Estructuralismo económico

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El estructuralismo económico es la teoría del desarrollo económico desarrollada por Raúl Prebisch y sus colaboradores, en la CEPAL, entre los que se destaca el brasileño Celso Furtado. Sus dos rasgos centrales son: 1) el reconocimiento de la existencia de una gran asimetría de relaciones de poder entre el centro (los países más industrializados, prósperos y poderosos) y la periferia (los países de menor nivel de vida, productores de materias primas); 2) la tendencia a largo plazo del deterioro de los términos de intercambio en el comercio internacional en perjuicio de los segundo. Esto genera el aumento de la brecha entre los países ricos que venden productos con más valor agregado y los pobres que venden materias primas o con escasa elaboración. En la teoría del estructuralismo económico —hecho insuficientemente resaltado por los economistas en general— desempeña un rol crítico la infraestructura tecnológica necesaria para una producción industrial bien integrada, es decir, que exporte mucho más de lo que necesita importar para poder producir. A partir de este diagnóstico, el estructuralismo económico enfatiza la necesidad de políticas económicas estatales que creen las condiciones básicas y tengan políticas activas de impulso a la industrialización.


Elementos del pensamiento desarrollista

El desarrollismo cuestiona la teoría clásica del comercio internacional, apoyada en el principio de las ventajas comparativas, para destacar el fenómeno del deterioro de los términos de intercambio y las transferencias de valor entre países que ello implica, a favor de los países industrializados y en perjuicio de los países con economías primario-exportadoras (centro-periferia).

La industrialización de materias primas (por ejemplo, trigo, soja, madera, petróleo, etc.) da valor agregado a los bienes exportables, y substituye importaciones (Industrialización por sustitución de importaciones), mejorando así los términos de intercambio y disminuyendo la brecha entre los países.

El desarrollismo se relaciona estrechamente con la Teoría de la Dependencia. En la década de los años 1960 algunos desarrollistas comenzaron a percibir las limitaciones de la teoría en su formulación original, como modelo de sustitución de importaciones, fundamentalmente debido a la necesidad de financiar importaciones industriales utilizando divisas de exportaciones primarias, inversiones de capital extranjero, radicaciones de empresas multinacionales, y endeudamiento externo. Estos desarrollos llevaron a algunos economistas desarrollistas a complementar sus desarrollos teóricos con los trabajos sociológicos sobre la dependencia que veían desarrollándose desde los años 1930, en gran medida iniciados por Sergio Bagú. Se conformó así la llamada Teoría de la Dependencia.

Teóricos desarrollistas

El desarrollismo fue puesto en marcha durante la presidencia de Arturo Frondizi en Argentina (1958 - 1962) quien, con un grupo de colaboradores entre quienes se destacaron Rogelio Frigerio, Marcos Merchensky, Isidro Ódena y Ramón Prieto, elaboraron el programa nacional de desarrollo, que incluyó el autoabastecimiento de petróleo, carbón y acero, creó las industrias petroquímica y automotriz, y logró niveles de capitalización interna que nunca se volvieron a repetir en Argentina. Brasil, luego de la experiencia de Frondizi, siguió un camino parecido. Luego aparecieron los "estructuralistas" quienes formularon sus ideas desde la CEPAL, principalmente el argentino Raúl Prebisch, los brasileños Celso Furtado y Fernando Henrique Cardoso, el chileno Aníbal Pinto Santa Cruz, así como también los argentinos Aldo Ferrer (más cercano a la economía ortodoxa), y el mexicano Víctor L. Urquidi|Víctor Urquidi, entre otros.

Historia del desarrollismo

El desarrollismo está vinculado a la aparición de la Teoría del desarrollo: la manera de lograr los cambios deseados en una sociedad dada. Las siguientes son obras destacadas de la Teoría del Desarrollo en esos años:

  • National Bureau of Economic Research; Problems in the Study of Economic Growth; New York (EEUU); 1949.
  • United Nations; Measures for the Development of Under-developed Countries; New York (EEUU); 1951.
  • Colin Clark; The Conditions of Economic Progress; London (Reino Unido); 1951.
  • S. H. Frankel; The Economic Impact of Under-developed Countries; Oxford (Reino Unido); 1952.
  • W. W. Rostow; The Process of Economic Growth; Oxford (Reino Unido); 1953.
  • W. Arthur Lewis; The Theory of Economic Growth; London (Reino Unido); 1955.

Luego de la Segunda Guerra Mundial, y siguiendo la Teoría del Desarrollo clásica, que sostenía que los países iban avanzando a través de fases cada vez más evolucionadas de desarrollo económico (desde la economía agraria hasta la economía industrial de consumo masivo), las Naciones Unidas crearon una serie de comisiones económicas para impulsar el desarrollo de los países no industrializados.

Una de esas comisiones fue la CEPAL (Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas). Inicialmente la CEPAL trabajó siguiendo las pautas lineales de la teoría clásica del desarrollo, pero a poco avanzar, algunos economistas y sociólogos de la comisión fueron notando que en América Latina existían circunstancias sociopolíticas que obstaculizaban el desarrollo y condicionaban la aplicación de los supuestos puramente económicos de las teorías clásicas. Por esa razón, esos economistas y sociólogos comenzaron a analizar y profundizar las razones del sub-desarrollo en los países de América Latina que la llevaron a conclusiones autónomas sobre las causas del desarrollo y las medidas necesarias para impulsarlo. Estas teorías tomaron el nombre de desarrollismo o estructuralismo aunque no son lo mismo. Según explica Rogelio Frigerio en varias de sus obras, el desarrollismo estudió los problemas estructurales de la economía, buscando soluciones objetivas a esos problemas cambiando la estructura productiva agro-minera (con inversión productiva, industrias básicas e integración) mientras que el estructuralismo no reconocía como una necesidad el cambio de estructura, sino en algunas cuestiones macroeconómicas específicas (por ejemplo, en lugar de aceptar el deterioro de los términos del intercambio como imposición objetiva de la economía internacional, buscaba mecanismos tendientes a corregir ese deterioro, sin siquiera pensar que una economía agrominera debería dar un salto cualitativo e integrar su estructura económica a partir de las industrias básicas).

El desarrollismo tuvo gran influencia política en América Latina entre 1950 y 1980, impulsando los modelos de sustitución de importaciones, especialmente en Argentina, Chile, Uruguay, Brasil y México. A partir de la crisis del petróleo de 1973 esta influencia comenzo a disminuir. Luego de las crisis internacionales del sudeste asiático en la década de 1990, varios países de América Latina (Argentina, Brasil, México, Uruguay, etc.) impulsaron políticas económicas neo-desarrollistas, adaptadas al contexto de la globalización.

Fuentes

Véase también