En febrero de 1985, con una [[inflación]] mensual del orden del 25%, un déficit fiscal del 11% del [[PBI]], y sólo U$S 1.000 millones en el [[Banco Central]], Juan Vital Sourrouille asumió como ministro de Economía. Su diagnóstico fue que las principales causas de la inflación eran el déficit fiscal, el exceso de emisión monetaria y las expectativas inflacionarias favorecidas por la legalización de la indexación de precios. El conjunto de medidas aplicadas para combatirla, el denominado Plan Austral, incluía el congelamiento de precios, el cese total de la emisión monetaria por el Banco Central, un ajuste fiscal que debía reducir el déficit fiscal al 2,5% del PBI en diciembre de ese año, y el ''desagio''. Esta última medida, sin antecedentes ni repeticiones, apuntaba a corregir la inflación por expectativas mediante una quita porcentual (¿20%?) de los valores comprometidos a futuro en contratos de provisión de bienes y servicios (que obviamente estaban "inflados"). En julio de 1985 el índice de precios mayoristas disminuyó respecto del mes anterior, por primera vez desde 1973. La inflación del mes de octubre fue de sólo 1,9%. Durante septiembre la producción industrial creció 13%. Sin embargo, el éxito fue efímero y, a pesar de varios retoques (planes Australito y Primavera), el proceso inflacionario se reactivó. Se agudizó la puja distributiva por generalizadas demandas sindicales de grandes aumentos de salarios. Disminuyeron los precios internacionales de los principales productos exportables argentinos, llegando a los valores más bajos de los 40 años previos. Los créditos internacionales se hicieron cada vez más difíciles de conseguir y sus intereses más elevados. Se agudizó la presión militar contra la gran cantidad de juicios a sus integrantes por actos criminales cometidos durante las dictaduras de 1976 a 1983. El resultado fue el proceso hiperinflacionario de 1987-1989.
==Fuentes==
* [http://www.argentina-rree.com/11/11-081.htm ''Lineamientos de una Estrategia de Crecimiento Económico 1985-1989''].