Diferencia entre revisiones de «Tecnósfera»

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''Ambiente'', el conjunto de lugares en que desarrollamos nuestras actividades, tiene sentido muy diferente para un habitante de la ciudad y uno del campo o la montaña. Para el primero incluye en lugar preponderante a su casa, su lugar de trabajo, los comercios donde hace sus compras, los lugares de esparcimiento y los que recorre —a pie o en algún medio de [[transporte]]— para ir a cualquiera de los anteriores. Puede incluir toda su ciudad o sólo algunos barrios, su suelo (veredas, calles, plazas...), su paisaje (predominantemente fachadas), su aire (frecuentemente contaminado) y el usualmente atronador ruido de los vehículos en tránsito. Este concepto de ''ambiente'' ha evolucionado a lo largo del tiempo más en algunos contenidos específicos —pavimentos de concreto en vez de piedra, por ejemplo— que en su extensión espacial, y su rasgo principal es que está casi exclusivamente formado por objetos hechos por la mano humana. Con la excepción de algunas piedras y plantas ornamentales, cuyo carácter "natural" se discute en la siguiente sección, poco hay en este ambiente que no sea creación humana. Este ambiente es, así, el prototipo de tecnósfera, que en la imaginación de escritores de ciencia ficción como Isaac Asimov (véase, por ejemplo, ''Las cavernas de acero'') puede llegar hasta a excluir de su seno la luz solar y el aire libre.
 
''Ambiente'', el conjunto de lugares en que desarrollamos nuestras actividades, tiene sentido muy diferente para un habitante de la ciudad y uno del campo o la montaña. Para el primero incluye en lugar preponderante a su casa, su lugar de trabajo, los comercios donde hace sus compras, los lugares de esparcimiento y los que recorre —a pie o en algún medio de [[transporte]]— para ir a cualquiera de los anteriores. Puede incluir toda su ciudad o sólo algunos barrios, su suelo (veredas, calles, plazas...), su paisaje (predominantemente fachadas), su aire (frecuentemente contaminado) y el usualmente atronador ruido de los vehículos en tránsito. Este concepto de ''ambiente'' ha evolucionado a lo largo del tiempo más en algunos contenidos específicos —pavimentos de concreto en vez de piedra, por ejemplo— que en su extensión espacial, y su rasgo principal es que está casi exclusivamente formado por objetos hechos por la mano humana. Con la excepción de algunas piedras y plantas ornamentales, cuyo carácter "natural" se discute en la siguiente sección, poco hay en este ambiente que no sea creación humana. Este ambiente es, así, el prototipo de tecnósfera, que en la imaginación de escritores de ciencia ficción como Isaac Asimov (véase, por ejemplo, ''Las cavernas de acero'') puede llegar hasta a excluir de su seno la luz solar y el aire libre.
  
El concepto de ''ambiente'' es muy diferentes para los habitantes rurales, sea de la pampa o la montaña. Incluye su casa, su huerta y los corrales del ganado, pero también los campos de pastoreo para las diversas estaciones del año, que a veces pueden estar a muchos kilómetros de distancia. Algunos centros urbanos, ocasional o regularmente visitados, eran y son también parte de su ambiente porque los proveían de lo que no podían fabricar por sí mismos, eran el mercado de sus escasos productos y el lugar de celebración de fiestas religiosas. También, a veces, algunos parajes de encuentro comunitario ligados a tradiciones aborígenes. Hasta tiempos recientes no consideraban parte de su ambiente, salvo cuando mediaban razones religiosas, las cumbres de las montañas o las cuencas de los ríos que los abastecían. Hoy, como muestra el creciente número de reclamos de contra la [[minería]] de gran escala, las comunidades andinas han tomado conciencia que su ambiente también incluye lugares remotos, que tal no han visitado nunca, porque pueden determinar la subsistencia de su modo tradicional de vida (véase, por ejemplo, [[Svampa MT]]).
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El concepto de ''ambiente'' es muy diferentes para los habitantes rurales, sea de la pampa o la montaña. Incluye su casa, su huerta y los corrales del ganado, pero también los campos de pastoreo para las diversas estaciones del año, que a veces pueden estar a muchos kilómetros de distancia. Algunos centros urbanos, ocasional o regularmente visitados, eran y son también parte de su ambiente porque los proveían de lo que no podían fabricar por sí mismos, eran el mercado de sus escasos productos y el lugar de celebración de fiestas religiosas. También, a veces, algunos parajes de encuentro comunitario ligados a tradiciones aborígenes. Hasta tiempos recientes no consideraban parte de su ambiente, salvo cuando mediaban razones religiosas, las cumbres de las montañas o las cuencas de los ríos que los abastecían. Hoy, como muestra el creciente número de reclamos de contra la [[minería]] de gran escala, las comunidades andinas han tomado conciencia que su ambiente también incluye lugares remotos, que tal no han visitado nunca, porque pueden determinar la subsistencia de su modo tradicional de vida (véase, por ejemplo, [[Svampa&Antonelli MT]]).
  
 
Uno podría estar tentado a afirmar que el concepto de ''ambiente'' es individual, subjetivo. No es así ya que las razones prácticas que lo sustentan y la comunicación entre las personas que lo comparten lo generalizan. Se trata, como es frecuente en el campo cultural, de un concepto situado, dependiente del tiempo y espacio particular en que se usa. La principal limitación del término que se explicita en este planteo es que ''el ambiente'' prototípico es el humano, aunque cabe especificarlo para cualquier otro organismo viviente (el ambiente de las truchas, por ejemplo).
 
Uno podría estar tentado a afirmar que el concepto de ''ambiente'' es individual, subjetivo. No es así ya que las razones prácticas que lo sustentan y la comunicación entre las personas que lo comparten lo generalizan. Se trata, como es frecuente en el campo cultural, de un concepto situado, dependiente del tiempo y espacio particular en que se usa. La principal limitación del término que se explicita en este planteo es que ''el ambiente'' prototípico es el humano, aunque cabe especificarlo para cualquier otro organismo viviente (el ambiente de las truchas, por ejemplo).

Revisión del 11:04 23 feb 2012

Tecnósfera o tecnosfera, un neologismo todavía no incorporado en el Diccionario de la Lengua Española, designa el ambiente artificial creado mediante las tecnologías por un grupo humano para el desarrollo de sus actividades y la satisfacción de sus necesidades básicas y deseos, ambiente que modifica a su vez la cultura de ese grupo. La más notoria expresión de la tecnósfera son las ciudades, pero no es la única ni la que más afecta a la biósfera, el mundo silvestre. El término parece haber sido creado por el geólogo ruso Vladímir Vernadsky por similitud o contraposición al de biósfera.


Introducción

El concepto de tecnósfera alude a las modificaciones que nuestra especie ha hecho sobre su medio ambiente personal, modificaciones que en la actualidad han alcanzado aun los lugares del planeta que no ocupa directamente. Si las personas sólo modificáramos nuestro entorno inmediato —hogar, lugares de trabajo y de recreación— la introducción del término tal vez sería innecesaria. Como las personas ajustamos inconscientemente nuestra cultura para desenvolvernos mejor en nuestro medio habitual, al que crecientemente creamos, el concepto involucra un activo, intenso y complejo proceso de realimentación entre las personas y sus obras.

La definición de tecnósfera como ambiente artificial requiere precisar ambiente y artificial, conceptos sólo aparentemente triviales.

Ambiente

El concepto de ambiente no ha merecido la misma atención que el mucho más amplio de medio ambiente. En la concepción actual, el medio ambiente abarca los organismos vivientes no humanos, la atmósfera (incluso la que está normalmente fuera de nuestro alcance, como la capa de ozono), los cuerpos de agua, las tierras no cultivadas de la totalidad del planeta. Aunque algunos (caso de Wikipedia) incluyen a las personas y su cultura en el medio ambiente, no es la acepción usual en Argentina.

Ambiente, el conjunto de lugares en que desarrollamos nuestras actividades, tiene sentido muy diferente para un habitante de la ciudad y uno del campo o la montaña. Para el primero incluye en lugar preponderante a su casa, su lugar de trabajo, los comercios donde hace sus compras, los lugares de esparcimiento y los que recorre —a pie o en algún medio de transporte— para ir a cualquiera de los anteriores. Puede incluir toda su ciudad o sólo algunos barrios, su suelo (veredas, calles, plazas...), su paisaje (predominantemente fachadas), su aire (frecuentemente contaminado) y el usualmente atronador ruido de los vehículos en tránsito. Este concepto de ambiente ha evolucionado a lo largo del tiempo más en algunos contenidos específicos —pavimentos de concreto en vez de piedra, por ejemplo— que en su extensión espacial, y su rasgo principal es que está casi exclusivamente formado por objetos hechos por la mano humana. Con la excepción de algunas piedras y plantas ornamentales, cuyo carácter "natural" se discute en la siguiente sección, poco hay en este ambiente que no sea creación humana. Este ambiente es, así, el prototipo de tecnósfera, que en la imaginación de escritores de ciencia ficción como Isaac Asimov (véase, por ejemplo, Las cavernas de acero) puede llegar hasta a excluir de su seno la luz solar y el aire libre.

El concepto de ambiente es muy diferentes para los habitantes rurales, sea de la pampa o la montaña. Incluye su casa, su huerta y los corrales del ganado, pero también los campos de pastoreo para las diversas estaciones del año, que a veces pueden estar a muchos kilómetros de distancia. Algunos centros urbanos, ocasional o regularmente visitados, eran y son también parte de su ambiente porque los proveían de lo que no podían fabricar por sí mismos, eran el mercado de sus escasos productos y el lugar de celebración de fiestas religiosas. También, a veces, algunos parajes de encuentro comunitario ligados a tradiciones aborígenes. Hasta tiempos recientes no consideraban parte de su ambiente, salvo cuando mediaban razones religiosas, las cumbres de las montañas o las cuencas de los ríos que los abastecían. Hoy, como muestra el creciente número de reclamos de contra la minería de gran escala, las comunidades andinas han tomado conciencia que su ambiente también incluye lugares remotos, que tal no han visitado nunca, porque pueden determinar la subsistencia de su modo tradicional de vida (véase, por ejemplo, Svampa&Antonelli MT).

Uno podría estar tentado a afirmar que el concepto de ambiente es individual, subjetivo. No es así ya que las razones prácticas que lo sustentan y la comunicación entre las personas que lo comparten lo generalizan. Se trata, como es frecuente en el campo cultural, de un concepto situado, dependiente del tiempo y espacio particular en que se usa. La principal limitación del término que se explicita en este planteo es que el ambiente prototípico es el humano, aunque cabe especificarlo para cualquier otro organismo viviente (el ambiente de las truchas, por ejemplo).

Al discutir las funciones del ambiente se verá que es posible, aunque tal vez no conveniente, expandir aún más el concepto (véase, más adelante, la sección Funciones del ambiente).

Lo artificial

Artificial es lo hecho por la mano humana. A veces se usa el adjetivo antropogénico, pero no agrega nada a artificial, sólo etimología griega. Lo artificial no es lo opuesto a lo que en el habla cotidiana se denomina natural ya que nuestra especie es un resultado de la evolución natural y su existencia y actividades son tan naturales como las de las plantas silvestres, los animales salvajes y los fenómenos meteorológicos. Para plantas y animales se puede usar el adjetivo silvestre. Una planta silvestre es aquella no modificada por la actividad humana de selección artificial, como el maíz (cuyo ancestro silvestre parece haber sido el teosintle o Zea perennis). Sin embargo, el mero hecho de cultivarla en vez de recolectarla ya requiere intervención humana. La soja transgénica o el maíz híbrido no son plantas silvestres porque se ADN ha sido modificado, pero también puede serlo cualquier cultivo por razones epigenéticas. Sería poco comprensible, en cambio, hablar de tierras, aguas, aire o piedras "silvestres", ya que el adjetivo no se aplica al mundo inorgánico pese a que también es modificado o modificable por la actividad humana, como la modificación de las rocas por la lluvia ácido producto de las actividades industriales.

Es necesario, pues, trazar una línea divisoria entre aquello que ha sido deliberadamente creado por la actividad humana y aquello que puede haber sido inadvertidamente modificado por ella. No hay un adjetivo que caracterice de modo popularmente no ambiguo a todo lo que no es resultado del accionar humano, habría que inventar un neologismo rebuscado como anantropogénico.

Si se busca en cualquier hogar se descubren sólo unos pocos objetos completamente naturales: alguna planta decorativa, quizás piedras, minerales, trozos de madera o conchillas recogidas en alguna salida al campo o a la playa. Alguien dirá que si artificial es lo hecho por mano o arte humana seguramente la madera maciza de la silla o la mesa no lo es. Depende de lo que se quiera entender por hecho. Si hacer es crear sustancias que antes no existían, los únicos materiales artificiales son los sintéticos, como los plásticos (véase el artículo materiales). Cuando se hace una silla usando madera de un árbol, se la modifica con las manos usando las técnicas del leñador, del aserradero, del carpintero, del ebanista, para transformar un tronco en un mueble que sirve para sentarse. No es lo mismo hablar de materiales naturales, como la madera, que de objetos naturales, como una piedra. Cuando se profundiza un poco más se descubre que aún ese hermoso geranio que tenemos en la maceta en realidad no es igual a su antecesor silvestre, sino que fue modificado por selección artificial (otra vez la mano humana) para obtener flores más grandes y de más vivos colores. Se descubre también que el aluminio de las ventanas no se encuentra en estado puro en la naturaleza, sino que para obtenerlo hay que someter el mineral que lo contiene, la bauxita, a complejos tratamientos.

Los seres humanos hemos hecho tantas modificaciones a las cosas que nos rodean y de tantas maneras diferentes que es imposible que la persona más experta sea capaz de conocerlas a todas. Los habitantes de las ciudades viven en un mundo casi completamente artificial, creado por el ingenio humano mediante las tecnologías, sin el cual tendría los problemas y sufriría las penurias que acosaron a la especie humana durante la mayor parte de su historia. Estas modificaciones, sin embargo, no se han hecho exclusivamente para satisfacer mejor las necesidades básicas. Han sido mayoritariamente motivadas por el afán de lucro y de poder, del dominio de las personas y del mundo material.

Funciones del ambiente

Necesidades básicas

Los seres humanos somos la única especie animal capaz de adaptarse a una enorme variedad de ambientes: habitamos permanentemente todos los climas y lugares de la tierra, desde el ecuador hasta el círculo polar. Solamente los fondos oceánicos no albergan poblaciones humanas permanentes, aunque es previsible que en algún momento también lo harán, así como la luna y otros planetas o satélites del sistema solar. La razón de esta gran adaptabilidad es que los seres humanos, a diferencia de los restantes animales, somos capaces de modificar las condiciones naturales creando nuestro propio ambiente, una tecnósfera de objetos artificiales o de objetos naturales modificados o domesticados (como algunas plantas y animales) para satisfacer nuestras necesidades.

La tecnósfera incluye a la vestimenta, la vivienda, las vías de transporte, el control de la energía.

Sociedad

La tecnósfera se usa para influir las mentes humanas mediante simbolismos como las vestimentas lujosas, edificiones imponentes como las grandes catedrales y concentraciones populares en lugar especialmente concebidos, como los del Tercer Reich.

Medio ambiente

La tecnósfera se crea mediante extracción de recursos de la biósfera, degradándola en el proceso (contaminación ambiental).

Conceptos afines

Antropoceno

El término Antropoceno es usado por algunos geólogos para designar al período geológico presente, en vez del usual Holoceno. Fue acuñado por el químico holandés Paul Jozef Crutzen, quien recibió el Premio Nobel de Química 1995 por sus estudios sobre el agujero de ozono. El término enfatiza el impacto que las actividades humanas han tenido sobre los ecosistemas, impacto que algunos remontan al comienzo de la Revolución Industrial a fines del siglo XVIII y otros sitúan mucho antes, al comienzo de la agricultura y la ganadería hace unos 8.000 años.

El Antropoceno puede interpretarse como el período geológico iniciado en el momento en que el desarrollo de la tecnósfera empezó a tener efectos significativos sobre la biósfera. El cambio climático parece ser la manifestación más generalizada y difícil de controlar del Antropoceno.

Noósfera

Noósfera es un concepto también introducido por Vernadsky, luego adoptado y popularizado por el francés [ Teilhard de Chardin]. Chardin lo usa para designar al espacio virtual donde ocurren los fenómenos mentales y lo considera, junto con Vernadsky, la tercera etapa de la evolución de la Tierra, evolución iniciada por la geósfera (donde priman los procesos geológicos), seguida de la biósfera (cuando la vida coloniza y modifica el planeta) y seguida por la noósfera (donde el saber humano comienza a cambiar la faz de la Tierra).

Evolución de la tecnósfera

En Argentina el ecosistema más modificado por las actividades humanas es la pampa húmeda.

Fuentes