Bautizado como '''Faustino Valentín Sarmiento''' (Iglesia La Merced de San Juan, Libro de Bautismos Nº 11 1798‑1818, folios 55 vuelto y 56 recto del 15 de febrero de 1811), adoptó el nombre de Domingo en honor al santo haciéndose públicamente conocido como '''Domingo Faustino Sarmiento'''. Miembro de la Universidad de Chile, del Instituto Histórico de Francia, de la Sociedad de Agricultura de Santiago (Chile), de la de Profesores de Madrid (España), de la Sociedad Sericícola Americana. Fundador de la Escuela Normal (1842). Autor de ''Civilización y barbarie'', ''Viajes por Europa, África y América'', ''Educación popular'', ''Argirópolis'', ''Recuerdos de provincia'', ''Conflictos y armonías de las razas en América'', entre otros libros. Fundador o colaborador de periódicos y revistas como Zonda, Mercurio, Nacional, Progreso, Crónica" y Tribuna. Autor y traductor de obras de educación primaria adoptadas por la Universidad de Chile. La recopilación de todos sus escritos, siempre polémicos, abarca 52 tomos. Fue el gran impulsor de la educación pública y de la modernización tecnológica de Argentina. Entre muchos otros importantes cargos políticos, fue Gobernador de San Juan (1862) y Presidente de la República Argentina (1868‑1874).
El historiador Felipe Pigna hace la siguiente valoración de Sarmiento[http://www.elhistoriador.com.ar/gaceta/gaceta67.html]:
 
:''Cuando falleció Domingo F. Sarmiento, en 1888, una de las plumas más sutiles de la Argentina de la segunda mitad del siglo XIX, escribió: ''El porvenir no dará ya hombres de esa laya; son productos de ciertos momentos y que, así como ellos no pueden remplazarse a sí mismos, tampoco pueden tener un sucesor genuino''. De esta forma despedía Lucio V. Mansilla al hombre que dedicara todos sus esfuerzos a hacer de la Argentina un país «civilizado».
 
:''Hombre contradictorio, este prócer nacido en San Juan tuvo una vida intensa, surcada por sus profundas convicciones y una destacable sinceridad. Tanto fue así que una de sus facetas más sobresalientes fue la de las encendidas polémicas que mantuvo con hombres como Juan Bautista Alberdi, Bartolomé Mitre y Esteban Echeverría, entre otros, todo lo cual le valió ser definido como ''el primer gladiador literato de nuestro país.
 
:''Recordar a Sarmiento por todo cuanto hizo por la educación en el país no es tarea que vaya a resultar alguna vez infructuosa, pero nos entrega una imagen inacabada del autor de El Facundo. Sarmiento fue el ''gran educador''; pero también el soñador de la confederación sudamericana de Argirópolis, y al mismo tiempo quien, desde el exilio rosista, empujó al gobierno chileno a ocupar el estrecho de Magallanes.
 
:''Fue además quien subrayó como ninguno que las esperanzas argentinas se dividían entre la «civilización» y la «barbarie», entre las «cultas» ciudades costeras y los «atrasados» rincones del interior; quien propuso combatir al «atraso» no con ejércitos, sino con una febril actividad de obras públicas y fomento educativo, pero que no dudó a la hora de hacer correr sangre de gaucho y montonero, alentando como pocos el cobarde asesinato del líder federal Chacho Peñaloza.
 
:''Fue Sarmiento también un presidente que se reconocía parte de las clases dominantes en el país, pero que no tenía empacho en reñirse con la oligarquía terrateniente, de quien decía: ''no quieren saber nada de impuestos […] quieren que el gobierno [contribuya] a duplicarles o triplicarles su fortuna a los millonarios que pasan su vida mirando como paren las vacas''. Y mientras mucho se esforzó por desarrollar las comunicaciones, transportes e industria en el país, poco logró para cambiar el rumbo del proyecto mitrista que combinó el modelo agroexpotador y un ejército que, al finalizar el siglo XIX, –al decir de Sarmiento- sólo servía para ''avasallar las libertades públicas.
==Aportes al aprendizaje de la lectura y escritura==
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