:''Estos realistas ingenuos parten del principio de que fuera del yo hay un mundo que puede ser descrito independientemente de nuestras limitaciones y características personales. Pero si eso es cierto hasta cierto punto para un pentágono o un mineral, no lo es de ningún modo para un paisaje. En estos casos, la realidad no está únicamente fuera sino también dentro del observador, y en rigor'' '''la realidad está constituida por una trama objeto‑sujeto que no puede ser escindida'''. ''El mundo de la pintura, por ejemplo, es el mundo de los colores y los colores no existen en la naturaleza; fuera de nosotros hay quizá ciertos corpúsculos que viajan a una velocidad fantástica, guiados por ondas‑piloto de naturaleza matemática. Como dice Whitehead, la naturaleza es una triste cosa, sin colores, ni sonidos, ni fragancias; todos esos atributos son puramente humanos. Radical e inevitablemente (pero ¿por qué evitarlo?) nuestra visión del mundo es subjetiva, y cada uno de nosotros está creando colores y músicas, groseros o delicados, complejos o simples, según nuestra sensibilidad, nuestra imaginación y nuestro talento.''
De la realidad sólo tenemos [[representaciónmental|representacionesmentales]], un pequeño conjunto de [[rasgo]]s seleccionados de entre muchos otros durante la evolución de nuestra especie. Son ejemplos prototípicos de representaciones los personajes de historieta y los mapas. Unos pocos rasgos faciales —la forma de la boca, de los ojos y los pliegues de la piel— son capaces de representar de modo muy convincente las emociones de los personajes de historieta, aún prescindiendo de la importante información que da el color. En los mapas, simples trazos hechos sobre una superficie plana y la identificación de una escala son capaces de representar accidentes de terreno, distancias, vías de acceso a lugares previamente desconocidos y hasta alturas (con un poco de entrenamiento). Las representaciones no coinciden totalmente con lo representado (los colores son fenómenos psicológicos), el dibujo no es el personaje, el mapa no es el territorio, pero todos los primeros dan [[información]] parcial importante para las personas, que es todo lo que se necesita. Es más, a veces el exceso de información sobre la realidad puede ser tan malo como su ausencia total si las personas no son capaces de procesarla. Borges satiriza magistralmente el tema en el brevísimo relato ''Del rigor en la ciencia'' (del libro El Hacedor):
:(...) ''En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad y el mapa del imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, esos Mapas Desmesurados no satisfacieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él. Menos Adictas al Estudio de la Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era inútil y no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y de los Inviernos. En los desiertos del Oeste perduran despedazadas Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el País no hay otra reliquia de las Disciplinas Geográficas.'' (Las mayúsculas son de Borges.)
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