Enseñanza de la Matemática

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La enseñanza de la Matemática consiste en la exposición de hechos y problemas, y la guía para comprenderlos y resolverlos, como punto de partida del proceso de aprendizaje de la Matemática. En Argentina, a partir de la introducción de la Teoría de Conjuntos, se han enfatizado los aspectos más abstractos de la estructura interna de la Matemática en detrimento de las destrezas prácticas de resolución de problemas mediante la Matemática. Uno de los problemas centrales de la enseñanza de la Matemática, es su finalidad.


Finalidades

Algunas personas, como el "matemágico" Adrián Paenza, piensan que la finalidad principal de la enseñanza de la Matemática es familiarizar al alumno con algunos de sus aspectos, independientemente de su valor utilitario. Para ello se valen de despertar la curiosidad, divirtiendo en el proceso (véase, por ejemplo, Paenza, Adrián; ¿Magia o Matemática?; diario Página/12; Editorial La Página SA; ciudad de Buenos Aires; 30 de julio de 2011). La enseñanza de la Matemática como una finalidad en sí misma es característica de los matemáticos.

Otros especialistas consideran que, como su propio origen lo indica (véase Los orígenes de la civilización), la principal finalidad debe ser la resolución de problemas prácticos, imposibles sin su ayuda. Ninguna de las ciencias fácticas cuantitativas, como la Física y la Química, y las tecnologías derivadas de ellas (como las mecánicas, electrónicas y la Ingeniería Química, por dar unos pocos ejemplos) serían posibles sin el uso de la Matemática.

Algunos consideran que la práctica matemática desarrolla la capacidad de pensar lógicamente, por lo que su estudio es recomendable para el mejor desarrollo intelectual. La mayoría de los psicólogos cognitivos considera que el desarrollo de la inteligencia abarca aspectos mucho más amplios que el uso de algoritmos matemáticos, usualmente bastante restringidos en el nivel inicial de saberes.

La evaluación de los saberes matemáticos en la escuela depende críticamente de la finalidad elegida, como discute detalladamente González Marí (véase Fuentes generales).

Didáctica

La manera de enseñar Matemática está fuertemente ligada a la idea que se tenga sobre su naturaleza y origen. La mayoría de los docentes, tal vez de los matemáticos, piensa que la Matemática es un formalismo —de hecho, está clasificada entre las ciencias formales, no las naturales— sin otra conexión con el mundo real que su capacidad de describir algunos de sus aspectos. En esta concepción la Matemática es un saber prescriptivo a memorizar en su forma actual, como el Derecho. A diferencia del Derecho, no se considera entonces que tenga historia o evolución digna de ser contada en clase, ni en el nivel primario, ni en el secundario, ni en el universitario —salvo ocasionalmente en la licenciatura o profesorado de Matemática.

Los estudios más profundos hechos sobre el tema indican otra cosa, que la Matemática está íntimamente ligada a la manera en que el pensamiento humano representa la realidad. La Matemática es, entonces, no una estructura a descubrir en el mundo físico sino en nosotros mismos, una de las manera en que construimos nuestras ideas, en que pensamos sobre el mundo exterior. El tema se desarrolla con más amplitud en el artículo Origen de la Matemática. En esta concepción la Matemática es un refinamiento de la intuición que puede lograrse en etapas graduales de progreso hacia el rigor que a los matemáticos les llevó siglos alcanzar, de modo análogo a la progresiva refinación de los modelos del mundo material hechos por la Física, la Química, la Biología y las ciencias fácticas en general.

Fuentes generales

Véase también