Filosofía de la tecnología

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Revisión del 21:06 28 nov 2011 de Csoliverez (discusión | contribuciones) (Heidegger y Marx, fuentes)

En filosofía de la tecnología se describe la evolución del concepto de tecnología entre los filósofos y otros pensadores del tema, desde los antiguos griegos hasta la actualidad.


La tejne griega

La palabra griega τέχνη, origen de la castellana técnica, ha sido variadamente transliterada como techne, techné y tejne. La última es la única que corresponde a los sonidos castellanos, siendo las 2 primeras correspondientes al inglés y alemán. Aristóteles introdujo el término τεχνολογία (téjnologuia) para designar al estudio de la tejne, concepto que se analiza aquí.

Tejne designaba a saberes o destrezas, transmisibles por la educación, que abarcaban tanto el campo de las habilidades artesanales de fabricación de artefactos como a las sociales de guía de las personas por el sendero correcto. Según Platón en el Protágoras, los sofistas categorizaban como tejne a la aritmética, la astronomía, la geometría, la teoría musical, la pedagogía y las destrezas de la acción política. Protágoras (Abdera, 485 aC — ?, ~411 aC), el más notorio de ellos, consideraba que el desarrollo de la tejne era la etapa primera de la civilización, el don de Prometeo que adquirió el hombre con el fuego. (Jaeger P1, pp. 19, 314‑315.)

Según describe Platón, para Sócrates (Atenas, 479 aC — Atenas, 399 aC) el ideal del saber era la tejne, el aplicado a fines prácticos cuyo prototipo era la Medicina; excluye de esta categoría, en cambio, a la retórica o arte de persuadir. Tanto Platón (~428 aC — 347 aC) como Aristóteles (Estagira, 384 aC — Calcis, 322 aC) usan el término para designar a los saberes confiables que admiten reglas generales que pueden exceder la mera experiencia. Consideran tejnes, además de los incluidos por los sofistas, a la escultura, la arquitectura, el "arte" de la navegación y el de la guerra. Platón, en particular, le asigna un carácter de excelencia y la imbuye de elevados valores morales, de la búsqueda del bien ((Jaeger P2, pp. 36‑37, 156‑157 y 159). En lenguaje moderno, le atribuye los rasgos de eficiencia y de estar puesta al servicio de las necesidades humanas básicas.

Platón adhiere al concepto de tejne de Sócrates y enfatiza que requiere conocer la naturaleza del objeto destinado a ser útil y demostrar ese saber en el proceso de aplicación práctica (el buen cumplimiento de su función). Una diferencia crucial con la concepción moderna es que para Aristóteles el orden de la naturaleza era intrínsecamente perfecto, sólo había que descubrirlo y eventualmente, si alguna causa lo perturbaba, restaurarlo (Jaeger P3, pp. 35, 42). El tecnólogo contemporáneo considera que la naturaleza está para servir al hombre y que, si se resiste, hay que forzarla a hacerlo sin medir las consecuencias.

Según el filósofo Enrique Dussel (Tecnología de la producción. p. 40), para Arisóteles en su Metafísica:

La racionalidad poiética o técnica tiene un proceso propio. Se diferencia de la actividad no especializada en que tiene experiencia (empeiría); y se diferencia del puro empirismo en que tiene racionalidad propia, porque los que tienen «tejne conocen las razones de las cosas, mientras que los empíricos no». El empírico conoce el «lo que» produce, pero sólo el técnico conoce la causa o el «por qué» lo hace. El empírico se queda en la pluralidad de los casos particulares, mientras que el técnico se eleva de la multiplicidad empírica (ek pollon tes empeirías) hacia la universalidad (mía kathólou) de una alternativa (hypólepsis) en la que todos los casos son semejantes, pero no idénticos.

En términos actuales, la tejne de Platón y Aristóteles sería la tecnología, más que la técnica, con un agregado de rasgos morales que hoy se han perdido. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que las acepciones filosóficas son más prescriptivas que descriptivas del uso cotidiano de un concepto.

Fuentes

  • Jaeger, Werner; Paideia: los ideales de la cultura griega I; Edit. Fondo de Cultura Económica; Pánuco (México); 1946 (2ª edición); (Jaeger P1).
  • Jaeger, Werner; Paideia: los ideales de la cultura griega II; Edit. Fondo de Cultura Económica; Pánuco (México); 1944 (1ª edición); (Jaeger P2).
  • Jaeger, Werner; Paideia: los ideales de la cultura griega III; Edit. Fondo de Cultura Económica; Pánuco (México); 1945 (1ª edición); (Jaeger P3).

Las tecnologías hasta la Edad Media

Hasta la Edad Media, en la cultura occidental, las técnicas y tecnologías eran actividades manuales propias de siervos y esclavos. No sólo carecían de prestigio entre las clases poderosas —siendo un tema poco digno de estudio— sino que generalmente se consideraba que —con contadas excepciones— manchaban el prestigio del que las llevaba a cabo. Esto no significa que no se practicaran intensamente y evolucionaran, a veces rápidamente; sólo que estaban reservadas a las clases "inferiores". Es así que la filosofía les presta escasa o nula atención a diferencia de las artes, muy prestigiosas entre los más acaudalados.

La scientia operativa de Bacon

El filósofo y político inglés Francis Bacon (1561 — 1626) fue uno de los precursores del método experimental en las ciencias y tecnologías. Aunque en sus escritos no menciona a las técnicas o tecnologías, lo que denominó scientia operativa las engloba.

Técnicas y tecnologías en el Nuevo Mundo

La situación del Nuevo Mundo fue diferente a la de Europa, porque en América las técnicas y tecnologías eran esenciales para la supervivencia. No fueron los laicos, sin embargo, los que las practicaron con más ahinco y se esforzaron por perfeccionarlas, sino los jesuitas. Los centros de desarrollo tecnológico más activos del actual territorio argentino fueran las misiones jesuíticas. Poco se sabe, lamentablemente, de la filosofía (o más probablemente, teología) que dio sustento y legitimación a esas actividades. Las misiones fueron rápidamente desmanteladas tras su expulsión de los territorios españoles en 1767, justo cuando comenzaba en Europa la Revolución Industrial.

La Revolución Industrial

El tema tecnológico vuelve a concitar la atención de los intelectuales recién al comienzo de la [Revolución Industrial], pero no de un filósofo sino del primer economista polìtico: Adam Smith en La riqueza de las naciones. Los filósofos harán lo propio recién cuando se afianza la Revolución Industrial y se pone claramente en evidencia que está gestándose un nuevo modo de relacionarse con la naturaleza.

Heidegger y Marx

Fuentes


Actualidad

Fuentes generales

Véase también