La moda del bronceado de la piel, resultado de la melanogénesis, es todavía un problema entre los argentinos. El origen de esta moda no es la búsqueda del color en sí mismo sino en la imagen que sugiere de ocio y bienestar, de ''dolce far niente'' (dulce no hacer nada). Durante mucho tiempo se usaron camas solares, camillas dotadas con lámparas ultravioleta, para producir el bronceado aún en personas que no salían de vacaciones o como preparación para ellas. Fueron luego prohibidas en la ciudad de Buenos Aires debido al grave peligro que representaban para la salud (en Argentina son las municipalidad las que tienen la facultad general de supervisar y restringir el comercio de bienes y servicios no regulados por leyes especiales). El efecto más dañino es el cáncer de piel generado por mutaciones de ADN en células de la dermis, localizada en dímeros y producida mayoritariamente por la radiación tipo C. Estas mutaciones, que son acumulativas y progresivamente más graves, producen primero endurecimientos de la piel (queratosis) que generalmente toman color oscuro por concentración de melanina.