==Antecedentes históricos==
A partir del siglo III dC la forma de vida en todo el imperio romano comenzó a tener cambios sustanciales. Se produjo una creciente urbanización que concentró el poder en un reducido grupo de personas en las ciudades: los senadores, los comandantes militares y algunos funcionarios de alto rango. Estos ricos y poderosos llevaron un estilo de vida cada vez más hedonista y extravagante. El control del imperio requería una administración cada vez mayor con el mantenimiento de grandes cantidades de funcionarios y de fuerzas militares. Las zonas rurales del país se consideraban como méros meros apéndices de las ciudades a las que debían proveer de alimentos y otras materias primas para los artesanos urbanos, los que estaban sujetos a sus gremios sin libertad de cambiar de oficio. Los numerosos golpes de estado, usualmente por comandantes militares, hicieron que en Roma y las capitales de provincia aumentaran las intrigas palaciegas, las alianzas volátiles y los riesgos para los cortesanos que caían en desgracias. Todo este sistema de vida estaba sustentado en cuantiosos impuestos que afectaban más a los más débiles, ya que los poderosos senadores estaban exentos de ellos y cada vez más desentendidos de las necesidades de los ciudadanos comunes.
Para eludir los impuestos muchos comenzaron a abandonar las ciudades, donde los controles eran continuos, para residir en propiedades rurales. El gobierno trató de impedirlo con controles cada vez más rigurosos sobre todo tipo de transacciones comerciales y operaciones de compra y venta de propiedades. Las únicas transacciones monetarias no reguladas ni gravadas fueron las donaciones, que comenzaron a usarse crecientemente como medio de evasión impositiva, del mismo modo que hoy se usan cooperativas y fundaciones para hacer buenos negocios. Uno de los métodos más usados fue la donación de propiedades a patrones ricos y políticamente poderosos, senadores y funcionarios, que luego la devolvían con carácter de tenencia sin mediar intervención del gobierno. Como estos arreglos se hacían por pedido (en latín ''preces'', que se pronuncia ''prekes'') se denominaron ''precarium''. El carácter precario de los arreglos, basados sólo en la buena fe del poderoso, ponían al donante en relación de dependencia con aquél. El sistema se extendió luego a las clases menos pudientes, donde la protección del poderoso se obtenía a cambio de servicios personales del protegido. Como la relación se establecia cuando el débil aceptaba acatar (en latín ''cluere'') las órdenes del poderoso, el vínculo así establecido se denominó ''relación de clientela''.
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