Historia del sistema estatal argentino de ciencia y tecnología

La enciclopedia de ciencias y tecnologías en Argentina

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SECYT

Desde su creación en 1958 —durante la dictadura del general Pedro Eugenio Aramburu— hasta 1969 el CONICET fue el único organismo estatal de promoción de las ciencias y tecnologías, mayoritariamente centrado en las ciencias. En ese último año —durante la dictadura de la “Revolución Argentina”— se creó el primer organismo político del área, una Secretaría de Ciencia y Técnica (como se denominaba entonces a las tecnologías) dependiente de la Presidencia de la Nación. Este organismo continuó siendo el de máximo nivel del área, cambiando varias veces su nombre y su área de dependencia hasta el año 2003. Durante la presidencia 2003‑2007 de Néstor Kirchner, siendo Secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva el ingeniero Tulio Abel Del Bono, se dieron las bases de la planificación actualmente vigente, el Plan Estratégico Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación "Bicentenario" 2006-2010 (PEB).

Ley de Innovación Tecnológica

Un gran obstáculo histórico a la vinculación de los investigadores universitarios y del CONICET con la actividad productiva fue la imposibilidad de recibir y administrar directamente donaciones, subsidios y aportes de cualquier naturaleza. La razón es el manejo centralizado de fondos y el engorroso e ineficiente sistema administrativo de control previo de gastos que, sin evitar la corrupción de los funcionarios, causa enormes demoras desde la formulación del pedido hasta la disponibilidad final del bien. Este obstáculo fue removido con la sanción, en 1990, de la Ley 23.877 de Innovación Tecnológica . Esta ley regula el vínculo de los investigadores con las empresas a través de unidades de vinculación tecnológica (UVT), que pueden ser específicas para un solo proyecto o genéricas para todos los de una institución. En el caso del CONICET la UVT es la Fundación INNOVA-T , la primera de este tipo, creada en 1993 para la transferencia de tecnología y la asistencia técnica a empresas . En septiembre de 2009 estaban acreditadas 269 UVT por el actual ente de habilitación, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica La Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica fue creada por Decreto 1660/96 del presidente Carlos Saúl Menem en el contexto de una fuerte concentración del control financiero de todos los organismos del Estado y de desinterés por estas actividades (hubo al mismo tiempo una gran disminución del financiamiento al CONICET). A diferencia del CONICET, es un organismo desconcentrado cuyas autoridades son nombradas por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, del cual hoy depende, sin representación directa de los científicos, tecnólogos e instituciones del sector (como las universidades). Se desconocen sus pautas de evaluación ya que, a pesar de tener una unidad específica para ello , no ha explicitado ni los indicadores usados ni la forma de elección de los evaluadores de proyectos y hay denuncias de favoritismos en su otorgamiento.

Financia proyectos tendientes a mejorar las condiciones sociales, económicas y culturales del país en tres grandes áreas: Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCyT, que se superpone con la financiación del CONICET), el Fondo Tecnológico Argentino (FONTAR) y el Fondo Fiduciario de Promoción de la Industria del Software (FONSOFT). La Agencia administra un préstamo 980 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo para financiar la innovación científica y tecnológica del país. En el año 2007 el FONCYT otorgó unos 300 millones de pesos a unos 1200 proyectos , el FONTAR unos 170 millones a unos 440 proyectos y el FONSOFT unos 8 millones a unos 100 proyectos. No he podido encontrar publicado un listado de todos los proyectos apoyados ni una evaluación del resultado de las inversiones hechas según los resultados efectivamente obtenidos.

COFECYT

En 1997 se creó, en el ámbito de la entonces Secretaría de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Cultura y Educación, el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología (COFECYT) . El organismo coordina las acciones en ciencia y tecnología de todas las provincias argentinas y la ciudad autónoma de Buenos Aires. Con genuino sentido federal distribuye igualitariamente sus recursos entre todas las jurisdicciones, independientemente de su población o producción. En el año 2004 se creó, como apoyo al COFECYT, el Programa Nacional de Federalización de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (PROFECYT) , con resultados desconocidos.

Ministerios de Ciencia y Tecnología

A partir de la asunción del presidente 2003-2007 Néstor Kirchner, se dio por primera vez máximo nivel al área de ciencia y tecnología como Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. En diciembre de 2007, al asumir la presidente Cristina Fernández, se dio al sector estatus independiente como Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva . El hecho de hacerlo un ministerio separado del de Educación indica que no se considera importante la unificación de acciones, un grave error si las acciones de ciencia y tecnología deben estar dirigidas no sólo a todos los sectores sociales sino también a todas la edades. Planificación científica y tecnológica Por Decreto 1273/96 se creó, en el ámbito de la Jefatura de Gabinete de Ministros, el Gabinete Científico Tecnológico (GACTEC), que luego pasó a depender de la Secretaría de Ciencia y Tecnología, en cuya jurisdicción continuó a través de las diversas reestructuraciones ministeriales. Este organismo, integrado por ministros y otros funcionarios de alto rango, define las prioridades del Plan Nacional Plurianual de Ciencia y Tecnología, el monto a solicitar en la Finalidad Ciencia y Tecnología del Presupuesto Nacional, su reparto entre los diferentes organismos y la participación del sector en el Plan Nacional de Obras Públicas . En septiembre de 2001 la Ley 25.467 creó el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, fijando las responsabilidades del Estado, la estructura del sistema y las pautas para su financiamiento y evaluación, ratificando las funciones del GACTEC.

La planificación vigente en 2009, el Plan Estratégico Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación “Bicentenario” 2006-2010 (PEB) —incluyendo las bases que se habían elaborado previamente — tiene más de 561 páginas (no son accesibles a través de Internet el Anexo 2: Consulta sobre expectativas acerca de la investigación científica, tecnológica y la innovación en Argentina, el Anexo 3: Paneles estratégicos I y el Anexo 4: Paneles estratégicos II ) de difícil evaluación por la poca especificidad de sus planteos. El documento formula ambiciosos desafíos con la importancia de muchos de los cuales es imposible dejar de coincidir, aunque no siempre con su orden de prioridad. El problema principal es la insuficiente formulación de los medios necesarios para alcanzar las metas planteadas y de los indicadores elegidos para medir el grado de éxito. Por ejemplo, se plantea el desafío de acceder a una sociedad y a una economía basadas en el conocimiento (p. 11 del PEB) para alcanzar lo cual se pone como objetivo estratégico el aumento de la base científica y la capacidad tecnológica. Los indicadores elegidos son el porcentaje del PBI invertido en ciencia y tecnología y la cantidad de investigadores, pobres indicadores cuyas limitaciones ya se señalaron o se señalarán más adelante. La dinámica industria de maquinaria agrícola sólo se menciona por sus requerimientos informáticos, y no hay ninguna referencia al mayor problema sanitario del país, la citada enfermedad de Chagas – Mazza. No he podido encontrar pautas claras para la evaluación del impacto social de las acciones.

Fuentes

  • Solivérez, Carlos E.; Hacia un sistema nacional de ciencia y tecnología. En Quintar, Juan & Gabetta, Carlos (compiladores); Pensar la Nación: Conferencias del Bicentenario; Edit. Le Monde Diplomatique & Capital Intelectual; Ciudad de Buenos Aires; 2010; ISBN 9789876142298 (Quintar&Gabetta PN), pp.87 ‑103.
  • Hurtado, Diego; La ciencia argentina. Un proyecto inconcluso: 1930‑2000; Edit. EDHASA; Ciudad de Buenos Aires; 2010 (1ª edición); ISBN 9789876280853 (Hurtado CA).