Diferencia entre revisiones de «Gauchos argentinos»

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(introducción)
(El fenómeno del gaucho: preguntas)
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En Argentina siempre se consideraron '''gauchos''' a personas que hacían la mayoría de sus actividades montadas a caballo y que vestían de modo semejante. Sin embargo, el grupo social al que pertenecían los ''gauchos'' varió considerablemente a lo largo del tiempo. A fines del siglo XVIII la denominación se aplicó por primera vez a jinetes sin asentamiento fijo que se presumían malhechores. Durante las guerras de la independencia Martín Güemes enalteció el nombre denominando así a los soldados, muchos de ellos pequeños propietarios rurales, que bajo su mando contuvieron el avance de las fuerzas realistas del Perú y Alto Perú. A mediados del siglo XIX la denominación se había extendido incluso a grandes propietarios ganaderos asentados en zonas rurales. A comienzos del siglo XX, ante el "aluvión" inmigratorio que diluyó la identidad nacional,  Leopoldo Lugones mitificó al ''gaucho'' como prototipo de la argentinidad. La denominación perdura todavía hoy en su definición decimonónica, extendida en sentido figurado —sin tomar en cuenta su asentamiento urbano o rural ni sus destrezas ecuestres— a las personas hospitalarias e inclinadas a hacer favores sin esperar retribución. El origen del gaucho y de su denominación, la explicación de su forma de vida y de lo que simboliza hoy son el tema principal de este artículo.  
 
En Argentina siempre se consideraron '''gauchos''' a personas que hacían la mayoría de sus actividades montadas a caballo y que vestían de modo semejante. Sin embargo, el grupo social al que pertenecían los ''gauchos'' varió considerablemente a lo largo del tiempo. A fines del siglo XVIII la denominación se aplicó por primera vez a jinetes sin asentamiento fijo que se presumían malhechores. Durante las guerras de la independencia Martín Güemes enalteció el nombre denominando así a los soldados, muchos de ellos pequeños propietarios rurales, que bajo su mando contuvieron el avance de las fuerzas realistas del Perú y Alto Perú. A mediados del siglo XIX la denominación se había extendido incluso a grandes propietarios ganaderos asentados en zonas rurales. A comienzos del siglo XX, ante el "aluvión" inmigratorio que diluyó la identidad nacional,  Leopoldo Lugones mitificó al ''gaucho'' como prototipo de la argentinidad. La denominación perdura todavía hoy en su definición decimonónica, extendida en sentido figurado —sin tomar en cuenta su asentamiento urbano o rural ni sus destrezas ecuestres— a las personas hospitalarias e inclinadas a hacer favores sin esperar retribución. El origen del gaucho y de su denominación, la explicación de su forma de vida y de lo que simboliza hoy son el tema principal de este artículo.  
 
   
 
   
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==El fenómeno del gaucho==
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Aunque se acuerde sobre su definición, la clase de personas a las que fue y es aplicable en diferentes épocas, aún subsisten preguntas como:
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# ¿Cuál es el origen de su nombre?
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# ¿Cuán correctas son las descripciones canónicas de sus rasgos, como ''El gaucho Martín Fierro'' de Hernández y ''El payador'' de Lugones.
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# ¿Cuáles fueron las relaciones de los gauchos con los aborígenes de sus territorios?
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# ¿Cuando se originó, entre quienes y por qué?
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# ¿Qué mecanismo produjo su transformación en clase social?
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# ¿Qué medio ambiente lo determinó o condicionó y cómo se expresó en otras regiones del país?
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# ¿Cuál es su simbolismo pasado y presente?
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# ¿Cuánto de gauchos tenemos los argentinos de hoy en día?
  
 
==El gaucho mitológico==
 
==El gaucho mitológico==

Revisión del 12:53 2 feb 2011

La Payada, óleo de 260 × 200 cm de Enrique Mc Grech.

En Argentina siempre se consideraron gauchos a personas que hacían la mayoría de sus actividades montadas a caballo y que vestían de modo semejante. Sin embargo, el grupo social al que pertenecían los gauchos varió considerablemente a lo largo del tiempo. A fines del siglo XVIII la denominación se aplicó por primera vez a jinetes sin asentamiento fijo que se presumían malhechores. Durante las guerras de la independencia Martín Güemes enalteció el nombre denominando así a los soldados, muchos de ellos pequeños propietarios rurales, que bajo su mando contuvieron el avance de las fuerzas realistas del Perú y Alto Perú. A mediados del siglo XIX la denominación se había extendido incluso a grandes propietarios ganaderos asentados en zonas rurales. A comienzos del siglo XX, ante el "aluvión" inmigratorio que diluyó la identidad nacional, Leopoldo Lugones mitificó al gaucho como prototipo de la argentinidad. La denominación perdura todavía hoy en su definición decimonónica, extendida en sentido figurado —sin tomar en cuenta su asentamiento urbano o rural ni sus destrezas ecuestres— a las personas hospitalarias e inclinadas a hacer favores sin esperar retribución. El origen del gaucho y de su denominación, la explicación de su forma de vida y de lo que simboliza hoy son el tema principal de este artículo.


El fenómeno del gaucho

Aunque se acuerde sobre su definición, la clase de personas a las que fue y es aplicable en diferentes épocas, aún subsisten preguntas como:

  1. ¿Cuál es el origen de su nombre?
  2. ¿Cuán correctas son las descripciones canónicas de sus rasgos, como El gaucho Martín Fierro de Hernández y El payador de Lugones.
  3. ¿Cuáles fueron las relaciones de los gauchos con los aborígenes de sus territorios?
  4. ¿Cuando se originó, entre quienes y por qué?
  5. ¿Qué mecanismo produjo su transformación en clase social?
  6. ¿Qué medio ambiente lo determinó o condicionó y cómo se expresó en otras regiones del país?
  7. ¿Cuál es su simbolismo pasado y presente?
  8. ¿Cuánto de gauchos tenemos los argentinos de hoy en día?

El gaucho mitológico

En El Payador —obra escrita en celebración del Martín Fierro de José Hernández— Leopoldo Lugones construye el mito del gaucho como paradigma de argentinidad. Afirma allí (p. 37) que

El gaucho fue el héroe y el civilizador de la Pampa.

Aunque algunas de sus descripciones se acercan a la verdad, Lugones era un poeta, no un historiador, y todo el tono de su obra es literario y épico, tendiente a movilizar las emociones, no la indagación racional —sujeta a verificación— de los hechos históricos. Su prestigio como escritor le permitió imponer en los círculos ilustrados de su época, y por inercia en los de muchos años después, al gaucho como prototipo de argentinidad. Es notoria y notable la contraposición con las ideas de Sarmiento, a quien Lugones admiraba, quien consideraba a los gauchos como los prototipos de la barbarie, justamente lo opuesto a la civilización. Desmesuras propias de grandes innovadores, que deben ser señaladas.

Durante muchos años en las escuelas argentinas se leía el Martín Fierro, se hacían obras de títeres sobre él, se memorizaban algunas de sus estrofas, se vestía a los niños de gauchos y se representaban sus escenas. Se celebraba la sabiduría de su consejos, aunque se ignoraban estrofas denigrantes de los aborígenes como las siguientes (La vuelta de Martín Fierro, 4):

Tiene la vista del águila
del león la temeridá —
en el desierto no habrá
animal que él no lo entienda —
ni fiera de que no aprienda
un istinto de crueldá.

Es tenaz en su barbarie
no esperen verlo cambiar,
el deseo de mejorar
en su rudeza no cabe —
el bárbaro sólo sabe
emborracharse y pelear.

El indio nunca se ríe
y el pretenderlo es en vano,
ni cuando festeja ufano
el triunfo en sus correrías —
la risa en sus alegrías
le pertenece al cristiano.

Se cruzan por el desierto
como un animal feroz —
dan cada alarido atroz
que hace erizar los cabellos,
parece que a todos ellos
los ha maldecido Dios.

Todo el peso del trabajo
lo dejan a las mujeres —
el indio es indio y no quiere
apiar de su condición,
ha nacido indio ladrón
y como indio ladrón muere.

El que envenenen sus armas
les mandan sus hechiceras —
y como ni a Dios veneran
nada a los pampas contiene —
hasta los nombres que tienen
son de animales y fieras.

Y son, por ¡Cristo bendito!
los mas desasiaos del mundo —
esos indios vagabundos
con repunancia me acuerdo, —
viven lo mismo que el cerdo
en esos toldos inmundos.

Naides puede imaginar
una miseria mayor —
su pobreza causa horror
no sabe aquel indio bruto
que la tierra no da fruto
si no la riega el sudor.


Fuentes

  • Lugones, Leopoldo; El Payador; Otero & Co. Impresores; Buenos Aires; 1916.

Fuentes generales

  • Assunção, Fernando O.; Historia del gaucho - El gaucho: ser y quehacer; Edit. Claridad; Ciudad de Buenos Aires; 2007 (2ª edición); ISBN 9789506202057 (Assuncao HG).