Jules Verne

La enciclopedia de ciencias y tecnologías en Argentina

Jules Verne alrededor de 1878.
Jules Verne (1828-1905), conocido como Julio Verne en los países de lengua castellana, fue un escritor francés que alcanzó y tiene todavía fama internacional por sus numerosos cuentos y novelas de aventura, varias de ellas llevadas al cine. Entre sus novelas más famosas se cuentan La vuelta al mundo en ochenta días, Veinte mil leguas de viaje submarino, Los hijos del capitán Grant (uno de cuyos episodios tiene lugar en Argentina) y La isla misteriosa. Desde el punto de vista de esta enciclopedia el principal mérito de los escritos de Verne es su capacidad de inculcar en niños y adolescentes la importancia práctica de las tecnologías y el interés por ellas. Aunque es frecuentemente considerado un divulgador de las ciencias, sus trabajos no tienen valor desde este punto de vista debido a su orientación eminentemente práctica y a numerosos errores cometidos en las descripciones y explicaciones de hechos y fenómenos naturales. En Los hijos del capitán Grant, por ejemplo, asigna a la pampa y Patagonia argentina plantas y animales que no tienen. Como escritor de anticipación, uno de sus mayores logros fue la creación del Nautilus (cuyo nombre fue tomado del submarino construido por Robert Fulton en 1800), nave capaz de navegar sumergida durante mucho tiempo en base a dispositivos tecnológicos parcialmente basados en fenómenos conocidos en su época, como la propulsión eléctrica por baterías de sodio-mercurio
Jules Verne alrededor de 1878.

Jules Verne (1828-1905), conocido como Julio Verne en los países de lengua castellana, fue un escritor francés que alcanzó y tiene todavía fama internacional por sus numerosos cuentos y novelas de aventura, varias de ellas llevadas al cine. Entre sus novelas más famosas se cuentan La vuelta al mundo en ochenta días, Veinte mil leguas de viaje submarino, Los hijos del capitán Grant (uno de cuyos episodios tiene lugar en Argentina) y La isla misteriosa. Desde el punto de vista de esta enciclopedia el principal mérito de los escritos de Verne es su capacidad de inculcar en niños y adolescentes la importancia práctica de las tecnologías y el interés por ellas. Aunque es frecuentemente considerado un divulgador de las ciencias, sus trabajos no tienen valor desde este punto de vista debido a su orientación eminentemente práctica y a numerosos errores cometidos en las descripciones y explicaciones de hechos y fenómenos naturales. En Los hijos del capitán Grant, por ejemplo, asigna a la pampa y Patagonia argentina plantas y animales que no tienen. Como escritor de anticipación, uno de sus mayores logros fue la creación del Nautilus (cuyo nombre fue tomado del submarino construido por Robert Fulton en 1800), nave capaz de navegar sumergida durante mucho tiempo en base a dispositivos tecnológicos parcialmente basados en fenómenos conocidos en su época, como la propulsión eléctrica por baterías de plomo-ácido sulfúrico. Otra importante predicción cumplida fue la superioridad de aeronaves "más pesadas que el aire" (véase Robur el conquistador) sobre los aeróstatos "más livianos que el aire" comunes en su época. Verne fue, junto con Edgard Allan Poe el creador del género hoy denominado ciencia ficción (véase Tecnologías en la literatura argentina).


Verne y las tecnologías

Las obras de Verne de interés en relación con las tecnologías son las publicadas por el editor Pierre-Jules Hetzel en la colección Viajes Extraordinarios. Su contribución es de 67 títulos, varios de ellos editados en 2 y hasta 3 volúmenes, escritos a lo largo de 47 años, entre 1863 y 1910 (el último de ellos, el supuesto número 68, L'Étonnante Aventure de la mission Barsac, publicado en 1919, fue en realidad escrito por su hijo Michel en base a un par de manuscritos inéditos). En el transcurso de este período se produjo el desarrollo de dos de las tecnologías más importantes de esa época, el telégrafo y la Electrotecnia (véase el artículo Historia de la Electricidad), las que figuran frecuentemente en su obra. El desarrollo de la tecnología contemporánea más importante también basada en la electricidad, la Electrónica, tuvo lugar con posterioridad al deceso de Verne. Aunque escribe sobre muchos diferentes lugares y países, Verne conoció personalmente muy pocos de ellos, basándose para sus escritos en las descripciones hechas por viajeros que no siempre eran científicos. Para los temas tecnológicos se basó en aportes de ingenieros de su época, usualmente graduados de la todavía hoy prestigiosa y muy selectiva École Polytechnique de París.

La construcción de un barco en La isla misteriosa.

Una de las claves centrales de la obra de Verne es que estuvo profundamente imbuido de los principios de la filosofía más influyente de su tiempo, el positivismo del filósofo francés Auguste Comte. El núcleo central de sus ideas fue la creencia en la posibilidad de un progreso material y moral ilimitado cuyos instrumentos eran las ciencias que permitirían la comprensión de los problemas y las tecnologías que los resolverían. Esta utopía racionalista fue la consecuencia natural del triunfal avance de la Revolución Industrial europea y estadounidense durante todo el siglo XIX, utopía cuyos fundamentos serían grandemente socavados por la Primera Guerra Mundial y finalmente destruídos por la Segunda.

Los rasgos principales del positivismo verniano están claramente expuestos en la novela La isla misteriosa (por el argumento véase Didáctica de las necesidades básicas), de la que se dan y comentan a continuación algunas citas en el francés original con traducción de Carlos E. Solivérez.

Ainsi est-il du cœur de l’homme. Le besoin de faire œuvre qui dure, qui lui survive, est le signe de sa supériorité sur tout ce qui vit ici-bas. C’est ce qui a fondé sa domination, et c’est ce qui la justifie dans le monde entier. Así es el corazón humano. La necesidad de hacer obras que perduren, que le sobrevivan, son el signo de la superioridad de los seres humanos sobre las demás criaturas vivientes. Éste es el fundamento de su poder, lo que lo legitima ante el resto del mundo. (Parte III, capítulo XIV.)

Verne da aquí por sentado que la transformación del mundo, el poder de modificar su ambiente natural, es uno de los rasgos distintivos de la humanidad. Este poder proviene de las tecnologías que desarrolló en base a su creciente comprensión de las leyes naturales (ciencias).

La civilisation ne recule jamais, et il semble qu’elle emprunte tous les droits à la nécessité. La civilización no retrocede nunca y parece subordinar todas las leyes a la ley de la necesidad. (Parte III, capítulo XV.)

La civilización es, en las obras de Verne, sinónimo de una sociedad industrial como la europea y estadounidense y definida en contraposición a otras que no lo son. El progreso resulta tener así metas esencialmente utilitarias.

Malheur à qui est seul, mes amis, et il faut croire que l’isolement a vite fait de détruire la raison. Es una desgracia estar solo, amigos, el aislamiento destruye la racionalidad. (Parte I, capítulo XXII.)

El materialismo comtiano de Verne está fuertemente imbuido de la importancia de lo social, del trabajo mancomunado de las personas en pos de metas comunes. Sin subestimar el poder de las fuerzas naturales, vívidamente representados en catástrofes naturales como terremotos y naufragios, todas las obras de Verne tienen un fuerte contenido moral y subrayan constantemente la importancia de definir metas y trabajar cooperativamente para alcanzarlas.

Fuentes

Véase también

. Otra importante predicción cumplida fue la superioridad de aeronaves "más pesadas que el aire" (véase Robur el conquistador) sobre los aeróstatos "más livianos que el aire" comunes en su época. Verne fue, junto con Edgard Allan Poe el creador del género hoy denominado ciencia ficción (véase Tecnologías en la literatura argentina).


Verne y las tecnologías

Las obras de Verne de interés en relación con las tecnologías son las publicadas por el editor Pierre-Jules Hetzel en la colección Viajes Extraordinarios. Su contribución es de 67 títulos, varios de ellos editados en 2 y hasta 3 volúmenes, escritos a lo largo de 47 años, entre 1863 y 1910 (el último de ellos, el supuesto número 68, L'Étonnante Aventure de la mission Barsac, publicado en 1919, fue en realidad escrito por su hijo Michel en base a un par de manuscritos inéditos). En el transcurso de este período se produjo el desarrollo de dos de las tecnologías más importantes de esa época, el telégrafo y la Electrotecnia (véase el artículo Historia de la Electricidad), las que figuran frecuentemente en su obra. El desarrollo de la tecnología contemporánea más importante también basada en la electricidad, la Electrónica, tuvo lugar con posterioridad al deceso de Verne. Aunque escribe sobre muchos diferentes lugares y países, Verne conoció personalmente muy pocos de ellos, basándose para sus escritos en las descripciones hechas por viajeros que no siempre eran científicos. Para los temas tecnológicos se basó en aportes de ingenieros de su época, usualmente graduados de la todavía hoy prestigiosa y muy selectiva École Polytechnique de París.

La construcción de un barco en La isla misteriosa.

Una de las claves centrales de la obra de Verne es que estuvo profundamente imbuido de los principios de la filosofía más influyente de su tiempo, el positivismo del filósofo francés Auguste Comte. El núcleo central de sus ideas fue la creencia en la posibilidad de un progreso material y moral ilimitado cuyos instrumentos eran las ciencias que permitirían la comprensión de los problemas y las tecnologías que los resolverían. Esta utopía racionalista fue la consecuencia natural del triunfal avance de la Revolución Industrial europea y estadounidense durante todo el siglo XIX, utopía cuyos fundamentos serían grandemente socavados por la Primera Guerra Mundial y finalmente destruídos por la Segunda.

Los rasgos principales del positivismo verniano están claramente expuestos en la novela La isla misteriosa (por el argumento véase Didáctica de las necesidades básicas), de la que se dan y comentan a continuación algunas citas en el francés original con traducción de Carlos E. Solivérez.

Ainsi est-il du cœur de l’homme. Le besoin de faire œuvre qui dure, qui lui survive, est le signe de sa supériorité sur tout ce qui vit ici-bas. C’est ce qui a fondé sa domination, et c’est ce qui la justifie dans le monde entier. Así es el corazón humano. La necesidad de hacer obras que perduren, que le sobrevivan, son el signo de la superioridad de los seres humanos sobre las demás criaturas vivientes. Éste es el fundamento de su poder, lo que lo legitima ante el resto del mundo. (Parte III, capítulo XIV.)

Verne da aquí por sentado que la transformación del mundo, el poder de modificar su ambiente natural, es uno de los rasgos distintivos de la humanidad. Este poder proviene de las tecnologías que desarrolló en base a su creciente comprensión de las leyes naturales (ciencias).

La civilisation ne recule jamais, et il semble qu’elle emprunte tous les droits à la nécessité. La civilización no retrocede nunca y parece subordinar todas las leyes a la ley de la necesidad. (Parte III, capítulo XV.)

La civilización es, en las obras de Verne, sinónimo de una sociedad industrial como la europea y estadounidense y definida en contraposición a otras que no lo son. El progreso resulta tener así metas esencialmente utilitarias.

Malheur à qui est seul, mes amis, et il faut croire que l’isolement a vite fait de détruire la raison. Es una desgracia estar solo, amigos, el aislamiento destruye la racionalidad. (Parte I, capítulo XXII.)

El materialismo comtiano de Verne está fuertemente imbuido de la importancia de lo social, del trabajo mancomunado de las personas en pos de metas comunes. Sin subestimar el poder de las fuerzas naturales, vívidamente representados en catástrofes naturales como terremotos y naufragios, todas las obras de Verne tienen un fuerte contenido moral y subrayan constantemente la importancia de definir metas y trabajar cooperativamente para alcanzarlas.

Fuentes

Véase también