Banco Central de la República Argentina

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El Banco Central de la República Argentina (BCRA) es una entidad autárquica del Estado Nacional, cuya misión primaria y fundamental es preservar el valor de la moneda.


Historia

Fachada del Banco Central de la República Argentina.

Este primer organismo totalmente estatal de regulación del sistema monetario y financiero fue creado en el contexto de la reforma económica de 1935. Sobre la base del informe hecho en 1933 por una misión dirigida por el perito británico Otto Niemeyer, el economista argentino Raúl Prebisch diseñó un Banco Central capaz de establecer una política monetaria y financiera que responda a las auténticas conveniencias nacionales. Se sancionaron para ello seis leyes, las 12.155 a 12.160 y una serie de decretos que fijaron las llamadas operaciones constitutivas que dieron por terminadas las funciones de la Caja de Conversión (que había funcionado con interrupciones desde 1899), del Crédito Público y de la Junta Autónoma de Regulación con fecha del 31 de mayo. Ese mismo día la Caja de Conversión y el Banco de la Nación Argentina transfirieron al flamante organismo los fondos provenientes del justiprecio del oro, por lo que el 31 de mayo se considera la fecha de creación del BCRA, aunque en realidad comenzó a funcionar como tal recién el 6 de junio de 1935.

Raúl Prebisch, luego un economista con prestigio internacional, fue el primer gerente general del BCRA y mantuvo su cargo hasta 1943. Combatió los embates de la recesión de 1938 y la de 1939 causada por el estallido de la Segunda Guerra Mundial con las nuevas ideas keynesianas. Bajo su conducción se encaró por primera el cálculo del ingreso nacional anual y se inició un programa de capacitación de técnicos en la Universidad de Harvard.

Después de la guerra comenzó un período de violentos cambios estructurales que se prolongó hasta la década del noventa, en el que hubo años en que se sucedieron cuatro presidentes de la Nación, y otros dos con seis ministros de Economía. Estas turbulencias se reflejaron en las presidencias del Banco Central, cuya duración promedio es de 1 año. El listado completo de presidentes puede consultarse en el artículo correspondiente de Wikipedia.

Fuentes

Braessas, Homero & Naughton, Alejandra; La Realidad financiera del Banco Central; Buenos Aires; 1997.

Régimen legal de funcionamiento

El BCRA se rige por la Carta Orgánica aprobada por la Ley Nacional N° 24144 con reformas introducidas por la Ley Nacional N° 25780.

Según la Ley Nacional N° 24144:

ARTICULO 3º — Es misión primaria y fundamental del Banco Central de la República Argentina preservar el valor de la moneda. Las atribuciones del Banco para estos efectos, serán la regulación de la cantidad de dinero y de crédito en la economía y el dictado de normas en materia monetaria, financiera y cambiaria, conforme a la legislación vigente. El Banco Central de la República Argentina deberá dar a publicidad, antes del inicio de cada ejercicio anual, su programa monetario para el ejercicio siguiente, informando sobre la meta de inflación y la variación total de dinero proyectadas. Con periodicidad trimestral, o cada vez que se prevean desvíos significativos respecto de las metas informadas, deberá hacer público las causas del desvío y la nueva programación. El incumplimiento de esta obligación de informar por parte de los integrantes del directorio del Banco Central de la República Argentina será causal de remoción a los efectos previstos en el artículo 9º. En la formulación y ejecución de la política monetaria y financiera el Banco no estará sujeto a órdenes, indicaciones o instrucciones del Poder Ejecutivo nacional. El Banco no podrá asumir obligaciones de cualquier naturaleza que impliquen condicionar, restringir o delegar sin autorización expresa del Honorable Congreso de la Nación, el ejercicio de sus facultades legales. El Estado nacional garantiza las obligaciones asumidas por el Banco. Salvo expresas disposiciones en contrario establecidas por ley, no serán de aplicación al BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA las normas, cualquiera sea su naturaleza, que con alcance general hayan sido dictadas o se dicten para organismos de la Administración Pública Nacional, de las cuales resulten limitaciones a la capacidad o facultades que le reconoce la presente Carta Orgánica.
ARTICULO 7º — El presidente, el vicepresidente y los directores serán designados por el Poder Ejecutivo Nacional con acuerdo del Senado de la Nación; durarán seis (6) años en sus funciones pudiendo ser designados nuevamente. El Poder Ejecutivo Nacional podrá realizar nombramientos en comisión durante el tiempo que insuma el otorgamiento del acuerdo del Senado de la Nación.
ARTICULO 9º — Los integrantes del directorio podrán ser removidos de sus cargos, por el Poder Ejecutivo nacional, por incumplimiento de las disposiciones contenidas en la presente Carta Orgánica o por incurrir en alguna de las inhabilidades previstas en el artículo anterior. La remoción de los miembros del directorio será decretada por el Poder Ejecutivo nacional cuando mediare mala conducta o incumplimiento de los deberes de funcionario público, debiéndose contar para ello con el previo consejo de una comisión del Honorable Congreso de la Nación. La misma será presidida por el presidente de la Cámara de Senadores e integrada por los presidente de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Economía de la misma y por los presidente de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Finanzas de la Cámara de Diputados de la Nación.

Encaje bancario

El encaje bancario es la porción de los depósitos de sus clientes que los bancos comerciales no pueden prestar. Ese dinero debe depositarse en una cuenta corriente que cada banco tiene en el BCRA, por el que recibe un interés. La proporción de los depósitos que se inmoviliza varía según se trate de colocaciones en caja de ahorros, cuenta corriente o a plazos. A su vez los encajes pueden sufrir modificaciones en el tiempo. A fines de octubre de 2008, el encaje legal para depósitos a la vista (cuentas corrientes y cajas de ahorro), era del 19%. Es decir,por cada $100 recibidos en depósitos a la vista los bancos comerciales debían depositar $19 en el Banco Central y podían prestar $81 al público. En la tabla siguiente se da la evolución de los encajes entre de diciembre de 2005 y octubre de 2008 (Banco Central Educa. Programa de Alfabetización Económica y Financiera. Guía para el Docente, p. 64).


ENCAJES POR DEPÓSITOS EN $
Depósitos a la vista Dic 2005 Dic 2006 Dic 2007 Oct 2008
Depósitos a la vista 15 19 19 19
Depósitos hasta 29 días 14 14 14 14
de 30 a 59 días 11 11 11 11
de 60 a 89 días 7 7 7 7
de 90 a 179 días 2 2 2 2
de 180 a 365 días 1 0 0 0
más de 365 días 0 0 0 0

Dinero circulante

El dinero circulante o circulante a secas, es el monto total de los billetes moneda nacional de curso legal que circulan en los circuitos económicos nacionales (la abrumadora mayoría) o internacionales (el peso argentino tiene ínfima circulación en otros países). Para regular la cantidad de circulante (o liquidez de la economía) —y al mismo tiempo la tasa de interés de los préstamos bancarios— el BCRA usa en la actutalidad mayoritamente los valores llamados LEBAC (Letras del Banco Central) y NOBAC (Notas del Banco Central). Cuando quiere expandir la cantidad de dinero de la economía, recompra en el mercado secundario las LEBAC y NOBAC que emitió anteriormente. Los inversores entregan al BCRA los títulos que tienen en su poder y el Banco Central les paga por ellos su precio de mercado. Con esta compra el Banco Central inyecta dinero en la economía, aumentando la cantidad de dinero circulante. Si el BCRA quiere reducir el circulante, vende esos títulos en el mercado secundario y percibe por ellos una suma de dinero que es retirada de la circulación (Dinero, comercio y medios de pago, p. 60).

Base monetaria

El concepto de base monetaria no es universal y depende de la legislación de cada país.

En Argentina la base monetaria está definida por la Ley Nº 23928 de 1991 de Convertibilidad del Austral, que al final de su Art. 3° establece:

La base monetaria en pesos está constituida por la circulación monetaria más los depósitos a la vista de las entidades financieras en el Banco Central de la República Argentina, en cuenta corriente o cuentas especiales.

Es decir, la base monetaria es la suma del dinero circulante más los encajes bancarios.

Reservas

Las reservas son las divisas —usualmente dólares y euros— o activos en moneda extranjera que respaldan el valor de la moneda nacional en circulación. Algunos países, como EEUU, tienen parte de sus reservas en oro. La parte en activos consiste en títulos o bonos de bajo riesgo de los que se trata de obtener alguna tasa de interés, usualmente baja. También forman parte de las reservas los Derechos Especiales de Giro (DEG) que emite el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que los países asociados los usen para cancelar deudas entre sí o con él. Buena parte de las reservas internacionales están depositadas en el BIS, llamado "el Banco Central de los bancos centrales".

Para acumular reservas, el Banco Central emite pesos o letras. Cuando emite letras, “alquila” las reservas a un costo similar al de los préstamos externos, en 2010 el 13% anual. Cuando emite pesos en medio de un proceso de inflación, convalida ese proceso, deteriorando el poder adquisitivo de los pesos ya emitidos. Este costo no lo paga ni el Gobierno ni el Banco Central, sino todos los argentinos, especialmente los más pobres.[1]

Aunque se desconocen los porcentajes exactos, la gran mayoría de las reservas acumuladas por el país en el período comprendido entre 2003 y 2010 parecen haber sido adquiridas mediante emisión de moneda, no con superávit fiscal.

No se puede dar una regla general sobre cuál es el nivel óptimo de reservas, ya que depende de circunstancias como las siguientes:

  • Cantidad de dinero nacional circulante;
  • Cantidad de dinero nacional depositado en cuentas corrientes y/o invertidos en plazos fijos;
  • Cantidad de divisas depositadas en cuentas corrientes y/o plazos fijos (recuérdese "el corralito" del 2001);
  • Magnitud del encaje bancario;
  • Nivel de inflación y su tendencia futura;
  • Costo de oportunidad de alternativas de inversión o de cancelación de deudas (intereses que tienden a la alza o a la baja);
  • Demanda prevista de divisas por los importadores;
  • Ingreso previsto de divisas por los exportadores;
  • Balanza de pagos;
  • Evolución del PBI, es decir, del valor agregado generado por la nación;
  • Reaseguro frente a situaciones internas y externas que pueden generar "corridas cambiarias";
  • Tendencias del ingreso y egreso de capitales, críticos cuando no hay controles sobre ellos como es el caso de Argentina.

Hay discusiones entre los economistas sobre el nivel mínimo que deben tener las reservas. Algunos consideran que es suficiente que por lo menos igualen la cantidad de circulante y de depósitos en moneda nacional, teoría que fue desmentida por "el corralito" de 2001. Otros consideran que hay que agregar también las deudas generadas por los instrumentos financieros, LEBAC y NOBAC, que el Banco Central usa para absorber moneda y regular indirectamente la tasa de interés. En diciembre de 2009 la presidente Cristina Fernández, sin consultar con el Banco Central ni el Congreso Nacional, intentó zanjar esta discusión mediante el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 2010/2009 que crea el Fondo del Bicentenario para el pago de la deuda externa. La Ley Nº 23928 de 1991 de Convertibilidad del Austral, en su versión previa a dicho decreto, establece que:

ARTICULO 4º — Las reservas del BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA en oro y divisas extranjeras serán afectadas a respaldar hasta el CIEN POR CIENTO (100%) de la base monetaria. Cuando las reservas se inviertan en los depósitos, otras operaciones a interés, o a títulos públicos nacionales.
ARTICULO 5º — El BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA deberá reflejar en su balance y estados contables el monto, composición e inversión de las reservas, por un lado, y el monto y composición de la base monetaria, por otro lado. Las reservas que excedan del porcentaje establecido en el artículo 4º, se denominarán reservas de libre disponibilidad.
ARTICULO 6º — Los bienes que integran las reservas mencionadas en el artículo anterior constituyen prenda común de la base monetaria, son inembargables, y pueden aplicarse exclusivamente a los fines previstos en la presente ley. La base monetaria en australes está constituida por la circulación monetaria más los depósitos a la vista de las entidades financieras en el BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA, en cuenta corriente o cuentas especiales.

El DNU agrega al artículo 6° la siguiente cláusula que habilita el uso de las reservas en exceso de la base monetaria, las reservas de libre disponibilidad para el siguiente fin:

Las reservas de libre disponibilidad podrán aplicarse al pago de obligaciones contraídas con organismos financieros internacionales y al pago de servicios de la deuda pública del Estado Nacional.

De haberse convalidado el decreto, el Poder Ejecutivo hubiera tenido la potestad de disponer libremente el uso de esos fondos con la mera emisión de un decreto. La validez de la medida y la forma en que fue realizada fue severamente cuestionada por todos los partidos políticos no oficialistas y apelada ante la justicia. La jueza federal María José Sarmiento otorgó un recurso de amparo suspendiendo la aplicación del DNU, medida que fue apelada por el PEN. El 22 de enero de 2010 la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal ratificó el fallo de la jueza Sarmiento,[2][3]

El 1° de marzo de 2010, ante la imposibilidad de obtener su ratificación por ninguna de las dos cámaras del Congreso, la presidente Fernández derogó el Decreto 2010/2009, emitiendo en su reemplazo otros 2 decretos, uno de pago de deudas con organismos internacionales y el Decreto PEN N° 298/2010 de creación del Fondo del Desendeudamiento Argentino para pago de deuda a acreedores privados por un monto de U$S 4.382 millones. Todavía no se sabe si el nuevo decreto será o no aprobado por el Congreso Nacional. Los argumentos del oficialismo fueron detalladamente avalados por el diario Página 12[4].

Según el economista argentino, investigador de la UBAy subgerente general de Aerolíneas Argentinas Axel Kicillof, el Banco Central no puede ser independiente, no puede serlo aunque quiera. Sus decisiones no están ajenas al empleo, la inversión, el crecimiento y la producción.[5]

Reforma de la Carta Orgánica en 2012

Fuentes

Deudas

El Banco Central es el principal proveedor de divisas pero también de moneda local emitida sin otro respaldo que el balance de la compra-venta de ellas. Durante la gestión de Cristina Fernández el déficit fiscal se financiaba mediante el giro al PEN de adelantos transitorios contra títulos públicos de dudoso cobro. El organismo controlaba la inflación mediante la venta a los bancos privados de títulos propios, los LEBAC, a los que pagaba en 2012 un 15% de interés anual (cuando la inflación estimada era del orden del 25%). En ese año el monto total de los títulos comprados por la banca privada, la deuda del Banco Central con ella, era de $ 106.000 millones y el monto anual de los intereses que debía abonar sumaba USD 3.000 millones. La emisión monetaria hecha alcanzó entonces un valor cercano al 35% del circulante. Las divisas que el Banco Central tenía en Suiza rendían sólo el 0.25% anual. Si se agregan los títulos NOBAC, la deuda total del Banco Central es del orden de USD 22.000 millones, la mitad de su reserva de USD 44.000 millones en el año 2012. Esta reserva, sin embargo, no era totalmente propia, parte correspondía a deudas con bancos centrales de otros países y parte a los encajes en moneda extranjera de los bancos argentinos. Los encajes han venido disminuyendo desde la implantación del "cepo cambiario", en 2011, por la disminución de los depósitos en dólares, que en 2012 eran la mitad de los previos a las restricciones cambiarias, unos USD 9.000 millones.

El PEN ha estado usando las reservas para el pago de vencimientos de la deuda externa, más de USD 2.300 millones en 2013. En pago entrega letras del tesoro, las últimas pagaderas en un plazo de 10 años. En agosto de 2013, incluyendo "adelantos transitorios" para financiar gastos corrientes, el PEN adeudaba al Banco Central el equivalente a USD 68.696 millones—que en su mayoría vencen entre 2016 y 2023— casi dos veces el valor de las reservas en ese momento, USD 35.000 millones. Estas reservas cubrían entonces un poco menos del 60% de los pesos en circulación y sólo un tercio de su activo (reservas más créditos del PEN).[6]

El patrimonio real del Banco Central resulta así ser mucho menor a su tenencia de divisas, lo que disminuye significativamente su capacidad de regular la circulación de dinero. A ésto hay que sumar las emisiones de títulos provinciales, que en 2012 sumaban unos USD 25.000 millones, más los intereses anuales no inferiores al 15%, 30% para los títulos en dólares no pesificados ya que deben absorber la variación anual del tipo de cambio.

Fuentes

Fuentes generales

Algunos escritos que citan este artículo