Tecnologías como interfaz cuerpo - medio ambiente

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Un modo de explorar los impactos que generan es analizar las tecnologías como interfaz cuerpo - medio ambiente. Este punto de vista permite mejorar nuestra comprensión del modo en que las tecnologías modifican nuestra interacción con el resto del universo. Planteado en términos tan generales el tema es complejo porque incluye tanto las interacciones accesibles a nuestros sentidos como las inaccesibles (caso de todos los fenómenos que están fuera de nuestra capacidad de percepción); tanto a objetos inanimados como a organismos vivientes (especialmente las demás personas), tema cuyo estudio completo sería muy complejo. Como primera etapa de un estudio más abarcativo, el análisis se restringe aquí a las tecnologías como interfaz entre el cuerpo humano y el medio ambiente, excluyendo los fenómenos mentales y sociales, que requieren una discusión separada. Aunque en algunos casos es difícil cuantificar la dificultad, en las secciones que siguen se tratará de ir de lo más simple a lo más complejo.

Locomoción

Diagrama de un zapato de Ötzi.

La principal función de las piernas es la locomoción, aunque secundariamente pueden usarse para la aplicación destructiva de fuerza cuando se las usa para golpear. A diferencia de la mayoría de los primates, los seres humanos podemos caminar usando solo las piernas, lo que libera las manos con enormes consecuencias tecnológicas, la más simple de las cuales es el uso de útiles.

Los primeros humanos anduvieran descalzos, permitido por la capacidad de la planta del pie de generar tejido resistente (callos) capaz de proteger los tejidos blandos. Todavía hoy los miembros de algunas tribus africanas y amazónicas caminan descalzos por los terrenos de la sabana y la selva tropical. Para mejorar su función de locomoción, especialmente en terrenos rocosos con bordes afilados, los pies desnudos fueron protegidos con envoltorios de diversos materiales resistentes. Uno de los más usado fue el cuero, ejemplo del cual es el calzado de Ötzi, que tiene unos 5.300 años de antigüedad.

El calzado de cuero se usó durante miles de años y recién a partir del siglo XX comenzaron a usarse otros materiales. Primero fue el caucho, que permitió fabricar suelas más durables y elásticas que primero se usaron en calzado deportivo, generalizándose hoy al calzado de uso corriente. El caucho no se extendió también a la capellada (parte superior del calzado) porque es impermeable y no permite la salida de la transpiración normal del pie, menos de la abundante generada en actividades deportivas o de gran esfuerzo físico. En el último cuarto del siglo XX comenzaron a usarse materiales sintéticos porosos, tejido y no tejidos, más livianos y resistentes que el cuero (que es naturalmente poroso debido a los canales que surcan todo su espesor). El diseño, además, permite soportar bien los tobillos en terrenos desparejos donde un esguince es muy probable.

Zapatilla Nike Show Turbo VI iD.

Si el desarrollo de las interfases de locomoción hubiera terminado aquí, lo primero que podríamos decir es que la mayoría de las personas de hoy no tienen contacto directo con el suelo, que sus pies están protegidas con materiales que les permiten caminar con mayor seguridad, facilidad y comodidad por terrenos de todo tipo, incluyendo los mojados y muy desparejos. El cambio, sin embargo, va más lejos. Una nueva función que adquirió el calzado es evitar ensuciarse los pies y el acarreo de esa suciedad al interior de las viviendas. Nótese que el concepto de suciedad no corresponde aquí a materiales peligrosos o sin valor práctico, sino meramente al de sustancia indeseable en la vivienda. Cuando un niño llega hoy a su casa con las zapatillas embarradas, debe sacárselas en la puerta de la casa y lavarlas o hacerlas lavar de inmediato. El calzado se convirtió en un importante medio de evitar que materiales naturales del medio ambiente (la tierra o el barro o los restos orgánicos de cualquier tipo) penetren en la vivienda, hoy convertida en un ambiente totalmente artificial. Esto puede parcialmente justificarse por razones higiénicas (aunque muy pocos podrían detallar los peligros de salud que acarrea la suciedad), pero en el fondo tiene más que ver con lo que se considera un ambiente interior deseable, con una estética de vida.

Abrigo

En las praderas de su continente natal, África, la especie humana no tenía necesidad de vestimenta. Bastaba con su piel adaptada al clima cálido mediante la pérdida de pelo (que funciona como un aislante térmico) y el bloqueo de la dañina radiación ultravioleta por la melanina que da color oscuro a la piel. La necesidad surgió cuando los cambios climáticos o el agotamiento de los recursos naturales forzaron su emigración a otros continentes, de climas más fríos y a otros ambientes menos hospitalarios que la pradera. Los primeros abrigos, usados todavía por los selk'nam que poblaban el sur patagónico en tiempos de la conquista castellana, eran de cuero de animales. Estos cueros eran pesados y poco flexibles, lo que limitaba mucho los movimientos y desplazamientos. Se requería una protección de la piel que fuera más liviana y flexible, algo que era inexistente en la naturaleza. Se produjo entonces un sorprendente desarrollo tecnológico cuyo origen no ha sido nunca bien explicado: los tejidos de fibras animales y vegetales.