Densidad nacional

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El concepto de densidad nacional fue introducido por el conocido economista argentino Aldo Ferrer para explicar el insuficiente desarrollo económico de Argentina.


Rasgos principales

Aldo Ferrer
circa 2006.

Ferrer introdujo el concepto en su libro La densidad nacional: el caso argentino publicado en 2004. Reafirma posteriormente el concepto en el capítulo del libro Pensar la Nación, p. 39, donde da un panorama de la economía argentina en 2010. Señala allí que el gran problema histórico de Argentina ha sido su incapacidad de generar y mantener la suficiente densidad nacional, el conjunto de condiciones necesarias para ser

capaces de gestionar los saberes para poner en marcha procesos de acumulación y relacionarse con el mundo, de tal manera que esos cambios internos sean posibles, manteniendo el comando de su propio destino y no subordinándose a los intereses de afuera.

Estas complejas destrezas, cuyo análisis detallado requeriría probablemente más de un libro, son explicadas por Ferrer como condiciones primarias (¿causas?) para el cumplimiento de otras condiciones secundarias y la puesta en práctica de medidas instrumentales según el siguiente esquema (La densidad nacional, pp. 57‑58):

El análisis comparado revela que en todos los países considerados en este estudio se verificaron condiciones vinculadas a la cohesión y movilidad social, los liderazgos y sus estrategias de acumulación de poder, la estabilidad institucional, el pensamiento crítico y la política económica. Todas esas condiciones son mutuamente interdependientes en procesos circulares virtuosos que ampliaron las fronteras del desarrollo y provocaron respuestas positivas a los desafíos y oportunidades de la globalización.
La cohesión y movilidad social fortalecieron la estabilidad institucional, que a su vez viabilizó políticas de crecimiento que ampliaron el empleo y la mejora social fortaleciendo, consecuentemente, la cohesión y movilidad sociales. En ese contexto, los líderes sociales, económicos y políticos tendieron a formular estrategias de acumulación de poder dentro del propio espacio, abarcativas del conjunto de la sociedad para retener el dominio de los recursos fundamentales y de las actividades de frontera impulsadas por el cambio tecnológico.
Las ideas y visiones fundadoras de las estrategias de los liderazgos se fundaron así en los propios intereses y en visiones singularizadas del funcionamiento del sistema global, apartadas del pensamiento céntrico. En tales condiciones la política económica pudo manejar las pujas distributivas, mantener los equilibrios macroeconómicos y extender los espacios de rentabilidad al conjunto de los sectores económicos y del territorio. La convergencia de tales condiciones, siempre presentes en los países exitosos, permitió organizar los recursos en torno de ejes propios e integrarse en el orden global poniendo en marcha procesos de acumulación en sentido amplio.
Las condiciones del éxito pueden agruparse en tres categorías: básicas, derivadas e instrumentales. Las primeras abarcan la cohesión, la movilidad social y la calidad de los liderazgos. Son básicas porque son fundacionales de las otras. Las derivadas incluyen la estabilidad institucional y el pensamiento crítico que, a su vez, sustentan a la política económica como instrumento de los equilibrios macroeconómicos y los incentivos al proceso de acumulación en sentido amplio, vale decir. al desarrollo. El bloque de condiciones fundamentales, derivadas e instrumentales constituye la densidad nacional. Esto equivale a decir: la capacidad de un país de dar respuestas positivas a los desafíos y oportunidades de la globalización conducentes a la puesta en marcha de procesos de acumulación en sentido amplio.
El desarrollo económico y social puede así entenderse como el despliegue de la densidad nacional; y el subdesarrollo y la dependencia, en cambio, como expresiones de la debilidad de la misma, sobre todo en países como Argentina, que centa con una masa crítica de recursos naturales y humanos y capacidad técnico-instrumental para asimilar, general y difundir el avance científico tecnológico, en el conjunto del tejido económico y social.

Resumiendo, según Ferrer la densidad nacional consiste en el cumplimiento de las siguientes condiciones y políticas:

  • Condiciones fundamentales:
    1. Cohesión social,
    2. movilidad social y
    3. liderazgos nacionales de calidad.
  • Condiciones derivadas
    1. Estabilidad institucional y
    2. pensamiento crítico.
  • Política económica
    1. Equilibrio macroeconómico e
    2. incentivos al proceso de acumulación en sentido amplio (desarrollo).

El último punto muestra que Ferrer, pese a haber sido discípulo de Raúl Federico Prébisch, tiene la concepción capitalista ortodoxa de que el desarrollo económico es sinónimo de desarrollo social, creencia popularmente denominada la Teoría del Derrame. Aunque atenuada en las posteriores, el análisis del proceso económico de la conquista y colonización del actual territorio argentino que da en su libro La economía argentina es una versión sesgada en favor de la economía de saqueo de los conquistadores. Ferrer desconoce aquí que la subsistencia inicial de los conquistadores castellanos se debió pura y exclusivamente a los excedentes económicos que eran capaces de generar las culturas diaguitas (véase Solivérez TABHS, p. 17). La historia de la ciudad de Buenos Aires, en su primer asentamiento, ilustra adecuadamente este requerimiento. Hay que recordar también que Ferrrer fue ministro de Economía y Trabajo (octubre de 1970 a marzo de 1971) del dictador general de brigada Roberto Levingston. Durante su gestión se adjudicó la construcción de la planta de aluminio de ALUAR, que usó materia prima importada en vez de desarrollar las tecnologías necesarias para el procesamiento de la materia prima argentina.

Fuentes

  • Ferrer, Aldo; La densidad nacional. El caso argentino; Colección Claves para Todos, Edit. Capital Intelectual; Buenos Aires; 2004; ISBN 987-1181-08-6.
  • Ferrer, Aldo; Los desafíos de la economía argentina. En Quintar, Juan & Gabetta, Carlos (compiladores); Pensar la Nación: Conferencias del Bicentenario; Edit. Le Monde Diplomatique & Capital Intelectual; Ciudad de Buenos Aires; 2010; ISBN 9789876142298 (Quintar&Gabetta PN).