La gran distribución de tierras indígenas resultante de la [http://es.wikipedia.org/wiki/Lejano_Oeste Conquista del Oeste estadounidense] le hizo tomar conciencia de las trabas que la concentración de tierras pampeanas planteaba al desarrollo de la agricultura, traba que era esencial eliminar para disminuir una ganadería que era el cimiento económico del poder de los caudillos.
Sarmiento era, por temperamentetemperamento, un hombre de acción que se enrolaba con facilidad en causas que consideraba valiosas, en grupos con cuyos puntos de vista ocasionalmente coincidía. Era, también, apasionado e inclinado a ir contra la corriente, por lo que podría calificárselo de faccioso. No tenía, por ejemplo, la obsesión por el mantenimiento del orden social que caracterizaba a conservadores como Juan Bautista Alberdi y los gobernantes chilenos de la época. Además, la ciudad de Buenos Aires había progresado durante la gestión de Rosas, de modo más caótico y más acelerado que Santiago de Chile. No tenía, por eso, una visión definida de los caminos para lograr la modernización del país, siendo totalmente ecléctico en este sentido, sin un modelo rígido o prefijado de acción política. Creía que la elite intelectual debía aliarse a la económica para poder gobernar, pero sin someterse indiscriminadamente a sus designios. Como no consiguió el apoyo de esos intelectuales, terminó llevando a cabo una acción política solitaria y estrictamente personal, sin dejar ni una escuela ni un partido que continuara con la tarea que empezó. Este eclecticismo se revela claramente en dos episodios contradictorios. En 1863 aplaudió, en una carta a Mitre[http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/organizacion_nacional/el_asesinato_del_chacho_penaloza.php], el degollamiento del caudillo [http://es.wikipedia.org/wiki/Chacho_Peñaloza Chacho Peñaloza] como requisito para culminar la organización nacional. En 1868, en el discurso que da en Chivilcoy a poco de asumir la presidencia de la república, reivindica al último de los grandes caudillos provinciales, [http://es.wikipedia.org/wiki/Felipe_Varela Felipe Varela]. La única regla fija que probablemente pueda encontrarse en su manual político es el de la valoración del mérito, de la eficacia en la obtención de un progreso nacional que concebía como una combinación ''sui generis'' de integración social, progreso material y cultivo del intelecto.
===Fuentes===
Cambios - ECyT-ar

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