¿Computadoras o tizas?

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computadoras en educación::¿Computadoras o tizas? es el dilema que frecuentemente se plantea cuando se equipan con computadoras escuelas carentes de insumos esenciales como tizas, libros y bancos, para no mencionar la copa de leche. Así planteada es una alternativa excluyente, como si la provisión de computadoras impidiera la adquisición de tizas. El simplista planteo tampoco tiene en cuenta el contexto escolar y el de la comunidad cuyas necesidades educativas atiende. El objeto de este artículo es dar ejemplos específicos que permitan poner el problema en términos más realistas, analizando los perjuicios y beneficios que puede acarrear el equipamiento.


Escuela de Alonso, provincia de Jujuy

Marcelo cargando la antena satelital; atrás, María.

En la porción jujeña de la cordillera de los Andes, a 3.200 m de altura, en el paraje de Alonso, se levanta una modesta escuelita de cuatro paredes. Los escasos caminos que la comunican con el resto de la provincia no son transitables por vehículos automotores, no tiene una pista de aterrizaje viable para otras aeronaves que los helicópteros (que igual nunca llegaron allí) y las personas que llegan o salen de la zona deben transponer a pie áridos pasos de 4.800 m de altura. La mayoría de los chicos que viven allí no conocerán personalmente una ciudad hasta que la búsqueda de tratamiento médico (si sobreviven el viaje) o de trabajo los lleven a ella. Sus imágenes del resto del mundo están limitadas a las fotos de los escasos libros escolares o de algún diario o revista. La economía de subsistencia en que viven ilustra acabadamente la deuda que los rincones más desarrollados del país tiene con aquellos donde todavía subsisten, con la adición de unos pocos bienes elementales, las condiciones de vida de la época precolombina.

La Fundación Aprendiendo Bajo la Cruz del Sur se propuso dotar a la escuela de una computadora conectada a Internet por antena satelital. Solicitaron a Gendarmería Nacional el apoyo del helicóptero que tienen en la zona, sin éxito. Pidieron ayuda a los gobiernos provincial y nacional y a empresas y particulares de través de los periódicos, sin éxito. Se organizó entonces un equipo de voluntarios compuesto por el médico pedíatra Alejandro Besteiro, el ingeniero en sistemas Juan Santoiani y el técnico informático Guillermo Cerioni en una caravana guiada por los lugareños Marcelo y María con su bebé cargado a la espalda. Con burros y mulas, partierndo desde Huacalera, recorrieron angostos senderos y hondonadas, bordearon precipicios y soportaron nieve durante unas 24 horas de marcha, cargando antena, PC, grupo electrógeno, herramientas y provisiones. Cuando las mulas se espantaron Marcelo tuvo cargar la antena al hombro sosteniéndola con su poncho. Cuando finalmente arribaron a Alonso, los esperaban los chicos cantando coplas, con fideos calientes que ellos mismos habían preparado, ansiosos de asomarse a un mundo desconocido por esa ventanita que les traían.

  • ¿Entenderían ese mundo nuevo o era preferible que no lo conocieran si no podían verlo en persona?
  • ¿Quién arreglaría los equipos cuando, inevitablemente, se descompusieran?
  • ¿No sería mejor llevarles tecnologías agropecuarias que mejoraran su economía en vez de informáticas?
  • La divulgación que tuvo la noticia, ¿estimularía al gobierno provincial a abrir caminos hacia esa zona y acercarles otros beneficios de la modernidad, como la atención sanitaria?
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Fuentes