==Conclusiones==
El reinado de los Reyes Católicos, para algunos historiadores la Edad de Oro de España, logró el ascenso de sus reinos al primer plano del poder europeo, la expulsión de los moros, la conquista de América y el comienzo de la formación de España como nación. Dejó, como señala Elliott, muchas cuentas pendientes (Elliott, p. 131):
:''Habían unido dos coronas, pero no habían ni siquiera intentado emprender la tarea, mucho más ardua, de unir a dos pueblos. Habían destruido el poder político de la alta aristocracia, pero habían dejado intacta su influencia económica y social. Habían reorganizado la economía castellana, pero al precio de consolidar el sistema de latifundios y la preeminencia de la ganadería sobre la agricultura. Habían introducido en Castilla ciertas instituciones aragonesas de espíritu monopolístico, pero habían fracasado en el intento de unir siquiera un poco las economías catellana y aragonesa. Habían restablecido el orden en Castilla, pero habían derribado en la empresa las frágiles barrera que se levantaban en el camino del absolutiosmoabsolutismo. Habían reformado la Iglesia, pero habían creado la Inquisición. Y habían expulsado a uno de los sectores más dinámicos y ricos de la comunidad: los judíos. Todo esto ensombrece un cuadro que a menudo se pinta demasiado risueño.''
La conquista de América se hizo así bajo el doble signo de la espada y la cruz. La espada de conquistadores deseosos de riqueza y gloria personal, acostumbrados a obtenerla por la fuerza, no por la producción, que sometieron a la servidumbre a los [[pueblos originarios americanos]]de América. La cruz de la conversión forzosa al catolicismo, de una intolerancia religiosa que destruyó todas las expresiones discordantes, condenadas como herejías u obras del demonio. Bajo ese doble signo creó una economía basada en la extracción de los excedentes productivos de las etnias indígenas más desarrolladas, como la diaguita, en los aportes de campesinos ibéricos desplazados que practicaban una agricultura más primitiva que la nativa, en ganaderos exitosos pero acostumbrados a la subordinación de los agricultores. Abandonada la infructuosa búsqueda del oro inexistente en el territorio hoy argentino, la colonización se hizo en el marco de instituciones noveles, muchas veces contradictorias entre sí, [[venalidad|venales]], políticamente corruptas, que crearon un escepticismo generalizado respecto de la validez de la justicia y la aplicabilidad de las normas legales (origen de la actual [[anomia]] argentina). Las Leyes de Indias, confusa mezcla de absolutismo castellano con feudalismo catalán, eran parcialmente incomprensibles tanto para castellanos como para catalanes.
El principal aporte ibérico a América no fue la lengua castellana, como muchos afirman, ya que recién comenzaba un proceso de estructuración que todavía la hacía muy inferior a las lenguas que le dieron origen, en especial la latina. Algunas de las lenguas aborígenes, en especial la [http://es.wikipedia.org/wiki/Aymara aimara], eran muy superiores como medio preciso y bien reglado de comunicación. Los principales aportes positivos fueron el uso del hierro, los barcos y carretas de transporte, los ganados y cereales eurasiáticos y la predisposición (poco ejercitada por la mayoría de los conquistadores) al pensamiento racional que da basamento a las ciencias y a las tecnologías (en especial, la Medicina).
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