Juan alquilar
  • El impuesto a la ganancias les pisa la cabeza a los trabajadores

Fuentes

  • Bello, Andrés; Gramática de la lengua castellana; Editorial EDAF; Madrid (España); 1984; p. 270.
  • Di Tullio, Ángela; Manual de gramática del español: desarrollos teóricos, ejercicios, soluciones; edit. Edicial; ;ISBN 7995050628690; pp. 107‑109. Aquí se discute sólo el caso del dativo.
  • Gili Gaya, Samuel; Curso superior de sintaxis española; edit. Bibliograf; Barcelona (España); 1979 (12ª edición); pp. 231‑235.
  • Lacau & Rosetti ; Nuevo Castellano I; Editorial Kapelusz; Ciudad de Buenos Aires; 1980; ISBN 9501320677, pp. 37‑38
  • Real Academia Española; Diccionario Panhispánico de Dudas; Pronombres personales átonos y Leísmo.