Plaguicidas en Argentina

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Revisión del 14:25 2 sep 2010 de Csoliverez (discusión | contribuciones) (tabaco y orugas)

Un plaguicida es una sustancia química usada para regular o interrumpir el crecimiento de, o atraer o repeler o matar a organismos vivientes considerados plagas de cultivos de valor para las personas. Los organismos dañinos pueden ser insectos, hierbas, pájaros, mamíferos, peces, hongos, microbios...


Términos afines

  • Agroquímico: Sustancias químicas usadas en la agricultura y la ganadería. Los pesticidas son un tipo de agroquímico, pero hay también agroquímicos para usos muy diferentes, como las distintas variedades de fertilizantes del suelo.
  • Biocida: Sustancia química capaz de matar alguna forma de vida si se usa en la concentración apropiada. Biocida es un concepto más amplio que plaguicida, ya que este último corresponde sólo a los organismos considerados indeseables.
  • Fungicida: Biocida usado para controlar o impedir el crecimiento de hongos.
  • Pesticida: en lenguaje vulgar se llaman pestes a las plagas, por lo que sería un sinónimo de plaguicida. En lenguaje científico se llama peste a la infección causada por el microorganismo Yersinia pestis, por lo que se recomienda no usar este término.

Problemas del uso de plaguicidas

Los plaguicidas tóxicos para las personas están por regla general prohibidos (véase la lista elaborada por el Ministerio de Salud de la Nación). En las concentraciones normales de uso algunos plaguicidas pueden ser tóxicos para animales domésticos, abejas melíferas y también para las personas si se distribuyen de manera inapropiada. Tal es el caso de aplicación sobre cuerpos de agua de consumo, fumigaciones en cercanías de viviendas y otros casos.[1] Las fumigaciones aéreas son particularmente peligrosas por la dificultad de controlar el acarreo de los pesticidas por el viento, deriva favorecida cuando las gotas son muy pequeñas (aerosoles).

Las técnicas de manejo integrado de plagas intentan minimizar el uso de plaguicidas, y de sus efectos nocivos sobre las personas y el medio ambiente, mediante el uso de recursos alternativos, preferentemente naturales. Se trata de imitar comportamientos naturales como el de las plantas de tabaco, que al ser atacadas por orugas emiten sustancias químicas atractivas para insectos que las devoran.[2]

Fuentes