Hace 55 millones de años los antepasados de nuestros actuales equinos, los ''Hyracotherium'' o ''Eohippus'', eran apenas del tamaño de un perro. Hace unos 10 millones de años la familia ''Equidae'' estaba conformada por una docena de variedades de animales, la mayoría de las cuales están hoy extintas. Algunos ellos vivían en los bosques, otros se alimentaban de arbustos o pastaban en las praderas del continente. El ''Dinohippus'', un pariente cercano de los caballos actuales, ya tenía extremidades con casco único y se alimentaba de hierba.
Hace unos 3 millones de años los antepasados de los caballos modernos, los ''Equus'', se expandieron a Eurasia, África y por todo el continente americano. En América del Norte se estima se extinguieron hace unos 10.000 años, probablemente por ser cazados en exceso por los primeros pobladores humanos de América. Cuando el naturalista inglés [http://es.wikipedia.org/wiki/Charles_Darwin Charles Darwin] visitó las Provincias Unidas del Río de La Plata en 1833, exploró yacimientos fósiles de la región pampeana. En la localidad de Bajada del Paraná (actual ciudad de Paraná, pcia. de Entre Ríos) encontró, el 10 de octubre, un diente de caballo en el mismo estrato que un fósil de armadillo gigante[http://darwin-online.org.uk/EditorialIntroductions/Chancellor_fieldNotebooks1.13.html]. Según el anatomista de la época [http://es.wikipedia.org/wiki/Richard_Owen Richard Owen] el diente pertenecía a una especie extinta de caballo que bautizó ''Equus curvidens''.