Los saberes racionales se construyen por reflexión, mediante el uso del lenguaje verbal y escrito para operar sobre las ideas que las palabras representan. Véase el artículo [[saberes racionalessaber racional]].
Las '''inferencias''' permiten obtener nuevos saberes a partir de los preexistentes. Las inferencias deductivas que se aplican en la Lógica tradicional y en las demostraciones matemáticas de todo tipo son básicamente tautológicas, es decir, no generan conocimientos nuevos, sólo develan los que estaban ocultos. Las inferencias inductivas mediante las cuales se formulan leyes a partir de casos particulares, como las de las ciencias naturales en general, sí generan nuevos conocimientos que requieren verificación o convalidación posterior, teniendo inicialmente el carácter de hipótesis, saberes provisorios que pueden ser posteriormente descartados. Los saberes inferenciales más simples son las ''señales''. Cuando se ve una columna de humo que sube desde un lugar donde no hay chimeneas, inmediatamente surge la pregunta ''¿qué se estará quemando?'', porque se sabe que ''donde hay humo hay fuego''. Las señales son una expresión ingenua de las muy importantes relaciones científicas de causa-efecto : un metal que se calienta suficientemente siempre brilla, entonces incandescencia es una señal de altísima temperatura y una relación de causa-efecto. No todas las señales son relaciones de causa-efecto, en la mayoría de los casos el efecto usualmente no es una consecuencia necesaria, sino sólo la más probable. En la naturaleza los fuegos habitualmente arden con humo, pero hay fuegos, como los de una hornalla de gas, que no lo hacen.