Benjamín Villafañe Chaves

La enciclopedia de ciencias y tecnologías en Argentina

Retrato de Benjamín Villafañe Chaves circa 1920.

Benjamín Villafañe Chaves, quien firmaba y era conocido como Benjamín Villafañe, fue un destacado político y prolífico escritor. Es frecuentemente confundido con su padre, Benjamín Villafañe Bazán, por lo que se los diferencia aquí con el apellido de sus madres, aunque ninguno de los dos lo usaba, como era la práctica mayoritaria en Argentina.


Biografía

Último hijo de Benjamín Villafañe Bazán y Delfina Chaves Ojeda, nació el 3 de febrero de 1877 a bordo del pequeño vapor Viamont —de la compañía Molina - Roldán, que recién hacía por segunda vez ese viaje— navegando el Bermejo rumbo a Colonia Rivadavia (pcia. de Salta). Su padre, que había bregado durante muchos años por la apertura a la navegación de ese río, fue a instalarse allí para trabajar las tierras que tenía su esposa, arruinado en plena crisis económica de 1876. Hizo sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de la ciudad de San Salvador de Jujuy, época en que falleció su padre. Arrió tropas de mulas y hacienda del norte argentino a Chile y Bolivia. Cursó luego, en la Universidad de Buenos Aires, la mayor parte de la carrera de abogacía, que abandonó faltándole por aprobar unas pocas asignaturas. Desposó a Camila Silvetti Albornoz, oriunda de la Provincia de Tucumán, con quien tuvieron 9 hijos.

Funciones públicas

Caricatura de Benjamín Villafañe Chaves hecha por Ramón Columba, circa 1938.

Desempeñó sucesivamente las siguientes funciones públicas (en Jujuy, a menos que se indique lo contrario):

  • 1901: Defensor de Pobres y Menores.
  • 1902‑1906: Juez de Instrucción.
  • 1905‑1909: Profesor de Historia y Geografía en el Colegio Nacional.
  • 1909‑1910: Legislador provincial por la localidad de Humahuaca.
  • 1917‑1918: Legislador provincial por la localidad de Perico de San Antonio.
  • 1918‑1920: Presidente del Consejo Provincial de Educación.
  • 1920‑1924: Diputado Nacional.
  • 1924‑1927: Gobernador de Jujuy. Entre las principales obras hechas se cuentan:
    • Aporte de terrenos y fondos para la fundación por la Universidad de Tucumán del Instituto de estudios de enfermedades regionales dirigido por Salvador Mazza.
    • Defensas y primer puente sobre el Río Chico.
    • Apertura de la actual Avenida Senador Pérez.
    • Construcción de la cárcel penitenciaria de San Pedrito.
    • Compra de las tierras de las Termas de Reyes.
    • Obras cloacales en San Pedrito.
    • Finalización de las obras del Dique La Ciénaga.
    • Ampliación del Hospital San Roque.
    • Terminación de las obras de la Casa de Gobierno, incluyendo el Salón de la Bandera.
    • Aporte para la construcción del Salón de Actos de la Escuela Normal.
    • Construcción de los edificios del Banco Hipotecario y del Banco de la Nación.
    • Provisión de agua corriente a Humahuaca, Ledesma, Maimará, Perico del Carmen, San Pedro, Tilcara (donde una calle lleva su nombre) y Tumbaya.
    • Obras de saneamiento antipalúdico de terrenos anegadizos de la ciudad y sus alrededores.
    • Construcción del Parque San Martín.
    • Polígono de Tiro.
    • Piscina "Fuente de Salud".
    • Nuevo ingreso a Jujuy por la actual Villa Cuyaya.
  • 1930‑1931: Miembro del Directorio del Banco Hipotecario Nacional.
  • 1932‑1941: Senador Nacional por Jujuy.
  • 1941‑1944: Miembro del Directorio y Vicepresidente Segundo de YPF.

Por su trabajos en pos de la integración con Argentina, la República de Bolivia le otorgó la condecoración Orden del Cóndor de los Andes.

Muchos de los discursos y argumentaciones hechas en el ejercicio de sus funciones están reproducidos en algunos de sus numerosos libros.

Libros

  1. Nuestros males y sus causas; Juan Perroti Casa Editora; Buenos Aires; 1919.
  2. Irigoyen, el último dictador; ?; Buenos Aires; 1922.
  3. La redención de los grandes latifundios; Talleres Gráficos del Estado; Jujuy; 1924.
  4. El irigoyenismo, enfermedad nacional; Talleres Gráficos del Estado; Jujuy; 1927.
  5. Miseria de un país rico: proteccionismo y libre cambio, atentados a la República, industrias muertas o en agonía; Talleres Gráficos del Estado; San Salvador de Jujuy; 1926.
  6. El atraso del interior; Imprenta Buttazzoni; Jujuy; 1926.
  7. El petróleo y la Constitución Nacional; Talleres Gráficos del Estado; Jujuy; 1926.
  8. Política económica suicida. País Conquistado. La Conferencia de La Rioja; Imprenta Buttazzoni; Jujuy; 1927. Segunda parte de La miseria de un país rico.
  9. Degenerados; ?; Buenos Aires; 1928.
  10. De la lucha: algunos discursos y documentos; Imprenta Buttazzoni; Jujuy; 1929.
  11. Pasado y presente: la República Argentina ante el conflicto paraguayo-boliviano; Edit. Librería del Colegio; Buenos Aires; 1933.
  12. Historia de dos administraciones; ?; ?; 19??.
  13. Socialismo rojo - comunismo; Edit. Librería del Colegio; Buenos Aires; 1932.
  14. Lo que cuesta salvar una provincia: la agresión de los hermanos Armando y Ernesto Claros y el caso del ex Ministro de Hacienda Pedro Campos; Librería del Colegio; Buenos Aires; 1934.
  15. Hora obscura; imprenta no identificada; Buenos Aires; 1935.
  16. La ley suicida; Imprenta Mercatali; Buenos Aires; 1936. Segunda parte de Hora obscura.
  17. La región de los parias; Editorial Cabaut y Cia.; Buenos Aires; 1934.
  18. Chusmocracia; Imprenta Mercatali; Buenos Aires; 1937. Tercera parte de Hora obscura.
  19. El asesinato de Rafael Tauler, perpetrado por las autoridades y amparado por la justicia; Imprenta Mercatali; Buenos Aires; 1938.
  20. Cosas de nuestra tierra: el paraíso de los usureros, la ley al servicio del crimen, parálisis del progreso argentino; Librería del Colegio; Buenos Aires; 1939.
  21. La tragedia argentina; Imprenta José Menéndez; Buenos Aires; 1943.
  22. El destino de Sud América; Talleres Gráficos Perú; Buenos Aires; 1944.
  23. Yacimientos petrolíferos Fiscales y el Automóvil Club Argentino. Su significado en la economía del país; Librería: Lucio Fernando Aquilanti; Buenos Aires; ?.
  24. El general Uriburu y la revolución de setiembre; imprenta no identificada; Buenos Aires; 1947.
  25. Motivos de la selva y de la montaña; Talleres Gráficos de Domingo E. Taladriz; Buenos Aires; 1952.
  26. Las mujeres de antaño en el norte argentino; Talleres Gráficos de Domingo E. Taladriz; Buenos Aires; 1953.

Villafañe denunció valientemente algunos de los mayores negociados argentinos, cuyos detalles pueden leerse en varios de sus libros. En La tragedia argentina describe, entre otros, los de la venta de tierras de El Palomar, de la Compañía Holando Argentina de Electricidad, de la Corporación de Transportes de la ciudad de Buenos Aires y del puerto de Rosario. En El asesinato de Rafael Tauler devela las razones y la forma en que el minero español fue asesinado para quitarle la propiedad de la que después fue una de las más ricas minas de la zona, Mina Pirquitas. El dibujante y taquígrafo del Senado de la Nación Ramón Columba señala en su libro El Congreso que yo he visto que se necesitaba un bayardo sin miedo y sin reproche para afrontar semejante responsabilidad. Columba relata en este libro algunas risueñas y reveladoras anécdotas sobre el entonces senador Villafañe.

Ideas sobre las tecnologías y el desarrollo nacional

Sus ideas proteccionistas, de fomento de la industria y de la importancia de los transportes fueron reiteradamente expresadas en muchos de sus libros. Las siguientes son sólo algunas citas —sólo ilustrativas y no exhaustivas— de las mismas:

Los pueblos sin industrias son pueblos esclavos. La forma más eficaz de conquista de los pueblos débiles ha sido, en los últimos cien años, la de valerse del capital en vez de las armas. Dejan a los pueblos de escasa cultura o sin fuerza armada respetable la ilusión de una libertad ficticia, porque les permiten la elección de sus mandatarios y la vida al amparo de instituciones democráticas, pero se reservan los medios de transporte, puertos, marina mercante y todos los servicios públicos. Se adueñan de las industrias y comercio y minas, son los señores que imponen los salarios y miden el standard de vida de los pueblos sometidos. La dominación por tal procedimiento es, sin duda, la más hábil porque el esclavo ignora que es esclavo, y ama y se arrodilla ante la mano que le ha puesto el dogal al cuello y succiona su sangre. (Discurso pronunciado en la inauguración de la estación del servicio del ACA de la ciudad de Santiago del Estero, el 5 de noviembre de 1942. Transcripto en el Boletín de Informaciones Petroleras (YPF) N° 220;, Buenos Aires, 1942.)
Yo no soy de los que creen, como ciertas escuelas materialistas, que los factores económicos y geográficos sean los únicos que forman la civilización de un pueblo. Pero no hay duda que su influencia es poderosa. (Miseria de un país rico, p. 26.)
La cifra total del valor de lo que los argentinos introducen del exterior sin necesidad asciende a la suma de seiscientos millones de pesos que a quedar en el país lo transformarían en pocos años en uno de los emporios de riqueza más podersos del mundo, en un organismo sano, vigoroso, asiento de una civilización autóctona, centro de atracción de los hombres de trabajo de los pueblos más laboriosos de la tierra. (La encrucijada del desarrollo regional, p. 43.)
Debe ser tarea empeñosa para los hombres de trabajo predicar hasta el cansancio sobre temas de cuya solución depende la prosperidad o la ruina de todos a fin de formar una conciencia colectiva que —como en Inglaterra, el país clásico del libre cambio— haga que las masas socialistas reclamen y exijan de los gobiernos el amparo de las industrias de las que vivimos todos, amparo que no se encuentra por cierto en la defensa aduanera, sino en las múltiples medidas de fomento, algunas de las que han sido ya sometidas a la consideración de nuestros poderes públicos. (La encrucijada del desarrollo regional, pp. 43‑44.)
La agricultura ocupa actualmente en el país medio millón de brazos. No podrá recibir sino en medida limitada los cien mil jóvenes que cada año llegan a la edad de trabajar como consecuencia del aumento de la población. De los cien o doscientos mil inmigrantes que el país recibía en años anteriores, ya no podrán encontrar trabajo en los campos más de treinta o cuarenta mil por año , mientras no se colonice en gran escala, cosa que no nos preocupa como es notorio. El resto sólo encontrará trabajo si las manufacturas se desarrollan ampliamente. Con sesenta lavaderos, con el hilado y el tejido de los millones de kilos de lana y algodón que el país necesita para el consumo, se daría ocupación a una enorme cantidad de obreros. Como observa Alejandro Bunge— es mejor importar máquinas, implementos de trabajo y colorantes, que tejidos. Éstos se consumen en el país y las máquinas quedan, como quedan los salarios y los fletes. (Miseria de un país rico, pp. 147‑148.)
En 1918 publiqué un trabajo en el que hacía notar la necesidad urgente en que nos encontrábamos de dedicar especial atención a las industrias metalúrgicas y siderúrgicas, y de seguir el ejemplo del Brasil y de Chile en la instalación de altos hornos. Este trabajo me valió críticas acerbas de cierta prensa de la capital, según la que los argentinos no estábamos preparados para entrar en la era industrial. Esa creencia predomina todavía entre la gente influyente de Buenos Aires, creencia que viene a colocarnos en inferioridad de inteligencia y capacidad respecto de nuestros vecinos los brasileros y chilenos, que por entonces se apresuraron con éxito a cimentar estas industrias. Se dirá: ¿por qué si provincias como Jujuy y Salta tienen enormes cantidades de fierro, cobre, etc., no se trabajan estas minas? Pues precisamente porque para explotarse con provecho es menester que exista en el país una industria metalúrgica poderosa y bien defendida por las leyes nacionales y los aranceles aduaneros. (Miseria de un país rico, pp. 141‑14.)
El renglón maquinaria agrícola importado el año 1924 alcanzó la cifra de 20.000.000 de pesos oro. La importación de estos articulos elaborados en el exterior no paga derechos de aduana, derechos suprimidos en 1923. En el país se fabrican molinos, arados de diversos tipos, rastras de dientes y cultivadoras. Pero varios de los materiales que se importan para fabricar estos implementos pagan derecho de aduana, de manera que no pueden competir con el artículo similar que se importa. Las fábricas han empezado a cerrarse y en breve no quedará abierta ni una sola. Lo que ocurre con la industria siderúrgica no tiene perdón de Dios. El permiso a la exportación del hierro en la forma en que ha sido concedido significa un golpe de muerte para esta rama de la economía nacional, digna no sólo de ser protegida sino premiada por los poderes públicos pues se trata de algo así como de la espina dorsal de la economía de todo pueblo civilizado y hasta de un elemento tan indispensable para la defensa de la Nación como las armas y los buques. (La encrucijada del desarrollo regional, pp. 33‑34.)

La que probablemente sea la lista más completa de sus ideas sobre el desarrollo regional es la presentada en la conferencia de los gobernadores del noroeste (Catamarca, Jujuy, Salta, Santiago del Estero y Tucumán) que tuvo lugar en la ciudad de Salta el 26 de junio de 1926. La siguiente es la lista de propuestas de acción hecha en dicha conferencia (Miseria de un país rico, pp. 255‑258):

  1. Protección legal que las industrias locales necesitan para su desarrollo dentro de los intereses generales del país, amparándolas del dumping y de la producción de aquellos países en donde no existe la jornada de ocho horas ni el salario mínimo.
  2. Estudio y reforma conveniente de las tarifas ferroviarias en las líneas que sirven al noroeste del país.
  3. Modificación y reforma de las leyes de aduana.
  4. Leyes de estímulo para el desarrollo de nuevas industrias.
  5. Aplicación inmediata de las leyes nacionales llamadas de fomento del Norte, sancionadas a raíz del último censo nacional.
  6. Sanción de un plan orgánico de saneamiento del Norte, aportando a la obra federal el concurso de las provincias necesitadas de él.
  7. Terminación de las obras de los ferrocarriles internacionales de Huaytiquina (Chile) y Yacuiba (Bolivia), concluyendo los acuerdos internacionales necesarios por parte del gobierno nacional, así como también los de Embarcación (Salta) a Formosa y de Barranqueras (Chaco) a Metán (Salta).
  8. Terminación de los litigios internacionales de límites, especialmente el de Bolivia, cuyo mercado tanto interesa al Norte.
  9. Arreglo de los límites interprovinciales, a fin de que las provincias tengan jurisdicción sobre la margen de los ríos navegables, suprimiendo algunas gobernaciones nacionales a fin de compensar superficies de territorios. (En esa época todavía existía la gobernación de los Andes, que en 1943 fue distribuida entre las provincias de Salta y Jujuy.[1])
  10. Celebración de nuevos acuerdos comerciales con los países vecinos.
  11. Gestión de preferencia en el arrendamiento de la línea de La Quiaca a Uyuni, en caso de que el gobierno de Bolivia quisiera realizar esta operación con otras compañías.
  12. Navegación del río Bermejo, complemento necesario para las obras ferroviarias del Norte y salida conveniente para la producción boliviana. (Esto no se había logrado todavía en 2010.)
  13. Inmediata sanción de una ley nacional de caminos. (La primera Ley Nacional de Vialidad, la N° 11.658, se sancionó en 1932.)
  14. Instalación de altos hornos eh Jujuy y estudios de los minerales de hierro y carbón de estas regiones por técnicos argentinos. (Altos Hornos Zapla se inauguró en 1945.)
  15. Estudios coordinados de las riquezas del subsuelo, encaminada a revelar las posibilidades de su explotación. (El estudio general recién se hizo en la década de 1990 para entregar su explotación, con grandes beneficios, a empresas privadas. Véase Minería.)
  16. Instalación de depósitos de aduana en el Interior, en la forma indicada en el proyecto del diputado nacional Arturo M. Bas.
  17. Estudio nacional de las caídas de agua en todo el Norte, también con fines industriales.
  18. Ley Nacional de petróleos. (La primera ley nacional del rubro se sancionó en 1932.)
  19. Desarrollo de una enseñanza general orientada de manera práctica y en armonía con las que las provincias desarrollen, de acuerdo con sus necesidades locales.
  20. Sanción del proyecto complementario del Código Penal en vigencia, sobre la creación de cárceles regionales.
  21. Dictado de una ley que reglamente el corte de bosques. (La 1ª ley nacional sobre el tema, la N° 26331[2], se sancionó en 2009.)
  22. Canalización del Paraná hasta los puertos de Santa Fe y Formosa.
  23. La ley por la cual se establece que debe oírse a los gobiernos de provincias en la designación de inspectores de las escuelas nacionales, así como en la confección del programa de las materias a enseñarse en las mismas.
  24. Organización de una estadística regularizada en estas provincias, en colaboración entre las mismas.
  25. Reforma del Código de Minería para prevenir en forma eficaz el acaparamiento de concesiones mineras.

La Conferencia de Gobernadores del Noroeste

El historiador Armando Bazán historia la iniciativa de Benjamín Villafañe Chaves de promover acciones conjuntas de las provincias del Noroeste argentino con la nación para la resolución de los graves problemas que aquellas padecían en la década de 1920. Convino para ello con el gobernador de Salta, Joaquín Corbalán, la convocatoria a los gobiernos de las provincias de Catamarca, Jujuy, La Rioja, Salta, Santiago del Estero y Tucumán a la Conferencia de Gobernadores del Noroeste que se hizo en la ciudad de Salta en junio de 1926. Respecto a las propuestas antes transcriptas de Villafañe, comenta Bazán:

La conferencia de Benjamín Villafañe revela a un verdadero estadista. Hay ideas claras sobre los problemas políticos, administrativos, sociales, económicos y educativos del Noroeste y propuestas para su adecuada solución. Su visión de la problemática regional estuvo integrada en el marco de una política nacional que distingue con claridad cuáles eran las decisiones pertinentes para conjugar las necesidades del desarrollo del país con la promoción de un área geopolítica rezagada por circunstancias diversas.
Villafañe sostuvo una tesis proteccionista de la economía regional y nacional con una propuesta entonces novedosa: la industria nacional no puede competir con el dumping instrumentado por otras naciones, donde los costos de producción son inferiores merced a la inexistencia de leyes sociales y la no vigencia de salario mínimo para los trabajadores. Para remediar esta desventaja considera necesario reformar los aranceles aduaneros y aprobar un régimen de estímulo para la radicación de nuevas industrias.
Traduce la aspiración compartida por los hombres del Noroeste de recuperar la integración económica de la región con el mercado americano para dar salida a su producción. En este sentido propugnó la terminación de las obras ferroviarias de Huaytiquina a Chile y de Yacuiba a Bolivia y, como medida complementaria, propone celebrar tratados comerciales con los países vecinos.
Puntualizó la situación de incomunicación en que se hallaba la región con las demás regiones argentinas, reducida en ese momento al Ferrocarril Central Norte, y la casi inexistencia de caminos carreteros. Para resolver ese aislamiento era indispensable concluir los ramales ferroviarios de Formosa a Embarcación y de Barranqueras a Metán, pero sin omitir la vía fluvial del río Bermejo, antiguo proyecto que integraría a nuestro país con Bolivia, dando salida ventajosa a la producción de ese origen y afianzando los lazos históricos con esa nación sometida a una grave situación de confinamiento. En materia de vialidad, Villafañe reclamó la inmediata sanción de una ley nacional de caminos que llegaría más tarde con la ley nacional de vialidad.
La minería tuvo un lugar destacado en su preocupaciones. En su sentir era necesario hacer la prospección y explotación de los recursos mineros del Noroeste a cuyo fin coadyuvaría a la sanción de una ley nacional del petróleo y la instalación de altos hornos en Jujuy, propuesta ésta con la que se anticipó a la política siderúrgica desarrollada más tarde por el general Savio.
También fue precursora su iniciativa en orden al desarrollo de los recursos hidroenergéticos, fundamento de una política industrial. El aprovechamiento de esa fuente energética se concretaría sólo cuarenta años después con la construcción de grandes embalses y la instalación de usina en Río Hondo (Santiago del Estero), Cabra Corral (Salta) y Escaba (Tucumán), destinadas a satisfacer los requerimientos energéticos del Noroeste.
Sostuvo la necesidad de aplicar en forma inmediata la legislación de fomento para el Norte, sancionada por el Congreso a raíz de los resultados del censo nacional de población de 1914, que patentizó en forma dramática su situación de región expulsora de población.
No olvidó señalar el grave problema de arrasamiento de la riqueza forestal. Los bosques del Norte, de especial modo en Santiago del Estero, estaban siendo talados en forma irracional, por cuyo motivo era urgente el dictado de una legislación protectora tendiente a la renovación de ese recurso.
El problema educativo fue abordado por Villafañe con enfoque realista. No bastaba alfabetizar. Había que pensar en capacitar al joven del Norte en función de las necesidades regionales, dándole así oficios y profesiones con salida laboral en sus provincias de origen. Insistía, así, en la idea sustentada por Juan B. Terán, creador de la Universidad del Norte, encaminada a proveer a la región de los técnicos y profesionales necesarios para el desarrollo de sus recursos naturales.
Los hombres de gobierno de la misma tropezaban con un serio escollo para fundamentar sus decisiones: la carencia de estadísticas fehacientes sobre diversas materias. Dando coronamiento a sus propuestas, Villafañe expuso la necesidad de organizar los servicios estadiísticos por el esfuerzo coordinado de las provincias del Norte.
Al concluir su disertación, Benjamín Villafañe fue ovacionado por el auditorio. Había interpretado cabalmente un sentir generalizado, compartido, sobre los remedios que necesitaba el Norte, con autoridad y dignamente. En su discurso hay hechos e ideas, diagnósticos y soluciones, sin quejas ni expresión de agravios. Fue un documento persuasivo que, en varios aspectos, anticipa medidas de gobierno que llegaron después, algunas bastante más tarde.

El petróleo de Jujuy

Se afirmó que, siendo gobernador, Villafañe se opuso, junto con el gobernador Corvalán de Salta, a derogar las concesiones petroleras otorgadas a empresas privadas trabando así el accionar de YPF (Favaro, Orietta & Morinelli, Marta B. & Ragno, María Rosa; La intervención estatal en los inicios de la industria petrolera (1887-1918); CEAL; Buenos Aires; 1989; Favaro+ IEIP; p. 13). La acusación, difundida por el entonces diputado nacional Diego Luis Molinari, no tenía ningún fundamento. En un pedido de investigación hecho por Villafañe a la Legislatura de Jujuy el 19 de noviembre de 1928, señala que (De la lucha, pp. 327‑328):

  1. El 24 de julio de 1924, por su iniciativa como gobernador, se sancionó la Ley Provincial N° 575 de creación del Departamento de Minas. Esto permitió iniciar controles técnicos, antes inexistentes, de todas las actividades de explotación minera de la provincia.
  2. El 3 de diciembre de 1924 dictó un decreto de reserva de explotación de hidrocarburos que estableció la caducidad de 384 solicitudes de pertenencias en trámite. En razón del mismo quedaron en vigor sólo nueve pertenencias adjudicadas a Yacimientos Petrolíferos Fiscales durante la gestión del anterior gobernador.
  3. Durante toda su gestión no se hicieron nuevas concesiones de exploración o explotación minera, fuera de petróleo o de otra substancia.

La acusación fue también objeto de otras dos investigaciones, una del Senado de la Nación y otra del presidente Yrigoyen, que la encontraron infundada (Motivos de la selva y la montaña, p. 181).

Fuentes

  • Bazán, Armando Raúl; El Noroeste y la Argentina contemporánea; Editorial Plus Ultra; Buenos Aires; 1992; pp. 77‑78.
  • Casal Castel, Alberto; Mensaje de la sangre. En Villafañe Benjamín; La tragedia argentina; Imprenta José Menéndez; Buenos Aires; 1943.
  • Ceballos, Rodolfo; Hace 60 años, el gobernador Villafañe propició instalar altos hornos en Jujuy; Diario Pregón; San Salvador de Jujuy (Argentina); 12 de noviembre de 1984.
  • Ceballos, Rodolfo; Benjamín Villafañe y la moral pública; Diario Pregón; San Salvador de Jujuy (Argentina); 26 de agosto de 2007.
  • Columba, Ramón; El Congreso que yo he visto; Editorial Ramón Columba; Buenos Aires; 1978 (3ª edición conteniendo los tres tomos); tomo III, pp. 191‑192. Columba era taquígrafo del Senado durante el desempeño, como senador, de Benjamín Villafañe Chaves.
  • Kaminsky, Ángel; Diccionario Biográfico Panamericano: Argentina – Brasil – Chile; Editorial Diccionario Biográfico Panamericano; Buenos Aires (Argentina); 1952; p. 304.
  • Martin, Percy Alvin (Compilador); Who's who in Latin America; Stanford University Press - Oxford University Press; Stanford (California, EEUU) and Oxford (Inglaterra); 1933; p. 426.
  • Villafañe, Benjamín; El asesinato de Rafael Tauler; Imprenta Mercatali; Buenos Aires; 1938. p. 79.
  • Villarino, Emilio (compilador); Benjamín Villafañe: una pasión política; Círculo de Legisladores de la Nación Argentina; Buenos Aires; 1999; ISBN 9789879336281. Fragmentos de libros, discursos y proyectos de ley.

Véase también

  • Villafañe, Benjamín; Miseria de un país rico: proteccionismo y libre cambio, atentados a la República, industrias muertas o en agonía; Talleres Gráficos del Estado; San Salvador de Jujuy; 1926; VillafañeB2 MPR.
  • Villafañe, Benjamín; La encrucijada del desarrollo regional; Edit. Universidad Nacional de Jujuy; San Salvador de Jujuy (provincia de Jujuy); 1996; ISBN 9789507210532 (VillafañeB2 EDR).
  • Mina Pirquitas.