[[Archivo:Mamut esbozo.jpg|300px|right|thumb|<center>'''Mamut, reducido a trazos, de una cueva prehistórica francesa.'''</center>]]
Childe ilustra, con un ejemplo, el proceso de selección natural. Antes de las Edades de Hielo había en Europa y Asia varias especies de elefantes, antecesores de los actuales y de piel desnuda como ellos. Al producirse la drástica disminución de temperaturas algunos elefantes desarrollaron por azar un abrigo de pelos que les permitió sobrevivir mejor al rigor del clima. No es que un día un elefante se decidió a tener pelos para estar más abrigado, sino que los que los tenían dejaron más descendencia transformándose en los mamuts que suplantaron finalmente a los elefantes de piel desnuda. La especie humana, en cambio, se adaptó mejor a esos mismos cambios climáticos mediante el uso de innovaciones técnicas que daban en herencia cultural a sus descendientes: una herencia de comportamientos adquiridos que no es genética sino cultural. La ventaja de la segunda forma de adaptación se puso en evidencia cuando la especie de los mamuts se extinguió a fines de las Edades de Hielo porque su adaptación física demasiado lenta no le permitió adaptarse al cambio de los alimentos y el aumento de las temperaturas. La especie humana, en cambiocontraposición, cambió de presas y de ropas tan pronto como fue necesario. Childe enfatiza aquí un principio general descubierto por los estudiosos de los animales fósiles: en un planeta siempre cambiante el exceso de especialización es, a largo plazo, una garantía de extinción.
La gran adaptabilidad de la especie humana a medios cambiantes proviene de su sistema nervioso, en especial de su cerebro. El sistema nervioso y los órganos sensoriales proporcionan a las personas gran cantidad de [[información]] sobre su entorno. El control que el sistema nervioso tiene sobre los músculos usa esa información para actuar de modo rápido ante cualquier peligro o aprovechar en beneficio propio oportunidades favorables de alimentación o de protección. En vez de reacciones instintivas, mínimas y muy generales en nuestra especie, las personas pueden aprender y repetir comportamientos muy variados y mejor adaptados a cada situación, destrezas que mejoran mucho nuestra capacidad de supervivencia y de reproducción. Parte esencial de esta capacidad son las representaciones mentales que se generan y comparten a través del lenguaje, transmitiéndola transmitiéndolas a los congéneres y a la descendencia sin necesidad de experiencias reales que pueden ser de alto costo personal, como el comportamiento ante animales salvajes peligrosos. Esto no excluye la importancia de ciertos rasgos físicos indispensables para que estos comportamientos sean posibles. El carácter bípedo liberó las manos y el pulgar oponible permitió una buena prensión, esencial para fabricar herramientas. La visión binocular de 2 ojos colocados al frente de la cabeza, en vez de ambos lados como en muchos animales, permitió la visión estereoscópica que da precisión a los desplazamientos rápidos y a los movimientos de las manos al permitir un buen cálculo de distancias. La particular conformación de su la laringe habilitó la emisión de una gama de sonidos mucho más amplia que la del resto de los animales, base esencial del lenguaje hablado. La plasticidad del cráneo durante los primeros años de su vida, permite el desarrollo de un cerebro mucho más grande y aumenta aumentó la capacidad de aprendizaje.
La gran importancia que el aprendizaje tiene en las personas prolonga la dependencia de los padres, la infancia, durante un tiempo mucho más largo que en los restantes animales. Esto favorece el comportamiento social, la actuación coordinada, la adquisición del lenguaje y la consecuente incorporación de experiencias ajenas y de complejas herencias culturales. Genera también una apego a la tradición que es el peor enemigo de las innovaciones, pero que no ha evitado continuos descubrimientos e inventos, frecuentemente mediante la mejora de inventos anteriores. El lenguaje también evolucionó hacia formas cada vez más abarcadoras, que Childe denomina ''pensamiento abstracto'' y corresponde a los ''procesos psicológicos superiores'' de [[constructivismo|Vygotsky]]. Señala, por ejemplo, que los [[aborígenes]] australianos tienen palabras diferentes para designar ''canguro macho'', ''canguro hembra'', ''canguro saltando'' y ''canguro joven'', en vez de tener un único sustantivo ''canguro'' calificado por [[rasgo]]s como ''macho'', ''hembra'', ''joven'' y [[estado]]s como ''saltando''. Esta capacidad de abstracción y especificación facilita la invención y permite crear conceptos sin contrapartida real, como el de [[número]], o designar entes invisibles a los sentidos, como la electricidad.
Se discute aquí la cronología de las edades discutidas al final del capítulo precedente, comenzando con el problema de comprensión de lapsos de tiempos tan grandes como los involucrados: 340.000 años para los comienzos de la humanidad. La unidad apropiada de tiempo no es el año, ni siquiera el siglo, sino el milenio (entre 40 y 50 generaciones, según la época). Para comprender mejor la escala Childe da algunos hitos históricos y prehistóricos medidos en esa unidad respecto al presente:
* -&frac12; milenio: Descubrimiento de América por Colón.
* -1 milenio: Reino Reinado de Alfredo en Inglaterra, todavía no invadida por los normandos.
* -2 milenios: Los tiempos de Cicerón, en Roma, cuando las Islas Británicas eran casi desconocidas por los europeos.
* -3 milenios: No existía Roma, Grecia no se había organizado, la escritura existía sólo en Egipto y el Cercano Oriente, pero la ''civilización'' ya había madurado.
* -5,5 milenios: En Warka, la Erech de la Biblia en la Mesopotamia asiática, ya había un gran templo.
* Son muy anteriores (las Edades del Hielo. (En la época de Childe no estaban bien datadas, pero hoy se sabe que hubo un período interglacial entre 390 y 200 milenios atrás, interrumpida por la [http://en.wikipedia.org/wiki/Wolstonian_Stage Glaciación de Riss]. Esta duró hasta 140 milenios atrás, con un nuevo período interglacial hasta 80 milenios atrás, cuando comenzó la [http://en.wikipedia.org/wiki/Last_glacial_period Glaciación de Würm] que se extendió hasta 8 milenios atrás. Hoy vivimos en el período interglacial que empezó entonces.)
Las edades Paleolítica, Neolítica, del Bronce y del Hierro no comenzaron y terminaron al mismo tiempo en todas partes del mundo, pero tuvieron en todas partes un orden similar de sucesión (cuando los europeos iniciaron la conquista de América, en 1492, los aborígenes sudamericanos más desarrollados, los [http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_del_Imperio_inca incas], estaban en la Edad del Bronce). La etapa paleolítica fue muy prolongada en todas partes, y perdura todavía en la región ártica (con los [http://es.wikipedia.org/wiki/Esquimal inuits], en castellano impropiamente llamados esquimales). Los grupos humanos que iniciaron antes la Revolución Neolítica fueron los de Egipto y la Mesopotamia asiática. Cuando el capitán Cook desembarcó en Nueva Zelanda (&mdash;en 1769), sus aborígenes todavía estaban en la Edad Neolítica, cuando Gran Bretaña estaba en los albores de la Revolución Industrial&mdash; sus aborígenes todavía estaban en la Edad Neolítica. Esto no significa que las personas de diferentes partes del mundo que vivían durante el Paleolítico tuvieran las mismas creencias y organización familiar y social, sólo que sus tecnologías (a veces con grandes variantes de diseño, véase [[:ISBN 9788430660070]]) tenían [[eficacia]]s similares.
Childe refuta aquí la generalizada creencia de que un equipamiento tecnológico simple implica una organización social o un sistema de creencias igualmente simple, dando como ejemplo a los arunta de Australia y a los bosquimanos de Sudáfrica. Las etnias más primitivas de la actualidad, aunque su equipamiento sea paleolítico, no son un fiel reflejo de los grupos paleolíticos prehistóricos.
En esa misma época estos homínidos (antepasados directos o parientes cercanos de nuestra especie) ya usaban el fuego, como lo evidencian restos de fogones y huesos quemados. El fuego proporcionó calor y luz durante las frías noche, ahuyentó los animales salvajes, permitió explorar las cavernas donde se refugiaban e hizo comestibles productos que originalmente no lo eran. Fue el primer proceso químico controlado por los humanos y el que lo diferenció de modo revolucionario de otros seres vivos. Inicialmente deben haberse usado los fuegos generados naturalmente, preservandolos y propagándolos. Luego se aprendió a generarlos por percusión o fricción ([[:ISBN 9788430660070]] discute detalladamente las diferentes maneras de hacer fuego), atribuyéndoles a veces carácter sagrado, caso del fuego de Vesta en Roma. Las grandes diferencias de los métodos usados en distintos lugares sugiere que estas técnicas se desarrollaron después de que la especie humana migrara a esos sitios.
Se presume que los seres humanos más antiguos cazaban animalescon animales con trampas, recolectaban frutos silvestres, moluscos y huevos, y extraían raíces y larvas. Se cree que se abrigaban con pieles de animales. Algunos se refugiaban en cavernas, otros probablemente hacían toscas viviendas con ramas (similares a las usadas por los tehuelches de los tiempos de la conquista de América). Todo esto requería gran capaciad de observación y la adquisición y transmisión de saberes muy variados: diferenciación entre distintas partes de plantas como comestibles o venenosas, conocimiento de los hábitos y hábitats de los animales, todo en relación con diferentes épocas del año. En términos contemporáneos, su capacidad de subsistencia dependía directamente de la validez de sus saberes astronómicos, botánicos, geológicos y zoológicos; éste fue el comienzo &mdash;exclusivamente empírico &mdash; de las [[ciencia]]s.
Se infiere también que, dada la pobre dotación física humana en comparación con la de la mayoría de los animales salvajes, se hizo necesaria la cooperación de muchas personas para tareas como dar caza a un mamut. Esto requería algún tipo de organización social más allá del natural grupo familiar, pero se desconocen sus detalles. En Europa, hacia fines de la última Edad del Hielo, la fabricación de útiles de pedernal constituía una verdadera industria, se encuentran mejoras significativas y variantes regionales en sus características.
Esta parte de la historia humana abarcó en Europa, el Medio Oriente, el norte de África y los valles fértiles de la India, unos 200.000 años, con rasgos principales muy similares, pero no idénticos. Los grupos humanos eran probablemente pequeños a comienzos y mediados del Pleistoceno, tal vez similares en número a los de simios actuales. Recién hace unos 50 milenios se comienza a tener información más detallada sobre algunos de ellos, los musterienses o neandertales (su exacto parentesco con nuestra especie, el ''Homo sapiens'', todavía es motivo de debate) que habitaban cuevas en los actuales país de Francia y comunidades autónomas del norte de España. En estos grupos se encuentra por primera lo que se considera una característica exclusivamente humana, el culto a los muertos, con entierros ceremoniales. Estos neandertales se extinguieron casi simultáneamente con la aparición de los primeros humanos modernos (''Homo sapiens'', cuyas migraciones están comenzando a dilucidarse a través de los estudios de ADN). En el centro de Francia, entonces de clima menos inhóspito entonces que en el resto de Eurasia, properaron las culturas auriñaciense y magdaleniense, alimentándose de los entonces numerosos mamuts, renos, bisontes, toros almizcleros, caballos y salmones. En las cavernas donde habitaban quedaron numerosos restos humanos y de sus presas, así como útiles y los residuos de su fabricación.
Aparecieron entonces las primeras máquinas, el lanzador de venablos y el arco lanzador de flechas. Hay también indicios de contactos con grupos humanos lejanos, caso de las conchas del Mediterráneo, sugerentes de alguna forma de intercambio. No hay, en cambio, evidencias evidencia de cultivo de plantas o de cría de animales. Aparecen también las primeras expresiones artísticas, pinturas hechas en paredes de cuevas y figuras talladas en marfil o modeladas en arcilla. Los ocultos lugares donde se encuentran las pinturas sugieren que tenían un propósito mágico, como facilitar la caza de los animales representándolosmediante su representación. Las pinturas son también ilustrativas de sus saberes zoológicos, caso de un bisonte cuyo corazón se exhibe traspasado por una flecha, y de la clara identificación que puede hacerse de las diferentes especies. Cuando terminó la última Edad del Hielo y desaparecieron las manadas de animales de los que se alimentaban, se produjo la decadencia de la máxima expresión europea de esta etapa, la cultura magdaleniense. La siguiente nueva etapa sería protagonizada por otros grupos asentados en otros lugares.
===V. La Revolución Neolítica===
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