Complejo Tecnológico Pilcaniyeu

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El Complejo Tecnológico Pilcaniyeu (CTP) es una instalación de la Comisión Nacional de Energía Atómica, operada por INVAP, donde se llevan a cabo desarrollos tecnológicos nucleares como el enriquecimiento de uranio y la construcción del reactor CAREM.


Historia y características

Complejo Tecnológico Pilcaniyeu sobre el río Pichileufu.

La planta, que en 2015 contaba con una superficie cubierta de 30.000 m², fue inicialmente construida por INVAP para la CNEA a fines de la década de 1970 para el enriquecimiento de uranio y tareas conexas. Está ubicada en el paraje de Pichileufu Arriba, a orillas del río Pichileufu y en una zona de estepa cercana a la población de Pilcaniyeu. El éxito en las tareas fue anunciado poco antes de la asunción del presidente Raúl Alfonsín, quien visitó la planta en 1984, colocando al país entre la decena de los que tienen esta capacidad. Las actividades de enriquecimiento se paralizaron completamente en 1996, aunque se mantuvo una dotación mínima de personal, alrededor de 17 personas, para el mantenimiento de las instalaciones.

A principios de 2007, pocos meses después del relanzamiento del Plan Nuclear Argentino por el entonces presidente de la nación Néstor Kirchner, se iniciaron las tareas de reacondicionamiento y actualización del complejo, bajo la supervisión de la Organización Internacional de Energía Atómica.[1] A partir de ese momento y hasta junio de 2010 se invirtieron $ 25 millones, se aumentó la planta de profesionales y técnicos que pasó de 17 a 115 y se construyó, con carácter experimental, uno de los 54 módulos previstos. El módulo desarrollado es el de difusión gaseosa de exafluoruro de uranio, que en durante la primera etapa se usará para capacitar personal, probar componentes y estudiar cómo se comporta el proceso sin uso de uranio.[2] La puesta en funcionamiento de las instalaciones está prevista para setiembre de 2011 y demandará otros $ 35 millones y la incorporación de una treintena de profesionales adicionales. A fines del año 2015 se anunció la reiniciación, a nivel de planta piloto, de las tareas de enriquecimiento de uranio para abastecer los reactores argentinos de uranio enriquecido y agua liviana. Se mencionó, asimismo, el inicio del desarrollo de métodos más modernos para reemplazar el de difusión gaseosa[3].

Reactor nuclear RA‑8.

En el complejo opera el reactor RA-8, especialmente diseñado para hacer experimentos relacionados con el diseño del reactor compacto CAREM. Estos experimentos, de tipo nuclear y termohidráulico, permitirán definir los parámetros que rigen la disposición, la composición y el rendimiento del combustible nuclear.[4] Según la asociación ambientalista de Bariloche Piuké, el reactor fue construido sin estudios previos de impacto ambiental.[5]

El 3 de junio de 2010 la entonces ministra de Defensa, Nilda Garré, anunció que se pondrían en marcha los estudios para dotar a buques o submarinos de la Armada de propulsión nuclear[6]. Las tareas serían llevadas a cabo por el CINAR e INVAP, cuyo reactor CAREM podría ser el apropiado para la tarea. El emprendimiento, que parece no haberse iniciado nunca, tendría un costo de varios de miles de millones de dólares, ya que el costo de un submarino nuclear es de unos € 550 millones y la mera transferencia de la tecnología para su fabricación podía aumentar la cifra a 2.000 millones[7].

Oposición de los pobladores de la zona

Como las instalaciones originales de captación de agua del río Pichileufu habían sido destruidas por una creciente en 1994, el 29 de julio de 2009 la CNEA solicitó el uso de agua pública para consumo humano y refrigeración en el Complejo Tecnológico Pilcaniyeu. La capacidad máxima de captación del nuevo sistema más que cuadruplica la original. El 28 de abril de 2010 un edicto del Departamento Provincial de Aguas (DPA) autorizó a la CNEA a derivar aproximadamente 1 millón de litros de agua por día del río Pichileufu para consumo humano y sanitarios, sin mencionar los riesgos de contaminación que podrían sobrevenir, los que debieron haber sido objeto de un dictamen previo del Consejo de Ecología y Medio Ambiente (CODEMA). Cuando se divulgó esta autorización los pobladores de la zona requirieron más información sobre el uso que se daría a esa agua en una nota donde señalan que[8]

Éste es un río de costas contrastantes entre invierno y verano, aguas abajo se usa para riego, bebedero de animales, consumo humano, de familias y escuelas, también como espacio de recreación para gente de la zona o pescadores. Tememos que la reducción del caudal, que ya es poco en verano, nos afecte visiblemente a la zona de Pichileufu, Paso de los Molles, Melicó, Corralito.

El 27 de mayo de 2010 se llevó a cabo una reunión en la que participaron representantes de la CNEA, DPA y CODEMA, donde los primeros informaron las tareas de enriquecimiento de uranio que se estaban llevando a cabo en el complejo. Los vecinos asistentes decidieron formar una Comisión de Seguimiento para oponerse a la pretensión de la CNEA y bregar para que el DPA no autorice el pedido. Impulsarán, asimismo, que el Concejo Deliberante de Pilcaniyeu establezca al ejido como Municipio No Nuclear, y pedirán a organizaciones ambientalistas de la región y de otros lugares la solidaridad ante este atropello a la naturaleza.[9] Hay antecedentes sobre el tema en la provincia de Río Negro, donde la cercana Municipalidad de El Bolsón se declaró Municipio No Nuclear en la década de 1990.

La CNEA aclaró posteriormente que el sistema de refrigeración es un circuito cerrado con torres de enfriamiento y que el agua tomada del río, además del uso sanitario normal, sólo se usará para la reposición de las pérdidas por evaporación del circuito estimadas del orden de 1 m³ por mes. Los efluentes generados contendrían sólo pequeñas cantidades de fluoruro de calcio y más bajas de uranio, cuya liberación al ambiente sólo se haría con autorización de la Autoridad Regulatoria Nuclear. El 14 de junio de 2010 la Comunidad del Limay hizo una reunión en Bariloche para promover la oposición al emprendimiento del que denominan Polo Tecnocontaminante de Pilcaniyeu[10]. En octubre de 2013, tras una breve visita al complejo, la Defensora del Pueblo de la Provincia de Río Negro, Nadina Díaz, informó que en el desarrollo de esta actividad no hay líquidos que entren en contacto con el uranio. El material tiene un máximo aprovechamiento, dado que se utilizan tanto el uranio enriquecido como también aquel que queda empobrecido. Estos no son datos menores a la hora de evaluar el consumo de agua y la generación de residuos. Señaló también —contradictoriamente, ya que se trata de una planta que produce bienes para uso externo, no interno— que la Secretaría de Medio Ambiente informó que no habrá transporte de uranio en la zona ni de ingreso ni de salida de la planta, dado que se trabajará con el material que ya está almacenado en el lugar, bajo parámetros de seguridad internacionales[11].

Los estudios de impacto ambiental previstos por la Ley Provincial Nº 3266 fueron recién aprobados en 2014, poco antes de la iniciación de las operaciones comerciales de enriquecimiento de uranio[12], pero se omitió hacer la audiencia pública requerida por esta norma y la Ley Nacional Nº 25.675 respecto a los derechos ciudadanos a la información sobre impactos ambientales[13].

Extracción de uranio para la planta

En junio de 2010 la Dirección de Minería de la provincia de Río Negro autorizó a la CNEA la exploración de la zona de Peñas Blancas, en las cercanías de Catriel. El objeto es encontrar nuevas fuentes de mineral para la separación y enriquecimiento de uranio.[14]

Fuentes