En la mayoría de los procesos culturales que afectan a la supervivencia hay una aversión generalizada de los integrantes del grupo social al cambio, un conformismo o inercia que se opone a las modificaciones. No se trata de un capricho sino de la ignorancia de las consecuencias que los cambios pueden tener. Dada la complejidad de las adaptaciones culturales al medio ambiente y a la idiosincrasia del grupo social, rara vez hay explicaciones de las razones de las pautas culturales, entre las que se incluyen el uso de ciertas y determinadas tecnologías para ciertas y determinadas tareas. Por esta razón las pautas culturales no son razonadas, sino impuestas por consenso social, por tradición. Para que el cambio sea posible, generalizado y estable, deben cumplirse al menos los siguientes requisitos:
# Existencia de tecnologías alternativas a las usadas para la mejor realización de una o más [[funcion]]es socialmente valoradas; o el interés generalizado en la incorporación de una función novedosa. El primer caso está ilustrado por el reemplazo del kerosene por gas natural o licuado de petróleo para calentar agua y ambientes. El segundo, por la introducción de los teléfonos móviles, en Argentina denominados ''celulares''.