División social del trabajo

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La división social del trabajo es un tipo de organización social mediante la cual diferentes sectores de una sociedad realizan tareas especializadas diferentes de las necesarias para la mera supervivencia (necesidades básicas).


Requisitos

Un grupo social humano que debe dedicar la casi totalidad de su tiempo a la cobertura de las necesidades vitales no tiene la posibilidad de desarrollar técnicas o productos demasiado diversificados. Tal es el caso de los pueblos nómades que viven de la caza, la pesca y la recolección de alimentos silvestres. Aunque seguramente algunos de ellos descollaban en alguna tarea específica, la especialización como la conocemos hoy —la capacidad de ganarse el sustento haciendo una sola tarea, muchas veces de valor sólo para un reducido sector social— era imposible; todos debían hacer prioritariamente lo requerido para la subsistencia del grupo social. Una notable excepción fue la división sexual del trabajo. Una tradicional división social del trabajo es la asignación a los hombres de las tareas que requieren más fuerza y a las mujeres las que requieren más paciencia y prolijidad. Una explicación racional —no necesariamente verdadera— es el dimorfismo sexual: las mujeres son, en promedio, de menor talla que los hombres. Las tareas de fuerza requieren de los músculos largos del cuerpo, donde a igualdad de desarrollo muscular el efecto palanca (véase el capítulo sobre energía) es favorecido por los huesos más largos. El efecto se reforzaba porque los músculos se desarrollan más con el trabajo intenso. La invención de herramientas multiplicadores de la fuerza muscular y de máquinas que la reemplazan ha dejado obsoleto esta quizás inicialmente necesaria especialización. La diversificación o especialización de tareas requiere condiciones que las sociedades nómades no tenían:

  • Suficientemente elevada eficiencia en la producción de alimentos, especialmente en la capacidad de almacenar reservas.
  • Organización social capaz de distribuir tareas y productos, de modo que todos recibieran lo indispensable aunque no lo produjeran por sí mismos.
  • Sistema estable de transmisión de destrezas (aprendizaje).
  • Asentamiento estable en un lugar que permita la acumulación de los artefactos y materias primas necesarias para la ejecución regular de las tareas especializadas.

Históricamente los primeros especialistas fueron los artesanos y su asentamiento estable fue posible recién cuando se introdujeron métodos eficientes de producción de alimentos almacenables (agricultura) o de producción continua a voluntad (ganadería y subproductos como la leche). Los primeros asentamientos estables fueron las ciudades, lugar donde se establecieron los artesanos, cuya organización con autoridades y normas regulatorias de las actividades humanas que ahí se hacían, sentaron las bases de la actual civilización urbana.

La necesidad de obtener las materias primas para las tareas artesanales —a veces provenientes de lugares lejanos, caso del cobre y el estaño necesarios para la metalurgia del bronce— requirió de los procesos de intercambio de bienes que hoy denominamos comercio. Los estudios arqueológicos o los históricos de la época colonial en América muestran que las tribus nómades también intercambiaban productos y materias primas, pero este intercambio estaba limitado a productos esenciales como armas o muy deseados como adornos u objetos de culto religioso. El comercio se incrementó enormementerecién a partir de la revolución neolítica (agricultura y ganadería) y urbana (ciudades).

Véase también