Los saberes operativos son de naturaleza completamente diferente que los descriptivos, explicativos y predictivos. Se puede conocer detalladamente la manera en que se produce un fenómeno y ser capaz de predecir su comportamiento al modificar cualquiera de las variables que lo gobiernan pero aún así no poder controlarlo. Un caso ilustrativo es la fusión nuclear controlada. Este fenómeno físico, fuente de la energía solar y de la denominada "bomba de hidrógeno", se conoce detalladamente tanto a través de cálculos teóricos como de experimentos. Se entienden sus causas y se puede predecir su comportamiento. Si se lograra una fusión nuclear controlada de buen rendimiento se tendría una fuente de energía de combustible más abundante y con residuos menos peligrosos que los de los reactores nucleares actuales. A pesar de las multimillonarias inversiones hechas para su desarrollo, hasta la fecha no se ha logrado desarrollar la tecnología de control. Ésto muestra que tener el saber teórico (descriptivo, explicativo y predictivo) de un fenómeno, no equivale a tener el saber práctico (operativo) que permite controlarlo. Así, que un docente domine la Psicología del Aprendizaje —el metasaber explicativo (aunque no predictivo) de los procesos de construcción del sabermdash; no garantiza que será un buen promotor del desarrollo de los saberes de sus alumnos.
El único modelo racional de saberes operativos ([[acción racional]]) reconocido por la mayoría de los expertos de las ciencias duras (como la Física) y de las disciplinas tecnológicas (como la Medicina y las ingenierías) es el de condicion-acción, el uso de reglas de acción aplicables a situaciones con rasgos bien identificados. Así, a determinados síntomas perfectamente catalogados (condición) corresponde efectuar ciertos análisis para distinguir entre diferentes posibles causas de la enfermedad; una vez identificada, corresponden ciertas soluciones, como cirugía, drogas o terapias especiales (acción). El modelo de condición-acción de los saberes operativos corresponde a la metáfora ''la mente humana es una computadora''. Este modelo condujo, en la década de 1980, a las categorías de software denominadas ''sistemas expertos'' y ''bases de conocimientos''. Con ellos se intentaba "extraer" los saberes de los expertos de diversas disciplinas e incorporarlas, mediante el modelo de condición-acción, en programas de computación capaces de reemplazarlos. El intento mayoritariamente fracasó, siendo la causa principal que al pedir a los expertos que formulasen explícitamente las reglas en base a las cuales tomaban sus decisiones, se verificó que lo que decían no coincidía con lo que en la práctica hacían. Los expertos actuaban eficientemente, pero no podían expresar las razones de sus decisiones en términos de reglas. Mientras más eficiente era su desempeño, más intuitivos eran sus saberes, entendiendo la [[intuición ]] como experiencia internalizada . Como bien señalara el más destacado arquitecto del siglo XX, Frank Lloyd Wright, ''un experto es alguien que no necesita razonar: sabe'' (véase Hubert L. Dreyfus y Stuart E. Dreyfus, ''Mind over machine. The power of human intuition and expertise in the era of the computer''; The Free Press, New York, EEUU, 1986).