Arturo Umberto Illia

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La presidencia de Arturo Umberto Illia (12 de octubre de 1963 ― 28 de junio de 1966) fue uno de los períodos políticos cruciales de la Argentina del siglo XX. Illia (a veces mal pronunciado Illía) era un médico radical (Unión Cívica Radical o UCR) del interior del país, democrático, honesto a carta cabal y político patriarcal, que se negó a capitalizar políticamente los apetitos de las masas y no creía en medidas espectaculares sino en un progreso lento afianzado sobre cimientos firmes. Las medidas de gobierno tomadas durante los 32 meses y medio que duró su gestión afectaron de modo apreciable los intereses económicos de grandes empresas petroleras y de medicamentos, los intereses de poder de los sindicalistas, de los militares argentinos, de Perón en el exilio y de los EEUU en la región. Desde el punto de vista del costo de vida ―factor central para la gran mayoría de los argentinos― mantuvo controlada la inflación y aumentó los puestos de trabajo y el poder adquisitivo de los asalariados, implantó el Salario Mínimo, Vital y Móvil y la Ley de Abastecimiento, impulsó la industria nacional y disminuyó la deuda externa del país. Una intensa campaña de desprestigio, liderada por periodistas como Mariano Grondona y Bernardo Neustadt, creó en la opinión pública la falsa imagen de un presidente lento e inoperante. Carente de una base política capaz de generar grandes movilizaciones populares ―su principal apoyo fue la clase media argentina― una coalición de empresarios, sindicales, y militares, con el apoyo de la Iglesia Católica y de Perón lo destituyó ―sin esfuerzo ni oposición generalizada― el 28 de junio de 1966. El derrocamiento de Illia impuso el modelo de fuerzas armadas abocadas a la tarea de disciplinar la sociedad al servicio de la "civilización occidental y cristiana" (popular frase de la época) y de fortalecer la presencia en América latina y en el mundo de una nación con genio y con destino, según apelaciones de Mariano Grondona a la imperante visión de una Argentina líder de la región. Esto abrió las compuertas de la guerrilla y del terrorismo de Estado de la década de 1970.

Arturo Umberto Illia presidente.


Datos biográficos

Arturo Umberto Illia nació el 4 de agosto de 1900 en Pergamino (provincia de Buenos Aires), 220 km al norte de la Capital Federal. Su padre Martín Illia era oriundo de Samolaco (Italia) y su madre, Emma Francesconi, de Gratacasolo (Italia). Martín Illia, yrigoyenista, era comerciante con activa labor comunitaria como presidente de la Asociación Italiana de Socorros Mutuos de Pergamino. Arturo cursó hasta 4º grado en la Escuela Provincial Nº 18 y 5º y 6º en la Escuela Normal Mixta de Pergamino. Hizo sus estudios secundarios, como pupilo, en el Colegio Pío IX de la Ciudad de Buenos Aires, donde se graduó como bachiller con excelentes calificaciones.

Comenzó sus estudios de Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires en el año 1918, el mismo en que se inició en la ciudad de Córdoba el movimiento estudiantil conocido como Reforma Universitaria, que sentó en Argentina y gran parte de América Latina los principios de la universidad gratuita, libre y autónoma. Ese mismo año se afilió a la Unión Cívica Radical. En 1923, cursando el 5º año de estudios, se trasladó a la Universidad Nacional de La Plata, donde ingresó como practicante al Hospital San Juan de Dios, graduándose allí de médico en el año 1927.

En 1928 el entonces presidente de la Nación Hipólito Yrigoyen le ofreció trabajar como médico ferroviario en el interior del país y Arturo Illia decidió hacerlo en Cruz del Eje (provincia de Córdoba). Aunque fue dejado cesante en 1930 por el interventor de la ciudad designado por el dictador Uriburu[1], vivió en esta ciudad hasta 1963 con la sola interrupción de los tres años (1940-1943) en que fue vicegobernador de Córdoba.

En 1934 hizo un largo viaje de aprendizaje y observación de las circunstancias sociales y políticas —según sus propias palabras— por Alemania, Dinamarca, Francia, Gran Bretaña, Italia y Suiza. Lo impresionaron particularmente el sistema político socialdemócrata y la organización cooperativa de Dinamarca —por los que sintió admiración— y los nacientes movimiento facista de Italia y nazismo de Alemania — los que se propuso combatir.

Sus vecinos de Cruz del Eje lo llamaban el Apóstol de los Pobres por su dedicación a los enfermos sin recursos, cuyos medicamentos él mismo pagaba y llevaba a caballo, en sulky, en bicicleta o a pie[2]. En esa época de su vida, el 15 de febrero de 1939, contrajo matrimonio con Silvia Elvira Martorell (Córdoba, 1915 - Buenos Aires, 1966), con quien tuvieron tres hijos: Emma Silvia (1940), Martín Arturo (1940) y Leandro Hipólito (1946).

Primeras actividades políticas

Afiliado al radicalismo desde 1918, a partir de su radicación en Cruz del Eje mantuvo una intensa actividad política. Fue electo senador provincial por el Departamento Cruz del Eje en las elecciones del 17 de noviembre de 1935, cargo que desempeñó hasta 1939. En el senado provincial presidió la Comisión de Presupuesto y Hacienda y participó activamente en las sanciones de las leyes de Reforma Agraria (aprobada por la Legislatura de Córdoba pero rechazada en el Congreso de la Nación, véase Jouve) de Minas, tributarias, de ausentismo y de herencia. Impulsó la construcción de las represas hidroeléctricas de Nuevo San Roque, La Viña, Cruz del Eje y Los Alazanes.

Acompañó como vicegobernador de Córdoba al gobernador Santiago del Castillo, desde el 17 de mayo de 1940 hasta el 19 de junio de 1943, cuando la provincia fue intervenida por la dictadura militar profacista. En 1945 presidió el Comité Provincial de Córdoba de la UCR. El 20 de abril de 1948 asumió como diputado nacional, función que desempeñó hasta el 30 de abril de 1952 integrando las Comisiones de Obras Públicas e Higiene y Asistencia Medicinal, haciendo una oposición firme pero constructiva a políticas del entonces presidente Juan Domingo Perón.

En 1958, cuando se produjo la escisión entre de la Unión Cívica Radical Intransigente, adhirió junto a dirigentes como Sabattini, Ricardo Balbín y Crisólogo Larralde a la Unión Cívica Radical del Pueblo que luego recuperaría por decision judicial el uso del nombre original del partido.

Luego de la muerte de Amadeo Sabattini, honesto gobernador que logró desarticular los fraudes electorales de la década de 1930, fue reconocido como el líder indiscutido del sabattinismo o Línea Córdoba. En las elecciones provinciales de 1962 fue electo gobernador de Córdoba, única provincia del país donde triunfó el radicalismo. No pudo asumir el cargo debido a la anulación de todas las elecciones provinciales hecha por el entonces presidente Arturo Frondizi bajo presión militar (el peronismo había triunfado en muchas de ellas).

Fuentes

  • Jouve, Marta Luisa; Sabattini: una reforma agraria profunda desde la democracia; Bloque de Senadores de la Unión Cívica Radical; ciudad de Córdoba; 1976. Tesis para la licenciatura en Historia de la autora, La política agraria en Córdoba durante el gobierno de Amadeo Sabattini, presentada en 1975.

Presidente de la Nación

Elecciones

Las elecciones presidenciales del 7 de julio de 1963 arrojaron los resultados siguientes:


Fórmula presidencial Partido Votos Porcentaje
Arturo Illia - Carlos Perette Unión Cívica Radical del Pueblo 2.441.064 25,14%
Votos en blanco Partido Peronista 1.827.464 18,82%
Oscar Alende - Celestino Gelsi Unión Cívica Radical Intransigente 1.593.992 16,41%
Pedro Eugenio Aramburu - Arturo Etchevehere[3] Unión del Pueblo Argentino (UDELPA) 728.662 7,50%
Pedro Eugenio Aramburu - Horacio Thedy[4] Partido Demócrata Progresista 633.934 6,52%
Emilio Olmos - Emilio Jofre Federación de Partidos del Centro 499.822 5,14%
Horacio Sueldo - Francisco Cano Partido Demócrata Cristiano 324.723 3,34%
Alfredo Palacios - Ramón I. Soria Partido Socialista Argentino 288.339 2,96%
Arturo Orgaz - Rodolfo Fitte Partido Socialista Democrático 258.787 2,66%


El día 31 de julio de 1963, 270 de los 476 miembros del Colegio Electoral (el 59%) eligieron la fórmula encabezada por Arturo Illia, convirtiéndolo en presidente de la nación. En esta elección se aplicó por primera vez el sistema electoral proporcional para la elección de los diputados nacionales. Esto hizo que obtuvieran bancas agrupaciones políticas nunca antes representadas en el congreso. El radicalismo del pueblo no tenía mayoría absoluta, era sólo la primera minoría, por lo que tuvo que negociar constantemente con otros bloques para sancionar las leyes que presentaba al Congreso Nacional, situación que algunos analistas políticos calificaron de "partidocracia" (Luna, p. 182).

Gabinete

Illia, el primer presidente argentino que asumió el cargo sin frac, designó al siguiente gabinete de ministros:

  • Ministro del Interior: Juan Palmero, 12 de octubre de 1963 – 28 de junio de 1966.
  • Ministro de Economía: Eugenio Alberto Blanco, 12 de octubre de 1963 – 4 de agosto de 1964 (fallecimiento);
    • Juan Carlos Pugliese, 19 de agosto de 1964 – 28 de junio de 1966.
  • Ministro de Educación y Justicia: Carlos Alconada Aramburú, 12 de octubre de 1963 – 28 de junio de 1966.
  • Ministro de Asistencia Social y Salud Pública: Arturo Oñativia, 12 de octubre de 1963 – 28 de junio de 1966.
  • Ministro de Obras y Servicios Públicos: Miguel Ferrando, 12 de octubre de 1963 – 28 de junio de 1966.
  • Ministro de Trabajo y Seguridad Social: Fernando Solá, 12 de octubre de 1963 – 28 de junio de 1966.
  • Ministerio de Defensa Nacional: Leopoldo Suárez, 12 de octubre de 1963 – 28 de junio de 1966.
  • Ministro de Relaciones Exteriores y Culto: Miguel Ángel Zavala Ortiz, 12 de octubre de 1963 – 28 de junio de 1966.

Gestión de gobierno

Su primer acto de gobierno fue eliminar la proscripción del peronismo establecida por Decreto 4161/56 de la dictadura de la Revolución Libertadora. El 17 de octubre, tan solo 5 días después de su asunción, el peronismo festejó el Día de la Lealtad en la Plaza Miserere, sin limitación alguna, y tuvo participación plena en los comicios legislativos del año 1965. Se derogó también la prohibición que pesaba sobre el Partido Comunista y se establecieron penalidades a la discriminación y la violencia racial.

Política petrolera

La presidencia de Arturo Frondizi estableció una política de explotación petrolera basada en la locación de obras de los yacimientos a empresas privadas, relegando a la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) a la actividad de exploración y compra de la producción a las empresas concesionarias. Durante la campaña electoral Illia denunció que se trataba de concesiones encubiertas que habían producido el aumento de los precios de los combustibles y el traslado a YPF del riesgo empresario de las exploraciones, comprometiéndose a anularlas. El 15 de noviembre de 1963 emitió los Decretos PEN 744/1963 y 745/1963 que anulaban los contratos por vicios de ilegitimidad y ser dañosos a los derechos e intereses de la nación. Ésto le acarreó el encono de poderosas empresas internacionales que se sumaron a la coalición que lo derrocó.

Los argumentos jurídicos invocados para las anulaciones no deben haber sido tan rotundos como planteaban dichos decretos pues debió negociar acuerdos extrajudiciales para terminar con las demandas de las compañías extranjeras, lo que costó al país entre USD 120 y 200 millones en concepto de indemnizaciones. (Luna p. 173.)

El PEN encomendó a YPF la prosecución de las tareas de explotación de hidrocarburos, pero YPF no tenía entonces el capital y la organización necesarias para la tarea. El resultado fue que el número de pozos perforados en 1965 fue menos de un tercio de los de 1961, se perdió el autoabastecimiento de petróleo alcanzado en 1962 y la importación de crudo se triplicó. Poco después del derrocamiento de Illia, el dictador Juan Carlos Onganía (1966-1970) restableció nuevamente los contratos. (Solivérez.)

Fuentes

  • Solberg, Carl E.; Petróleo y nacionalismo en la Argentina; Hyspamérica Ediciones Argentina; Ciudad de Buenos Aires; 1986; ISBN 9789506143794 (Solberg PNA); pp. 248‑255.
  • Solivérez, Carlos E.; El autoabastecimiento petrolero; diario Río Negro; General Roca (Pcia. de Río Negro); 30 de noviembre de 2007.

Salario mínimo, vital y móvil

El 15 de junio de 1964 se publicó en el Boletín Oficial la Ley Nacional Nº 16459 de Salario Vital, Mínimo y Móvil que constituía el Consejo Nacional de Salario integrado por representantes del gobierno, los empresarios y los sindicatos. Entre sus objetivos la ley planteaba la necesidad de evitar la explotación de los trabajadores en aquellos sectores en los cuales puede existir un exceso de mano de obra, asegurar un ingreso mínimo adecuado y mejorar los salarios de los trabajadores más pobres. Esta importante conquista de los trabajadores disgustó a las dos más poderosas entidades empresarias de la época, la Sociedad Rural Argentina y la Unión Industrial que la calificaron de "inflacionaria", acusación que los hechos desmintieron (Sáenz Quesada p. 32).

Ley de Abastecimiento

Con los mismos objetivos que el salario mínimo, vital y móvil, el 20 de junio de 1974 se sancionó la Ley Nacional Nº 16454 de Abastecimiento reglamentada por Deecreto PEN 987/1964 que autorizó al PEN a fijar precios máximos a los artículos de primera necesidad (véase Canasta Básica de Alimentos). Los principales medios previstos para lograr el objetivo fueron:

  1. eliminación de intermediarios facilitando el acceso de productores al mercado y promoviendo las cooperativas;
  2. creación una red nacional de mercados centrales;
  3. campañas de educación de los consumidores;
  4. penas de prisión de 3 a 10 años a quien provoque una elevación artificiosa de los precios o escacez de mercadería.

Esta norma fue posteriormente reemplazada por la Ley Nacional Nº 24013 de Empleo y numerosa legislación que le siguió, en donde se reemplazó el término original por Salario Mínimo, Vital y Móvil.

Salud

Gracias a la gestión de Arturo Oñativia como ministro de Asistencia Social y Salud Pública se sancionaron las leyes de Reforma del Sistema Hospitalario Nacional, de creación de los Hospitales de la Comunidad, del Servicio Nacional de Agua Potable para garantizar su provisión a las comunidades rurales, la 17.259 que obligaba a usar sal yodada para erradicar el bocio.

Las leyes nacionales Nº 16462 y Nº 16463 —conjuntamente denominadas Ley Oñativia en homenaje al ministro— establecían una política de precios y de control de medicamentos, congelando los precios a los vigentes a fines de 1963, fijando límites para los gastos de publicidad, imponiendo límites a la posibilidad de realizar pagos al exterior en concepto de regalías y de compra de insumos. Para más detalles véase el artículo Ley Oñativia.

Educación

Durante su gestión de gobierno, la educación tuvo un peso significativo en el Presupuesto Nacional. En el año 1963, su participación era del 12%, en el año 1964, del 17%, en el año 1965, del 23% (la mayor cifra en la historia del país). El 5 de noviembre de 1964 se puso en marcha el Plan Nacional de Alfabetización, con el objetivo de disminuir la tasa de analfabetismo que para la época se estimaba en poco más del 10% de la población adulta. En junio de 1965 el Programa contaba con 12.500 centros de alfabetización y su tarea alcanzaba a 350.000 alumnos de 18 a 85 años de edad.

Entre 1963 y 1966 se graduaron de la UBA 40.000 alumnos, entonces la cifra más alta en toda la historia de la casa de estudios.

Política económica

En materia económica, el gobierno de Arturo Illia tuvo una política de ordenamiento del sector público, de disminución de la deuda pública y de impulso a la industrialización, el consumo y la creación de puestos de trabajo . Se creó la Sindicatura de Empresas del Estado, para un control más eficaz de las empresas públicas.

La evolución del Producto Bruto Interno durante ese período fue del -2,4% para el año 1963, del 10,3% para el año 1964 y del 9,1% para el año 1965. Se fomentó el consumo, que aumentó 10% en 1964 y 7,4% en 1965 y del 0,7% en el primer semestre de 1966. Se dio abundante crédito a las empresas industriales nacionales para su recuperación y la creación de empleo. La evolución del Producto Bruto Industrial fue del -4,1% para el año 1963, del 18,9% para el año 1964 (cifra récord) y del 13,8% para el año 1965. El salario real horario creció entre diciembre de 1963 y diciembre de 1964 un 9,6%, superando los promedios del segundo gobierno peronista (1950-1955). La desocupación pasó de 8,8% en 1963 a 5,2% en 1966. La inflación se mantuvo estable en oscilando entre el 24% y el 28%, valores similares a los de la década anterior. (Sáenz Quesada p. 32-33.)

Cuando Illia asumió la presidencia la deuda externa era de USD 3.390 millones. En junio de 1966, cuando fue derrocado por la sublevación encabezada por Juan Carlos Onganía, se había reducido —por primera vez en muchos años— a USD 2.650 millones.

Fuentes

  • García Vázquez, Enrique; Reactivación y austeridad; en Nuestro Siglo: Historia Gráfica de la Argentina Contemporánea, fascículo 111; Edit. Hyspamérica; Madrid (España); 1984; ISBN 9788449973536.

Malvinas

Gracias a las gestiones del canciller Miguel Ángel Zavala Ortiz y sus colaboradores, el 16 de diciembre de 1965 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas aprobó la resolución 2065 por 94 votos favorable y 14 abstenciones[5]. En ella se afirmaba que las islas Malvinas / Falklands eran objeto de una ocupación colonial y se invitaba al Reino Unido a negociar su restitución a Argentina teniendo en cuenta los intereses de la población de la isla. La resolución generó negociaciones de transferencia de soberanía, luego suspendidas, y acuerdos de comunicación entre Londres y Buenos Aires. La junta militar encabezada por el dictador Leopoldo Fortunato Galtieri sepultó el acercamiento con la invasión del 2 de abril de 1982[6].

Fuentes

Relaciones con los sindicatos

Plan de lucha de la CGT. Afiche de Ricardo Carpani.

El sindicalismo de la época de Illia estuvo signado por los conflictos entre los sindicalistas subordinados a Juan Domingo Perón, liderados por el dirigente textil Andrés Framini y los que sin (sin desconocer abiertamente su autoridad) atisbaban un "peronismo sin Perón", guiados por el secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica Augusto Timoteo Vandor. La Confederación General del Trabajo (CGT) estaba dividida en las 62 Organizaciones (con varios sectores), el Movimiento de Unidad y Coordinación Sindical (MUCSO) (comunistas y socialistas) y los Independientes. El Lobo" Vandor, como le apodaban, tenía una sinuosa estrategia de consolidación de su poder, basada en golpear primero y negociar después. En la misma el gobierno de Illia, cuyo ministerio de Trabajo sólo tenía buenas relaciones con los gremios independientes, fue un medio para demostrar ese poder más que un objetivo principal.

Pese a la disminución de la desocupación laboral y el aumento del salario real generados durante la gestión de Illia, en 1963 la CGT inició su Plan de Lucha que incluyó la ocupación de fábricas, la toma de directivos como rehenes y huelgas. Por su causa, entre 1964 y 1965 se ocuparon unos 3.000 establecimientos y se perdieron unas 600.000 jornadas laborales. El lema principal del movimiento fue "¡Perón vuelve!", mostrando que la principal reivindicación era política. A fines de 1964 Perón embarcó en Madrid en un avión que hizo escala en Río de Janeiro previamente a su arribo a Buenos Aires. Las autoridades brasileñas, por gestión del gobierno de Illia, impidieron la continuación del vuelo que debió retornar a España.

Cuando el general golpista Juan Carlos Onganía asumió la presidencia de facto de Argentino, tanto Framini como Vandor asistieron al acto.

Fuentes

  • Sanz Quesada, María; Las alternativas políticas argentinas en el siglo XX: pasado y presente, Unidad Nº 4; Universidad de Belgrano, curso de Historia del Departamento de Educación a Distancia; Ciudad de Buenos Aires; 1985; pp. 3‑34, 44.

Golpe militar

Gobierno débil, reacción antiperonista y peronista

El gobierno del Presidente Arturo Illia debió convivir con su propia debilidad derivada del hecho de haber sido elegido en elecciones no libres, a causa de la proscripción del peronismo, muchos de los cuales votaron entonces en blanco, obteniendo la segunda minoría. La falta de reconocimiento de legitimidad al gobierno de Illia por parte de los ciudadanos peronistas, se vio agravada por un plan de lucha del movimiento obrero, afectado por la decisión del gobierno de sancionar una legislación sindical sin consultar a los sindicatos.

En el año 1965 el gobierno convocó a elecciones legislativas eliminando todas las restricciones que pesaban sobre el peronismo en la etapa previa. El peronismo presentó sus propias listas de candidatos y triunfó ampliamente en las elecciones con 3.278.434 votos contra 2.734.970 de la Unión Cívica Radical del Pueblo. El triunfo del peronismo reavivó la oposición de gran parte de las Fuerzas Armadas.

Empresas nacionales opositoras

Caricatura de Chaque en Tía Vicenta, 1962.

Los miembros de la Sociedad Rural y la Unión Industrial se habían unido en la asociación ACIEL (Acción Coordinada de las Institutos Empresarias Libres) para combatir la injerencia del Estado en sus negocios. Todas estas asociaciones criticaron acerbamente el déficit del Estado, la inclinación del gobierno por los controles de precios y de cambio, el proteccionismo a las empresas públicas como YPF y la decisión de mantener congelados los arrendamientos agrícolas impuestos bajo el gobierno de Ramírez en 1943.

La prensa nacional y extranjera colaboró activamente en la campaña de desprestigio contra el presidente y los miembros de su gabinete, acusados de lentitud e inactividad. El humorista Landrú representó a Illia, en la revista de humor político Tía Vicenta. como una tortuga, caricatura que cundió rápidamente en diarios como El Mundo y Crónica y revistas como Panorama. La CGT llevó a cabo el "operativo tortuga" que consistió en sembrar el centro de Bs. As. con animalitos que llevaban pintadas en su caparazón las palabras "Illia o gobierno". Analistas políticos de derecha, como Mariano Grondona en Primera Plana (autor luego de los primeros comunicados militares golpistas) y Bernardo Neustadt en la Revista Todo, caracterizaron la gestión del Presidente como timorata y falta de energía. Simultáneamente se resaltaba la personalidad de militares como el general Juan Carlos Onganía, contraponiéndolas con la imagen de los políticos, alentándolos a intervenir en "salvaguarda de la Patria".

Oposición internacional y guerra sucia

Finalmente para entonces, Estados Unidos, en el marco de la Guerra Fría, ya comenzaba a promover abiertamente el Terrorismo de Estado y la instalación de dictaduras militares permanentes en América Latina, impulsadas desde la Escuela de las Américas instalada en Panamá, dentro de la llamada Doctrina de la Seguridad Nacional. Como primer paso de ese camino, las Fuerzas Armadas habían instalado en 1964 un gobierno militar permanente en Brasil al derrocar al Presidente João Goulart (Jango).

La planificación del golpe que luego llevaría al poder al Teniente General Juan Carlos Onganía corre por cuenta del Comandante del Primer Cuerpo del Ejército, el entonces general de división Julio Rodolfo Alsogaray, con la anuencia del comandante en jefe del Ejército Argentino, teniente general Pascual Pistarini y la adhesión del titular de de la Armada Argentina almirante Benigno Varela y el de la Fuerza Aérea Argentina brigadier general Adolfo Álvarez. La propuesta de derrocamiento era apoyada por importantes medios de prensa conservadora, sectores del poder económico, por partidos políticos como la Unión Cívica Radical Intransigente liderada por Oscar Alende y el Movimiento de Integración y Desarrollo liderado por el recientemente derrocado ex-presidente Arturo Frondizi, y también por un considerable sector del movimiento sindical.

La ambición militar, empresaria y sindical

Los rumores de posibles golpes de estado acosaron al gobierno radical durante toda su gestión. Un factor que alimentaba esto eran las simpatías del vicepresidente Perette por los militares colorados no hacía más que complicar la situación, ya que el ascenso de Onganía a teniente general daba un resonante triunfo a los azules y desalentaba las intenciones de reincorporación de los colorados retirados.

El descontento militar se combinó con una fuerte campaña de desprestigio, impulsada por sectores económicos conservadores que criticaban duramente ciertas políticas del gobierno radical, como la Ley de Medicamentos (Ley Oñativia), la política petrolera y falta de acatamiento a la política internacional de los EEUU. Los militares tuvieron la tarea de ejecución de una compleja coalición derechista conformada por un grupo de poder, que en su interior contenía núcleos de carácter político-económico, agrupándose varios actores. En lo político partidos políticos hacían oposición desmesurada; la enemistad con EE. UU. por discrepancias ideológicas y resentimientos en la política petrolera y la eliminación de la proscripción del peronismo exasperaban a los castrenses. En lo económico se hallaban empresas nacionales (prensa, medicamentos, etc) y multinacionales petroleras afectadas por la anulación de los contratos millonarios.

El golpe

El 28 de junio de 1966, en una fría mañana de invierno se produjo el golpe militar en medio de la indiferencia de la ciudadanía. El General de División Julio Rodolfo Alsogaray, Jefe de la Casa Militar Brigadier Rodolfo Pío Otero, el coronel Luis Perlinger y un grupo de oficiales se presentaron en el despacho presidencial para solicitarle a Illia el retiro de la Casa de Gobierno, asegurándole en todo momento su integridad física. Éste se negó rotundamente y luego de una fuerte discusión donde manifestó "El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas soy yo" los militares tuvieron que abandonar el despacho. Ante la fuerte negativa los efectivos policiales ingresaron con pistolas lanzagases, mientras que las tropas rodearon por completo la Casa Rosada. Perlinger volvió a solicitar al presidente que se retire, caso contrario no podía garantizar la seguridad de las personas que lo acompañaban. Ante esta situación Illia optó por dejar el lugar. Rodeado por sus colaboradores bajó por la escalera hasta la planta baja, cruzó por la entrada y se dirigió a la calle, y como no disponía de vehículo porque lo vendió durante su presidencia abandonó el lugar en un taxi que lo llevó a la casa de su hermano en Martínez. Al día siguiente asumió Onganía, autodenominando al golpe «Revolución Argentina».

Últimas actividades

Luego del golpe militar del 28 de junio de 1966 Illia se instaló en Martínez (provincia de Buenos Aires) en casa de su hermano. En septiembre de 1966 falleció su esposa, Silvia Martorell. Reanuda entonces su actividad política, recorriendo el país y vinculándose con dirigentes obreros que combatían la dictadura militar, como Raimundo Ongaro y Agustín Tosco. Mantuvo una actitud crítica a la conducción del radicalismo que ejercía Ricardo Balbín desde 1973 y al autoritarismo del tercer período de Perón (1973-1974). Cuando éste es reemplazado por su esposa Isabel Martínez en 1974, se niega a dialogar con ella.

Fue un duro crítico de la dictadura del Proceso de Reorganización Militar impuesta en 1976 y de la invasión de Malvinas por el dictador Fortunato Galtieri en 1982. Cuando éste convocó a dirigentes políticos y sindicales para adherir a la aventura militar, se negó a hacerlo. Cuando el papa Juan Pablo II visitó Argentina para abogar por la paz con Gran Bretaña, se entrevistó con él. Ya cercano el retorno a la democracia, en 1982, fue el primero en señalar la importancia de promover una justicia independiente y el juicio a los violadores de los derechos humanos durante la dictadura militar.

Arturo Umberto Illia falleció en la ciudad de Córdoba el 18 de enero de 1983. El 12 de octubre de 1983 sus restos fueron depositados en el Panteón a los Caídos en la Revolución de 1890 (Panteón Radical) del Cementerio de la Recoleta de la Ciudad de Buenos Aires, junto a dirigentes de la Unión Cívica Radical como Leandro N. Alem e Hipólito Yrigoyen. El acto fue acompañado de una gran manifestación pública y del homenaje de personalidades como Raúl Ricardo Alfonsín, Ernesto Sábato, René Gerónimo Favaloro y Antonio Pagés Larraya.

Distinciones recibidas

  • Octubre de 1964: Legión de Honor de Francia.
  • Mayo de 1965: Orden de Pahlevi de Irán.[7]
  • Enero de 1982: Premio Internacional Mahatma Gandhi por los servicios prestados para la humanización del poder.

Rasgos personales

Don Arturo mateando.

Los principales rasgos personales que se destacan de Illia son su bonhomía, modestia, honestidad y su austeridad. Sus discursos eran de tono mesurado, algo patriarcal, con argumentos racionales, sin estridencias ni apelaciones demagógicas a las pasiones.

Cuando Illia asumió como presidente poseía una única casa en Cruz del Eje —regalo de 4.000 de sus vecinos de Cruz del Eje, cada uno de los cuales aportó $m/n 1— su instrumental médico, un automóvil y un pequeño depósito bancario. Al día siguiente de su derrocamiento hizo declaración pública de bienes ante el escribano mayor de gobierno, donde consta que sólo conservaba la casa. Había vendido su automóvil y usado sus ahorros bancarios porque no quiso usar fondos públicos para pagar los tratamientos médicos de su esposa, fallecida el 6 de septiembre de 1966. Durante los 32 meses de gobierno dispuso de $ 240 millones para gastos reservados sin rendición de cuentas. Sólo usó 20 millones, y reintegró los 220 restantes a la Tesorería General de la Nación. Fue el único presidente argentino que no aceptó la jubilación de privilegio que le fija la ley, y en los últimos años de su vida trabajó en la panadería de un amigo.[8]

Cuando el 28 de junio de 1966 el coronel Perlinger lo expulsó del despacho presidencial con un piquete armado, le dijo yo sé que su conciencia le remorderá algún día por lo que está haciendo. El 19 de julio de 1982 Perlinger le escribió una carta donde reconocía su error y la expresaba:[9]

Usted podrá siempre tener la satisfacción de saber que su último acto de gobierno fue el de transformar en auténtico partidario de la democracia hasta a quien lo estaba desalojando con la fuerza de las armas.

En una encuesta nacional hecha en julio de 2012 para establecer un ranking de honestidad de personajes destacados de todo el mundo, Illia es el primer político en aparecer y el 5° en una lista de más de 100 personas[10].

Fuentes

Fuentes generales

  • Álvarez Guerrero, Osvaldo; Arturo Illia: la ortodoxia republicana; CECIES Pensamiento Latinoamericano y Alternativo; 199?. El documento de 74 páginas contiene abundante bibliografía y fragmentos selectos de los discursos de Illia.
  • Arturo Umberto Illia en Wikipedia. El artículo no especifica bien el origen de los datos que proporciona, no todos correctos.
  • Illia, Arturo Umberto; Mi último día como presidente; revista Gente; Ciudad de Buenos Aires; 1967.
  • Illia, Ricardo; Arturo Illia, su vida, principios y doctrina; Ediciones Corregidor; Ciudad de Buenos Aires; 2003 (2ª edición reimpresa); ISBN 9789500512824.
  • Luna, Félix; Argentina de Perón a Lanusse; Edit. Planeta; Ciudad de Buenos Aires; 1972.
  • Rouquié, Alan; Poder militar y sociedad política en Argentina. Tomo II, (1943-1973); Edit. EMECE.
  • Sánchez, Pedro; La presidencia de Illia; CEAL.
  • Sanz Quesada, María; Las alternativas políticas argentinas en el siglo XX: pasado y presente, Unidad Nº 4; Universidad de Belgrano, curso de Historia del Departamento de Educación a Distancia; Ciudad de Buenos Aires; 1985; pp. 31‑54.
  • Tcach, César; Arturo Illia, un sueño breve: el rol del peronismo y de los Estados Unidos en el golpe militar de 1966; .
  • Todo Argentina; Presidencia de Illia (1963-1966).
  • Verone, Mario Antonio; La caída de Illia; Editorial Coincidencia; Ciudad de Buenos Aires; 1985.
  • Video Illia en La república perdida I, primera parte.
  • Video Illia en La república perdida I, segunda parte.
  • Video La presidencia de Illia en Canal Encuentro.

Véase también