El maniqueísmo es una religión dualista fundada en el siglo III en Persia (actual Irán). Interpretaba al universo como el escenario de una lucha cósmica entre dos fuerzas opuestas, el bien y el mal, la luz y la oscuridad. Por extensión se denomina hoy maniqueísmo a una visión del mundo polarizada entre amigos y enemigos, sin gamas intermedias, donde el que no es amigo es necesariamente un enemigo.
Rasgos característicos
Los rasgos característicos del maniqueísmo quedan bien expresada en las siguientes reglas de relación social:
- El amigo de mi amigo, es mi amigo.
- El amigo de mi enemigo, es mi enemigo.
- El enemigo de mi amigo, es mi enemigo.
- El enemigo de mi enemigo, es mi amigo.
El maniqueísmo en la política argentina
El escritor Santiago Kovadloff, autor entre otros ensayos de El enigma del sufrimiento, señala en 2009 respecto a la pareja gobernante de Argentina:
- El país está en manos de dos maniqueos y seniles: Néstor y Cristina.
Agrega luego
- Maniqueísmo es el capital básico compartido que tiene el matrimonio Kirchner. La idea de que uno no está frente a un adversario sino frente al enemigo. Esta presunción obliga, entonces, a dividir el país en clases sociales, en ideologías irreconciliables y es la manifestación de una profunda pérdida de actualización.[1]