Diferencia entre revisiones de «Rasgos culturales argentinos»

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Aunque en el contexto de una grave crisis económica cuando el ánimo general era de pesimismo —caso en que tal vez estuviera justificada—, la frase apelaba a un rasgo muy generalizado entre los argentinos, como es habitual en los políticos.  
 
Aunque en el contexto de una grave crisis económica cuando el ánimo general era de pesimismo —caso en que tal vez estuviera justificada—, la frase apelaba a un rasgo muy generalizado entre los argentinos, como es habitual en los políticos.  
|[[Archivo:Omnipotencia Duhalde.jpg|300px|right|thumb|<small><center>'''Eduardo Duhalde, presidente de la Nación 2001-2003.'''</center></small>]]
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Revisión actual del 17:19 30 oct 2017

En este artículo se discuten los principales rasgos culturales argentinos, lo que usualmente se denomina la idiosincrasia argentina. Se trata, en lo posible, de ilustrarlos con dichos y hechos relevantes de todos las actividades.


Introducción

Los que más han reconocido los rasgos culturales argentinos más generalizados son los viajeros extranjeros, los humoristas (en especial Quino), los cantautores y escritores argentinos. Una buena muestra es el siguiente fragmento del poema Argentino hasta la muerte del poeta argentino César Fernández Moreno:

...queremos encontrar no buscar
que busquen los foráneos petróleo o lo que sea
pero nos la sabemos rebuscar
lo importante es postergar la responsabilidad
«muchachos me estoy trabajando una mina fenómena»
ojalá no venga a la cita
«tengo una pila de trabajo atrasado»
ojalá decreten feriado el viernes
«vos no te preocupés dejálo todo en mis manos
mañana a las siete y diez te tengo listo el asunto sin falta»
y después pasamos de la extrema precisión a la extrema vaguedad
«vos esperate ya veremos hay tiempo»
y cuando ya no hay tiempo cuando el tiempo nos abandona
se sacude de nosotros harto ya de ser prometido en vano
entonces venga la gran biaba de trabajo
mejor la rica improvisación la socarrona payada
en una de ésas la pegamos por qué no
y agradecemos conmovidos los aplausos de nuestra barrita particular
«chas gracias chas gracias» con las manos juntas más arriba de nuestros parietales
y bueno soy argentino ...

Se señalan aquí claramente rasgos como la elusión de responsabilidades, el mandarse la parte, el dejar las cosas para mañana y la improvisación.

Amiguismo

Un rasgo muy generalizado de los argentinos es el amiguismo, favorecer de todas las formas posibles a los amigos personales —otorgamiento de puestos de trabajo, compras de bienes y servicios, reconocimiento de méritos y otorgamiento de honores— aunque no tengan las condiciones requeridas para ellos. Entre los amigos se incluye a los compañeros de militancia en algún partido político u organización ideológica, pero no a los compañeros de trabajo.

Un ejemplo extremo de la "valoración" especial que se hace en Argentina de los amigos es el inciso 3 del artículo 277 del Código Penal que excluye del delito de encubrimiento a los amigos de los criminales (aunque sean oficiales de la ley), amigos a los que se les permite, sin incurrir en delito, hacer las siguientes tareas de ayuda:[1]

  • Ayudar a eludir las investigaciones de la autoridad o a sustraerse a la acción de ésta.
  • Ocultar, alterar o hacer desaparecer rastros, pruebas o instrumentos del delito, o ayudar al autor o partícipe a ocultarlos, alterarlos o hacerlos desaparecer.
  • Adquirir, recibir u ocultar dinero, cosas o efectos provenientes de un delito.
  • No denunciar la perpetración de un delito o no individualizar al autor o partícipe de un delito ya conocido, cuando estuviere obligado a promover la persecución penal de un delito de esa índole.

La única excepción al amiguismo criminal es cuando se probara que el amigo actuó con fines de lucro, es decir, cuando se pueda probar qué lo motivaba cuando hizo lo que hizo (o sea, nunca).

Anomia e imprevisibilidad de comportamientos sociales

La anomia es el rechazo al cumplimiento de normas. Una clara expresión de este rechazo es la frase popular prohibido prohibir. La imprevisibilidad es una consecuencia de la anomia, ya que cuando no hay reglas de comportamiento no hay comportamientos previsibles.

Durante los tiempos de la colonización española la anomia fue fomentada por la distancia al centro de poder, la corte real. Esto hacía muy difícil tanto una buena comprensión de los problemas como una rápida respuesta a las consultas de los gobernantes locales. El tiempo estimado de una consulta, que incluía el envío de un documento por barco, la consulta al consejo real y el envío de documento con las decisiones, era cercano a 1 año. En la práctica los colonos hacían lo que más les convenía, ignorando las ordenanzas reales aunque sin rebelarse activamente contra ellas, como se refleja en el entonces popular dicho se acata, pero no se cumple.

A comienzos del siglo XX, cuando la región metropolitana alcanzó a tener altísimos porcentajes de inmigrantes, mayoritariamente italianos y españoles, la ideología anarquista estaba muy difundida entre los trabajadores fabriles recién arribados.

El historiador estadounidense Nicolas Shumway señala

hay que reconocer que si algo caracteriza a la Argentina es la imprevisibilidad.

La anomia es la causa; la imprevisibilidad de los comportamientos sociales, una de sus consecuencias. Este rasgo tan argentino fue detalladamente estudiado por el filósofo y jurista Carlos Nino en Un país al margen de la ley.

Fuentes

Improvisación e imprevisión

Puede pensarse que la improvisación es una consecuencia de la imprevisibilidad (rasgo atribuible a todo tipo de fenómenos complejos) o de la imprevisión (rasgo propio de las personas), pero el tema es más complejo. La improvisación es la respuesta no planificada —inventada en el momento o fruto sólo de la intuición— a un hecho tal vez previsible pero no previsto. Cuando ésto sucede ocasionalmente puede pensarse como un efecto, no como una causa. Cuando es una pauta general de comportamiento —a la que alude Fernández Moreno cuando afirma que para ellos es mejor la rica improvisación— se transforma en una causa con efectos tan graves como una generalizada incapacidad de planificación. La improvisación es uno de los ingredientes esenciales del complejo fenómeno del oportunismo que se discute en sección aparte.

La improvisación, incapacidad de planificar con anticipación, tiene consecuencias tecnológicas muy graves. El Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), una institución académica independiente afiliada a la Facultad de Medicina de la UBA procesó información de la Base de Egresos hospitalarios recopilada por la Dirección de Estadísticas e Información de Salud del Ministerio de Salud de la Nación correspondiente a los años 2000, 2005, 2006, 2007 y 2008. Su conclusión fue que a menos un 27% de los ingresos hospitalarios podrían evitarse haciendo adecuadas campañas de cuidado preventivo de la salud. El estudio señala que la atención de las enfermedades en etapas más avanzadas, o una cirugía cardiovascular o un trasplante, son abordados de manera más efectiva que los cuidados preventivos que se toman para evitar la internación por una diarrea aguda en un niño proveniente de medios socioeconómicos bajos.[2] Ejemplos de este tipo pueden multiplicarse en todos los órdenes de la vida argentina.

Un ejemplo protípico de improvisación es el proceso de implementación del Sistema Único de Boleto Electrónico para el Gran Buenos Aires. La presidente Cristina Fernández anunció su puesta en operaciones en 90 días a contar del 4 de febrero de 2009. Las continuas rectificaciones, cambios de características y plazos pusieron claramente en evidencia que no se había un buen estudio del tema ni una planificación de las etapas a cumplir, teniendo en cuenta aspectos cruciales como los siguientes:

  1. Cantidad de personas que haría uso del servicio: la presidente habló en 2009 de 4.000.000, cuando en marzo de 2012 ya la habían adquirido casi 10 millones y se debió autorizar su uso para más de 1 persona porque muchos grupos familiares sólo habían comprado 1.
  2. Los 90 días estimados (aunque fueran hábiles) fueron largamente superados por los plazos de cualquiera de las licitaciones. La de las tarjetas propiamente dichas, demoró 3 meses en convocarse y la provisión de 5 millones de tarjetas se fijó en 5 meses más del momento de la adjudicación.
  3. Recién 17 meses después del anuncio inicial se estableció un cronograma de instalación obligatoria de equipos por las empresas.
  4. No se establecieron suficientes bocas de expendio de tarjetas, lo que sumado a la amenza del aumento del boleto para los que no la tuvieran hizo que muchos miles de personas hicieran largas colas para obtenerla, infructuosamente y durante muchos días.
  5. Se anunció que el sistema se usaría para subsidiar a personas en vez de empresas, lo que hubiera requerido además de la descarga del monto del pasaje un complejo y costoso sistema de verificación de identidad nunca previsto. La personalización de la tarjeta y su compra con DNI, que tanto complicó la provisión, resultó así un requisito inútil, después eliminado al autorizar el uso de la misma para comprar más de 1 pasaje.

Fuentes

  • Cukierkorn, Ariel; La característica de la Argentina es la imprevisibilidad (entrevista a Nicolas Shumway); revista El Federal; Editorial Infomedia Producciones SA; ciudad de Buenos Aires; Nº 395, 1º de diciembre de 2011; pp. 16‑18.

Falta de amor al trabajo

Los argentinos no consideran que el trabajo sea un valor en sí mismo. No se alude aquí a la denominada cultura del trabajo, que ha sido frecuentemente esgrimida por algunos empresarios, desde la época colonial, como una legitimación de la explotación laboral. Concolorcorvo, por ejemplo, afirma a comienzos de la década de 1770:

Es cierto que viendo los primeros españoles que los indios se contentaban y sustentaban con tantos granos de maíz como una gallina de las nuestras, y que apenas trabajaban ocho indios como dos españoles, regularon el salario de aquellos a un ínfimo precio.

Los conquistadores y colonizadores españoles de todos los niveles sociales consideraban indigno hacer cualquier clase de trabajos manuales, valor de los nobles españoles concienzudamente imitado por los plebeyos. Uno de los requisitos exigidos para desempeñar cargos de gobierno era no haber hecho nunca tareas viles y manuales. Las tareas artesanales fueron realizadas por los indios encomendados y los esclavos africanos y, entre ellos, mayoritariamente por las mujeres.

La concepción de que el trabajo es una actividad reservada a los animales e indigna de las persona sigue fuertemente arraigada en la cultura argentina. Ésto se manifiesta claramente en expresiones como trabajé como una bestia y me deslomé trabajando. Se denomina yugo al trabajo y yugar es sinónimo de trabajar.

El argumento de que la falta de amor al trabajo es un rasgo común a todos los seres humanos, cualquiera sea su cultura, es falso, como ilustra el siguiente hecho. En marzo de 2012 se hizo en Suiza un referéndum popular para ampliar el período normal de vacaciones anuales de 4 a 6 semanas, para todos los trabajadores en relación de dependencia. La propuesta se consideraba económicamente viable porque la productividad del trabajo había aumentado en los ultimos años 5 veces más que los salarios. La propuesta de incremento fue rechazado por el 66,5% de los votantes.

Fuentes

  • Concolorcorvo; El lazarillo de ciegos caminantes; Emecé Editores; Ciudad de Buenos Aires; 1997; ISBN 9789500417808.
  • EFE; Los suizos le dicen "no" a más días de vacaciones; diario Clarín; Editorial Clarín SA; Ciudad de Buenos Aires; 11 de marzo de 2012.

Fatalismo

El fatalismo está magistralmente ilustrado en uno de los tangos argentinos más populares, Cambalache:

el mundo fue y será una porquería ya lo sé...
da lo mismo que si es cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón...
Dale nomás, dale que va, que allá en el horno nos vamos a encontrar...
a nadie importa si naciste honrao…

Voluntarismo u omnipotencia

El voluntarismo u omnipotencia es la creencia de que si uno se propone algo, indefectiblemente lo va a lograr. El voluntarismo ignora tanto las limitaciones personales como las que imponen las circunstancias.

En 2001 el entonces presidente de la Nación Eduardo Duhalde, en uno de sus discursos a la Nación, afirmó

los argentinos estamos condenados al éxito.

Aunque en el contexto de una grave crisis económica cuando el ánimo general era de pesimismo —caso en que tal vez estuviera justificada—, la frase apelaba a un rasgo muy generalizado entre los argentinos, como es habitual en los políticos.

Eduardo Duhalde,
presidente de Argentina 2001-2003.

Fuentes generales

  • Bioy Casares, Adolfo; Breve diccionario del argentino exquisito; Emecé Editores; ciudad de Buenos Aires; 1978.
  • Mafud, Julio; Psicología de la viveza criolla; Distal Librería - Editorial; Ciudad de Buenos Aires; 1984 (5ª edición); ISBN 9789509495029 (Mafud PVC).
  • Ulianovsky, Carlos; Cómo somos: trapitos argentinos al sol; Editorial Sudamericana; ciudad de Buenos Aires; 2003; ISBN 9789500723305.

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