Diferencia entre revisiones de «Faustino Valentín Sarmiento»

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(Pigna)
(Óleo de Sarmiento a los 32 años)
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[[Archivo:Sarmiento 32 años por Rawson.jpg|300px|right|thumb|<small><center>'''Sarmiento a los 32 años.<br>Óleo de Benjamín Franklin Rawson.'''</center></small>]]
 
Bautizado como '''Faustino Valentín Sarmiento''' (Iglesia La Merced de San Juan, Libro de Bautismos Nº&nbsp;11 1798&#8209;1818, folios 55 vuelto y 56 recto del 15 de febrero de 1811), adoptó el nombre de Domingo en honor al santo haciéndose públicamente conocido como '''Domingo Faustino Sarmiento'''. Miembro de la Universidad de Chile, del Instituto Histórico de Francia, de la Sociedad de Agricultura de Santiago (Chile), de la de Profesores de Madrid (España), de la Sociedad Sericícola Americana. Fundador de la Escuela Normal (1842). Autor de ''Civilización y barbarie'', ''Viajes por Europa, África y América'', ''Educación popular'', ''Argirópolis'', ''Recuerdos de provincia'', ''Conflictos y armonías de las razas en América'', entre otros libros. Fundador o colaborador de periódicos y revistas  como Zonda, Mercurio, Nacional, Progreso, Crónica" y Tribuna. Autor y traductor de obras de educación primaria adoptadas por la Universidad de Chile. La recopilación de todos sus escritos, siempre polémicos, abarca 52 tomos. Fue el gran impulsor de la educación pública y de la modernización tecnológica de Argentina. Entre muchos otros importantes cargos políticos, fue Gobernador de San Juan (1862) y Presidente de la República Argentina (1868&#8209;1874).
 
Bautizado como '''Faustino Valentín Sarmiento''' (Iglesia La Merced de San Juan, Libro de Bautismos Nº&nbsp;11 1798&#8209;1818, folios 55 vuelto y 56 recto del 15 de febrero de 1811), adoptó el nombre de Domingo en honor al santo haciéndose públicamente conocido como '''Domingo Faustino Sarmiento'''. Miembro de la Universidad de Chile, del Instituto Histórico de Francia, de la Sociedad de Agricultura de Santiago (Chile), de la de Profesores de Madrid (España), de la Sociedad Sericícola Americana. Fundador de la Escuela Normal (1842). Autor de ''Civilización y barbarie'', ''Viajes por Europa, África y América'', ''Educación popular'', ''Argirópolis'', ''Recuerdos de provincia'', ''Conflictos y armonías de las razas en América'', entre otros libros. Fundador o colaborador de periódicos y revistas  como Zonda, Mercurio, Nacional, Progreso, Crónica" y Tribuna. Autor y traductor de obras de educación primaria adoptadas por la Universidad de Chile. La recopilación de todos sus escritos, siempre polémicos, abarca 52 tomos. Fue el gran impulsor de la educación pública y de la modernización tecnológica de Argentina. Entre muchos otros importantes cargos políticos, fue Gobernador de San Juan (1862) y Presidente de la República Argentina (1868&#8209;1874).
  

Revisión del 17:11 2 ene 2013

Sarmiento a los 32 años.
Óleo de Benjamín Franklin Rawson.

Bautizado como Faustino Valentín Sarmiento (Iglesia La Merced de San Juan, Libro de Bautismos Nº 11 1798‑1818, folios 55 vuelto y 56 recto del 15 de febrero de 1811), adoptó el nombre de Domingo en honor al santo haciéndose públicamente conocido como Domingo Faustino Sarmiento. Miembro de la Universidad de Chile, del Instituto Histórico de Francia, de la Sociedad de Agricultura de Santiago (Chile), de la de Profesores de Madrid (España), de la Sociedad Sericícola Americana. Fundador de la Escuela Normal (1842). Autor de Civilización y barbarie, Viajes por Europa, África y América, Educación popular, Argirópolis, Recuerdos de provincia, Conflictos y armonías de las razas en América, entre otros libros. Fundador o colaborador de periódicos y revistas como Zonda, Mercurio, Nacional, Progreso, Crónica" y Tribuna. Autor y traductor de obras de educación primaria adoptadas por la Universidad de Chile. La recopilación de todos sus escritos, siempre polémicos, abarca 52 tomos. Fue el gran impulsor de la educación pública y de la modernización tecnológica de Argentina. Entre muchos otros importantes cargos políticos, fue Gobernador de San Juan (1862) y Presidente de la República Argentina (1868‑1874).

El historiador Felipe Pigna hace la siguiente valoración de Sarmiento[1]:

Cuando falleció Domingo F. Sarmiento, en 1888, una de las plumas más sutiles de la Argentina de la segunda mitad del siglo XIX, escribió: El porvenir no dará ya hombres de esa laya; son productos de ciertos momentos y que, así como ellos no pueden remplazarse a sí mismos, tampoco pueden tener un sucesor genuino. De esta forma despedía Lucio V. Mansilla al hombre que dedicara todos sus esfuerzos a hacer de la Argentina un país «civilizado».
Hombre contradictorio, este prócer nacido en San Juan tuvo una vida intensa, surcada por sus profundas convicciones y una destacable sinceridad. Tanto fue así que una de sus facetas más sobresalientes fue la de las encendidas polémicas que mantuvo con hombres como Juan Bautista Alberdi, Bartolomé Mitre y Esteban Echeverría, entre otros, todo lo cual le valió ser definido como el primer gladiador literato de nuestro país.
Recordar a Sarmiento por todo cuanto hizo por la educación en el país no es tarea que vaya a resultar alguna vez infructuosa, pero nos entrega una imagen inacabada del autor de El Facundo. Sarmiento fue el gran educador; pero también el soñador de la confederación sudamericana de Argirópolis, y al mismo tiempo quien, desde el exilio rosista, empujó al gobierno chileno a ocupar el estrecho de Magallanes.
Fue además quien subrayó como ninguno que las esperanzas argentinas se dividían entre la «civilización» y la «barbarie», entre las «cultas» ciudades costeras y los «atrasados» rincones del interior; quien propuso combatir al «atraso» no con ejércitos, sino con una febril actividad de obras públicas y fomento educativo, pero que no dudó a la hora de hacer correr sangre de gaucho y montonero, alentando como pocos el cobarde asesinato del líder federal Chacho Peñaloza.
Fue Sarmiento también un presidente que se reconocía parte de las clases dominantes en el país, pero que no tenía empacho en reñirse con la oligarquía terrateniente, de quien decía: no quieren saber nada de impuestos […] quieren que el gobierno [contribuya] a duplicarles o triplicarles su fortuna a los millonarios que pasan su vida mirando como paren las vacas. Y mientras mucho se esforzó por desarrollar las comunicaciones, transportes e industria en el país, poco logró para cambiar el rumbo del proyecto mitrista que combinó el modelo agroexpotador y un ejército que, al finalizar el siglo XIX, –al decir de Sarmiento- sólo servía para avasallar las libertades públicas.

Aportes al aprendizaje de la lectura y escritura

En 1845, durante su exilio en Valparaíso (Chile), Sarmiento escribió el manual Método de lectura gradual consistente en ejercicios de lectura y escritura. El método fue usado en las escuelas chilenas durante más de 40 años. Allí introduce sus recomendaciones sobre la ortografía del idioma que aplicó en sus libros. Habiendo sido un autodidacta, introdujo variantes de lectura y escritura destinadas a simplificar la memorización de las letras y de las palabras, entre las que se cuentan:

  • Eliminación de letras mudas como u después de q y la h no precedida de c, caso de eroe (no usaba acentos gráficos), ueso y aumar;
  • uniformización de los nombres de las consonantes de modo que todas comenzaran con el sonido que representan y terminaran en e: che (ch), me (m), qe (q), ve (v), ze (z);
  • eliminación de las letras k (reemplazada por q), x (reemplazada por qs) e y (reemplazada por i cuando tiene este sonido), caso de qiosco y el buei i la vaca;
  • representar el sonido de la r al comienzo de palabra con rr, caso de rremo.

Las lecturas del libro están escritas con picardía, con preceptos morales y con contenidos prácticos, como la regla de los nudillos para recordar los meses de 30 y 31 días y un método para contar usando porotos de diferentes colores. Sarmiento polemizó sobre éstos y otros temas con el humanista venezolano Andrés Bello, autor de la primera gramática americana de la lengua castellana, obra todavía hoy consultada por los estudiosos del tema.

Fuentes

  • Sarmiento; Domingo Faustino; Método de lectura gradual; Librería de Ch. Bouret; Paris (Francia) y Ciudad de México (México); 1882. El diario Clarín hizo una edición facsimilar que fue entregada con el ejemplar del 15 de febrero de 2011, bicentenario de su bautizo.

Fuentes