De esta revolución económica se benefició exclusivamente Buenos Aires ya que efectuaba la mayor parte de la intermediación comercial con el interior, proceso que se consolidó e intensificó al crearse el Virreinato, en 1776, para detener el avance portugués en la región. Una clara medida de esta prosperidad es el significativo incremento de su población, que en promedio se duplicó cada 31 años en el período de 1615 a 1810: 1.000 habitantes en 1615, 2.070 en 1639, 4.607 en 1674, 8.908 en 1720, 13.840 en 1750, 20.000 en 1753, 22.551 en 1770, 42.252 en 1810.
La creación del Virreinato del Río de La Plata en 1776 fue el impulso definitivo al crecimiento de Buenos Aires al convertirla en sede de las autoridades. El Reglamento y Aranceles Reales para el Comercio Libre entre España e Indias de 1778 legalizó el comercio directo de Buenos Aires con once puertos españoles, y con ello la intermediación forzosa en todo el tráfico comercial del interior del país. En 1796, debido a la guerra entre España y Gran Bretaña, se abrió el puerto al comercio con todas las naciones. Si bien la apertura sólo duró dos años, los grandes beneficios obtenidos en ese período no serían olvidados y el libre comercio se convertiría en uno de los reclamos permanentes de los porteños hasta la Revolución de Mayo. Fue el comienzo de la integración comercial con el mundo, que después se repetiría con creces a fines del siglo XIX.
==Virrey Juan José de Vértiz==
A medida que uno se alejaba de la costa en dirección al interior, las inicialmente apretadas líneas de casas de ladrillo de una planta con azotea se van espaciando y la calidad de la construcción disminuía.
<br>[[Archivo:Plaza de la Victoria 1828.jpg|300px940px|rightcenter|thumb|<small><center>'''Plaza de la Victoria en1828en 1828, con la recova del Cabildo al fondo.'''</center></small>]]<br>
==Fuente generales==
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