One Laptop per Child

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One Laptop per Child es el proyecto lanzado por Nicolás Negroponte, director del Laboratorio de Medios del (MIT) para que cada niño pueda tener una computadora portátil como instrumento principal de aprendizaje.


Un capricho de cien dólares

Así titulo Eduardo Villanueva Mansilla, Departmento de Comunicaciones, Pontificia Universidad Católica del Perú www.eduardovillanueva.com. [1]

Esta es una de esas ideas que normalmente atrapan la atención de aquellos que buscan la última, la gran idea del futuro, o que están sinceramente preocupados por la pobreza del mundo; ciertamente, en muchos casos los dos grupos coinciden. ¿Por qué no proveer a los niños del mundo con una computadora portátil realmente barata? El proyecto One Laptop Per Child (OLPC) project, creado por el ex director del Laboratorio de Medios del MIT, Nicholas Negroponte, se ha convertido en la atracción de los nerds, de los obsesos de la computadora, y de los hacedores de políticas públicas del mundo, poco a poco volviéndose en la maravilla que ilumina las esperanzas más sinceras de desarrollo para acabar con la pobreza que el Primer Mundo alberga. También es un capricho, y muy caro, que creerá más problemas de los que solucionará.

No es pertinente preocuparse por los detalles: puede ser robada, puede descomponerse, puede ser olvidada en casa. Podría o debería ser reemplazada por computadoras de segunda mano, podría o quizá será superada por alternativas más flexibles de Intel u otros fabricantes. Tal vez sea más adecuado recurrir a los telecentros comunitarios. Ciertamente, es altamente probable que esta laptop se convierta en la fuente más grande de sobornos y corrupción que los gobiernos habitualmente corruptos del Tercer Mundo hayan visto. Pero estos puntos no son los más críticos. Hay suficientes cuestiones de fondo, realmente importantes, para que sea preferible ignorar los detalles. Sin embargo, parecen ser los detalles lo único que recibe atención.

Por ello, es necesario fijarse en lo central. ¿Por qué los gobiernos más pobres del mundo, o incluso aquellos no tan pobres, deberían gastar cerros de dinero para proveer computadoras portátiles a sus futuros ciudadanos? ¿Es tan solo porque “las laptops son tanto una ventana como una herramienta: una ventana al mundo y una herramienta con la cual pensar. Son una forma maravillosa para que todos los niños “aprendan aprendiendo”, a través de la exploración e interacción independiente”, como lo dice el FAQ del proyecto?

En principio, podemos estar de acuerdo. Muchos padres le dan acceso a computadoras a sus hijos, desde modelos de juguetes hasta aparatos potentes con la última versión de Windows. Fantástico, y sin duda una gran oportunidad de aprender aprendiendo.

Pero la gran mayoría de los padres que le dan una computadora a sus hijos también les dan juguetes, peluches, lecciones de natación, paseos y turismo, y muchas oportunidades de desarrollar todo su potencial. Afortunadamente, pueden hacerlo. Muchos niños, la mayoría de los niños del Tercer Mundo, no tienen estas oportunidades. Merecen mucho más, tanto en cuestiones básicas como vivienda, alimentación, saneamiento, y demás servicios básicos, además de las mismas cosas que los chicos de mayores recursos reciben sin mayor novedad. Pero antes que nada, todos los niños merecen la oportunidad de explorar y desarrollar su potencial a través de educación básica, decente, completa e integral.

Esta meta exige una inversión significativa, junto con planificación cuidadosa, utilización adecuada de recursos escasos y una consideración calma y honesta de cómo proveer todas las necesidades de los niños con la menor inversión posible. Desarrollar el aprendizaje y el descubrimiento de la manera más económica posible es un objetivo más que pertinente para las naciones pobres, no solo trayendo el beneficio de nuevas generaciones con mejores herramientas, sino sobre el desarrollo de capacidades locales para enfrentar problemas locales desde una perspectiva local.

Esto sirve para recordar que una de las cosas más importantes que requiere el mundo en desarrollo es la habilidad para crear soluciones a sus propios problemas, construyendo las herramientas correctas para cada caso. Transformar la educación en el mundo en desarrollo exigirá soluciones a variedad de problemáticas, pero las últimas en la lista serán, más que seguro, las herramientas a usar.

El proyecto OLPC comienza al revés: tenemos la herramienta, ahora cambiemos todo para acomodar la herramienta. Los pocos recuross que queden tras la compra de los aparatos serán usados para adaptar todo el sistema educacional para que funcione con la herramienta, desde el software, medidas adecuadas de seguridad, entrenamiento de profesores, y un largo etcétera. Y sobre todo: las metas originales del sistema educacional serán cambiadas para acomodar a la herramienta.

Tomando en cuenta que muchas naciones en desarrollo no han llegado al punto en donde las metas de la educación han sido definidas adecuadamente, y comprendidas por todos los involucrados, el principal riesgo de este proyecto es crear un espejismo inmenso, en el que la principal tarea de la educación sea convertir a los niños en individuos de alta capacidad tecnológica, con capacidad de encontrar y comprender toda la información que necesitan por ellos mismos; asumiendo que esto sea viable, se omiten pequeñeces como la cohesión social, un marco histórico de referencia común, desarrollo del conocimiento local, promoción de idiomas aborígenes, y una larga lista de etcéteras. La escuela se trata de esto y de mucho más, no de apenas el estrecho pero elegante y al parecer fácil enfoque que tiene el proyecto OLPC.

Sin lugar a dudas, muchos chicos serán exitosos usuarios de esta herramienta, accediendo a nuevas oportunidades que esta computadora les permitirá conocer. Algunas de estas oportunidades serán socialmente positivas, otras negativas o incluso criminales. Tampoco quedan dudas que algunas máquinas terminarán en el mercado negro, convertidas en reproductores de pornografía o en equipos de música, o algo peor. Ni lo primero ni lo segundo es el punto más relevante. Lo que debemos enfrentar es esta nueva maravilla salvadora de la humanidad, que los problemas de la educación del mundo serán arreglados gracias a esta muy específica innovación tecnológica y su potencial transformador, revolucionario.

Esta nueva herramienta, en el mejor escenario posible, obligará a que los sistemas educativos de países enteros se conviertan en algo completamente distinto, sin consideración de metas y objetivos locales, o de la posibilidad de alcanzar dichas metas a través de medios más económicos, desarrollados localmente. En el peor escenario posible, este aparatito no cambiará absolutamente nada, con lo que los pobres seguirán recibiendo la peor educación posible pero ahora, a todo color.

Sin dudar por un momento de las buenas intenciones de los involucrados en este proyecto, es imposible no pensar en esta idea como la nueva encarnación de la idea de la computadora como salvadora del mundo, una más de muchas que han ocurrido desde hace casi cuarenta años, además de un bien intencionado pero no menos impresionante despliegue de egolatría. Las computadoras han cambiado el mundo de muchas maneras, pero no necesariamente en aquellas imaginadas por los apóstoles de las revoluciones tecnológicas. ¿Este proyecto terminará por enterrar esta idea fija? Así lo espero. No hay nada más urgente para las naciones en desarrollo que dejar de prestarle atención a las modas y comenzar a pensar por sí mismas en los verdaderos problemas. El proyecto OLPC hace exactamente lo opuesto, y por eso es una idea tan mala.

Lima, Perú, November 16, 2005