===VI. Preludio a la segunda revolución===
(Aunque en el texto no está explícitamente expresado, Childe muestra que la Revolución Urbana tiene como requisito y como consecuencia, en un [[proceso de realimentación]], enormes cambios en la organización social. El siguiente fragmento de las pp. 160‑162 es un ejemplo, en este caso referido a las fuerzas que tratan de preservar esa organización, al tiempo que ilustra el [[rol]] social de las ideologías.)
:''Para sobrevivir, toda sociedad debe conseguir un ajuste con su medio ambiente; ya que vive de la explotación de los recursos naturales de su territorio. Pero, precisamente en la medida en que el ajuste conseguido tiene éxito, la comunidad respectiva tenderá a hacerse conservadora. Cuando un grupo disfruta de alimentos suficientes, de comodidades y de períodos de descanso, ¿por qué ha de cambiar su conducta? Habiendo aprendido penosamente los artificios y ardides, las artes y los oficios necesarios para obtener de la naturaleza una mediana prosperidad, ¿por qué hacer más? En realidad, el cambio puede resultar peligroso. El éxito de las sociedades equipadas simplemente depende de que cada uno de sus miembros haga aquello que se ha comprobado como conveniente, en el momento apropiado y del modo adecuado; esto impone toda una pauta de conducta para la totalidad de los miembros de la sociedad. Tal pauta encuentra su expresión en las instituciones sociales, en las normas tradicionales y en las prohibiciones. Es consagrada por las creencias y los temores mágico-religiosos. De la misma manera que las actividades prácticas de la vida se acompañan con ritos y ceremonias apropiadas, se supone también que las fuerzas místicas vigilan el cumplimiento de las normas tradicionales y castigan cualquier transgresión de ellas. La economía establecida se fortalece con una ideología apropiada.''
:''El poder de las supersticiones, que consolidan y mantienen las instituciones sociales y la organización económica establecidas, es enorme en las sociedades'' (tecnológicamente) ''más simples de nuestros días. También debe haber sido así en el Antiguo Oriente. El ajuste logrado entonces, aun en el caso de las comunidades más favorecidas, era, después de todo, muy precario. Una crecida insuficiente o excesiva, una intempestiva granizada, o una plaga de langosta, podían poner en peligro a la comunidad entera; porque sus recursos eran limitados y sus reservas pequeñas. Los desastres que amenazaban su vida eran misteriosos y todavía en la actualidad son incalculables. Con toda facilidad se les pudo considerar como intervenciones sobrenaturales, infligidas para castigar la violación de las normas de conducta acostumbradas. Cualquier divergencia respecto a la práctica establecida, la menor transgresión a la línea de conducta probada como segura y eficaz podía provocar, teóricamente, tales castigos. Por lo tanto, toda innovación resultaba peligrosa y la opinión pública era adversa a los cambios.''
===VII. La Revolución Urbana===
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Los orígenes de la civilización

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VI. Preludio a la segunda revolución: cita sobre ideologías