Calendario gregoriano

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El calendario gregoriano es el método de asignación de fechas vigente en todos los países europeos y americanos. Se llama así porque fue implantado en los reinos cristianos, en el año 1583, por una bula del papa Gregorio. XIII.


Calendario gregoriano

Un calendario es una convención social para la asignación de fechas, diseñada para armonizar entre sí cuatro convenciones de uso generalizado:

  • un día de 24 horas;
  • un año de 365 días;
  • un año de 12 meses;
  • una semana de 7 días.

Estas convenciones no son totalmente arbitrarias, ya que:

  • el día es el tiempo que tarda la Tierra en hacer una rotación completa (360°) alrededor de su eje;
  • el año es el tiempo que le lleva a la Tierra dar una vuelta completa alrededor del sol;
  • la semana es, al entero más cercano, el número de días que demora un cuarto de ciclo lunar, la fracción más corta fácilmente reconocible de éste;
  • el mes es, al entero más cercano, la duración en días de un ciclo lunar completo (29,5 días).

Como surge de sus nombres, tanto los meses como los días de la semana tienen origen religioso. Por ejemplo, enero es el mes del dios romano Jano y miércoles es el día del dios romano Mercurio (el Wotan de la mitología teutónica). Sin embargo, la principal razón de su existencia es la agricultura, que requiere una buena determinación de los tiempos apropiados para tareas como la siembra. Ésto sólo es posible cuando se tiene un calendario preciso pero simple.

El principal problema a resolver por un calendario es que el tiempo que tarda la Tierra en completar su órbita alrededor del Sol no es exactamente 365 días sino 365,24219 días (365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos). Por esta razón, si se usa un año de 365 días justos al cabo de sólo 4 años nos habríamos quedado cortos en 1 día. Transcurridos 377 años los meses de primavera se habrían transformado en los de invierno y los de verano en los de primavera. Para poder preservar la fecha en que caen las estaciones, debe preservarse algún evento astronómico anual como los solsticios o los equinoccios. Un solsticio es el día del año en que el sol alcanza su máxima altura sobre el horizonte (máxima distancia respecto al ecuador celeste): 21 de junio o 22 de diciembre. Los equinoccios son las fechas en las que la longitud del día y de la noche son iguales: 20 de marzo o 22-23 de setiembre. Para ello se necesita tener periódicamente años con 1 día adicional: los años bisiestos.

A lo largo de la historia se inventaron muchos calendarios diferentes para lograr ésto: el chino, el judío, el maya, el azteca, el juliano y el gregoriano son sólo algunos de ellos. El calendario actualmente usado por la totalidad de los países europeos y americanos es el gregoriano, que vino a reemplazar al hasta entonces usado calendario juliano. El cambio se hizo en 1582, cuando el Papa Gregorio XIII (de allí su nombre) emitió la bula que lo implantó en todos los reinos cristianos de la época con la única excepción de Inglaterra, donde el papa ya no era más el jefe de la Iglesia). La reforma del papa Gregorio XIII ajustó no sólo la fecha -el día siguiente al 4 de octubre de 1582 fue 15 de octubre de 1582- sino la frecuencia de los años bisiestos. En el calendario juliano que lo precedió, todos los años divisibles por 4 eran bisiestos, lo que generaba un error por exceso; la reforma redujo su número al establecer que todos los años divisibles por 100 dejaban de ser bisiestos, salvo cuando eran divisibles por 400. Así, en el calendario gregoriano el año 2000 será bisiesto, pero 1900 no lo fue. Esto equivale a tomar un año de 365,2425 días, que habrá que corregir con la eliminación de un año bisiesto cada 1666 o 1667 años.


Fuentes

  • O'Neil, W. M.; Time and the calendar; Sidney University Press; Sidney (Australia); 1975.
  • Roggett, L. E.; On Almanac; Chapter XII de Seidelman, P. K. (compilador); Astronomical Almanac; University Science Books; 1992; pp. 575-608.