La presidencia de '''Arturo Umberto Illia''' (12 de octubre de 1963 ― 28 de junio de 1966) fue uno de los períodos políticos cruciales de la Argentina del siglo XX. Illia (a veces mal pronunciado ''Illía'') era un médico radical (Unión Cívica Radical o UCR) del interior del país, democrático, honesto a carta cabal y político patriarcal, que se negó a capitalizar políticamente los apetitos de las masas y no creía en medidas espectaculares sino en un progreso lento afianzado sobre cimientos firmes. Las medidas de gobierno tomadas durante los 32 meses y medio que duró su gestión afectaron de modo apreciable los intereses económicos de grandes empresas petroleras y de medicamentos, los intereses de poder de los sindicalistas, de los militares argentinos, de Perón en el exilio y de los EEUU en la región. Desde el punto de vista del costo de vida ―factor central para la gran mayoría de los argentinos― mantuvo controlada la inflación y aumentó los puestos de trabajo y el poder adquisitivo de los asalariados, implantó el Salario Mínimo, Vital y Móvil y la Ley de Abastecimiento, impulsó la industria nacional y disminuyó la deuda externa del país. Una intensa campaña de desprestigio, liderada por periodistas como Mariano Grondona y Bernardo Neustadt, creó en la opinión pública la falsa imagen de un presidente lento e inoperante. Carente de una base política capaz de generar grandes movilizaciones populares ―su principal apoyo fue la clase media argentina― una coalición de empresarios, sindicales, y militares, con el apoyo de la Iglesia Católica y de Perón lo destituyó ―sin esfuerzo ni oposición generalizada― el 28 de junio de 1966. El derrocamiento de Illia impuso el modelo de fuerzas armadas abocadas a la tarea de disciplinar la sociedad al servicio de la "civilización occidental y cristiana" (popular frase de la época) y de fortalecer ''la presencia en América latina y en el mundo de una nación con genio y con destino'', según apelaciones de Mariano Grondona a la imperante visión de una Argentina líder de la región. Esto abrió las compuertas de la guerrilla y del terrorismo de estado de la década de 1970.
[[Archivo:Illia Arturo Umberto presidente.jpg|300px|right|thumb|<small><center>'''Arturo Umberto Illia presidente.'''</center></small>]]
Fue un duro crítico de la dictadura del Proceso de Reorganización Militar impuesta en 1976 y de la invasión de Malvinas por el dictador Fortunato Galtieri en 1982. Cuando éste convocó a dirigentes políticos y sindicales para adherir a la aventura militar, se negó a hacerlo. Cuando el papa Juan Pablo II visitó Argentina para abogar por la paz con Gran Bretaña, se entrevistó con él. Ya cercano el retorno a la democracia, en 1982, fue el primero en señalar la importancia de promover una justicia independiente y el juicio a los violadores de los derechos humanos durante la dictadura militar.
Arturo Umberto Illia falleció en la ciudad de Córdoba el 12 18 de octubre enero de 1982, cuando se cumplían exactamente 19 años de su asunción como primer magistrado de la Nación1983. El 12 de octubre de 1983 sus restos fueron depositados en el Panteón a los Caídos en la Revolución de 1890 (Panteón Radical) del Cementerio de la Recoleta de la Ciudad de Buenos Aires, junto a dirigentes de la Unión Cívica Radical como Leandro N. Alem e Hipólito Yrigoyen. El acto fue acompañado de una gran manifestación pública y del homenaje de personalidades como Raúl Ricardo Alfonsín, Ernesto Sábato, [[René Gerónimo Favaloro]] y Antonio Pagés Larraya.
==Distinciones recibidas==
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