Puma

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Puma patagónico.

El puma (Puma concolor) es un felino americano que en el continente sólo es superado en tamaño por el jaguar. Originalmente habitaban casi todo el territorio argentino, desde la Quebrada de Humahuaca hasta Tierra del Fuego. La ocupación humana de su hábitat y la persecución a que fue sometido por sus ataques contra el ganado o como objeto de caza deportiva, ha provocado su extinción en muchas provincias y está en riesgo de extinción en todas las restantes.


Rasgos principales

Su principal alimento son ungulados como el ciervo, pero también caza camélidos como el guanaco y especies tan pequeñas como roedores e insectos. Prefiere hábitats con vegetación densa durante las horas de acecho, pero puede vivir en zonas abiertas. Animal territorial, la extensión de sus dominios depende de la vegetación y de la abundancia de presas. Los ataques a personas son raros, ya que en general las evita, pero su frecuencia ha aumentado en los últimos años.

Los pumas son esbeltos y ágiles, con pelaje de coloración bastante uniforme que varía entre el color dorado y el gris plateado o rojizo. Un adulto de pie tiene una altura en los hombros de 60 a 80 cm y un largo, de la nariz a la cola, que varía entre 1,5 y 2,75 m. Los machos pesan entre 53 y 72 kg, aunque ocasionalmente pueden llegar a pesar más de 120 kg; las hembras, entre 34 y 48 kg. Los pumas de la Patagonia son en promedio más pesados que los del norte argentino.

Situación actual del puma en Argentina

La especie está extinta en las provincias de Corrientes, Entre Ríos, el sur y centro de Santa Fe, el centro de Tucumán y en casi toda la provincia de Buenos Aires. En la provincia de Córdoba, donde abundaban hace 50 años, están en peligro de extinción. Fue allí donde Nores Martínez creó la raza dogo argentino diseñada para la lucha cuerpo a cuerpo con felinos, en una versión criolla de la caza de montería. Para este tipo de caza muchas veces se entrena a los perros haciéndolos pelear con pumas en cautiverio, práctica ilegal que se sigue realizando de forma clandestina. Esos pumas suelen morir prematuramente de ataques cardíacos.

A pesar de estar en riesgo de extinción, los gobiernos de las provincias patagónicas promueven su caza por considerarlo un peligro para las ovejas y otros ganados.[1] En la Provincia de Río Negro rige desde 1974 la Ley Provincial N° 763, reglamentada por el decreto Nº 989/74 y posteriores, para el control de especies animales silvestres perjudiciales para la agricultura y la ganadería. Las normas prevén la constitución de subcomisiones vecinales que pueden fijar las primas que con carácter de estímulo, se abonarán por las pieles y los cueros de pumas, zorros y jabalíes. Luego de una generalizada reacción de indignación en todo el país cuando se supo que Río Negro había aumentado la recompensa por dar muerte a pumas, el PEN resolvió proveer cámaras-trampa para obtener datos fehacientes acerca de la densidad poblacional, los roles de machos y hembras en el grupo y sus hábitos, así como la identificación de los pumas más agresivos.[2] Tarea que debió haberse hecho hace ya mucho tiempo.

Fuentes