Pukará de Tilcara

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El Pukará de Tilcara era una construcción defensiva de los aborígenes de la Quebrada de Humahuaca. Es, actualmente, uno de los más importantes yacimientos arqueológicos del noroeste argentino. La zona adyacente, el actual pueblo de Tilcara, es probablemente uno de los sitios continuamente poblados más antiguos del actual territorio argentino (Raffino , p. 187).


Vista de 360° del territorio circundante del Pukará de Tilcara. La pirámide truncada de piedra es una construcción moderna.La versión de altura 1080 pixels de altura está aquì: [1].

Historia

Vivienda restaurada.

Esta fortaleza está estratégicamente ubicada para tener amplia visión del Río Grande (véase la fotografía superior), cuyas riberas fueron una importante ruta de comunicación entre los valles fértiles del sur y la Puna. Desde los primeros se traían maderas, plumas, nueces, tinturas, alucinógenos como el cebil y otros productos, mientras que la segunda proveía de sal, obsidiana, basalto, malaquita, turquesas y otras rocas necesarias para la fabricación de herramientas y armas.


Ocupaba una superficie aproximada de 8 ha, alcanzando una altura máxima de 60 m sobre el nivel del Río Grande. Se han encontrado evidencias de que estuvo habitado desde el siglo IX hasta el siglo XVI. Los habitantes más antiguos se asentaron sobre las laderas bajas del sur (extremo derecho de la fotografía superior), extendiéndose gradualmente hasta las alturas. Durante la ocupación inka (siglo XV) se construyeron edificios administrativos y de culto religioso. Se estima que en su momento de máxima población albergó unas 1.500 personas. La fortaleza fue abandonada durante la época colonial, seguramente cuando los aborígenes de la zona fueron encomendados a Francisco de Argañarás, el fundador de San Salvador de Jujuy y captor de Viltipoco, el curaca de la vecina Purmamarca.

Asentamientos en el Pukará de Tilcara según Zaburlin.

Actualidad

Las ruinas fueron restauradas durante el siglo XX por los arqueólos Juan Bautista Ambrosetti y Salvador Debenedetti primero (la pirámide truncada fue construida en su homenaje), y luego por Eduardo Casanova, con técnicas que hoy se consideran erróneas, y no hay certeza de que reproduzcan fielmente su estado original. Las construcciones de piedra tenían techos de barro y paja asentadas sobre tirantes de cardón. En las destinadas a vivienda también hay inhumaciones. Había corrales para llamas, un sector para el culto religioso, cementerio y depósitos, así como un basurero.

El sitio está hoy bajo la custodia y estudio del Instituto Interdisciplinario Tilcara, dependiente de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. En el adyacente pueblo de Tilcara el Museo "Eduardo Casanova" del Instituto exhibe algunos de los objetos que fueron encontrados aquí y publicaciones con los estudios hechos.

Fuentes