Asignación Universal por Hijo para Protección Social

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La Asignación Universal por Hijo para Protección Social, generalmente citada como Asignación Universal por Hijo (AUH), es un monto de dinero en efectivo que pueden cobrar mensualmente los desocupados, los monotributistas sociales y los trabajadores no registrados y de servicio doméstico cuyos salarios no excedan el mínimo, vital y móvil. El monto, establecido por el Decreto Nacional N° 1602/2009, se cobra por cada hijo menor de 18 años hasta un máximo de 5. Los padres perciben todos los meses el 80% del monto, y el resto se abona una vez al año luego de acreditar la escolaridad de los niños o adolescentes y el cumplimiento de todas vacunas obligatorias en el caso de los niños menores de 5 años. La cobertura es costeada por el ANSES, lo que ha sido criticado por haber fuentes alternativas, como impuestos a las actividades financieras y a las ganancias extraordinarias, que no afectarían los ingresos de los jubilados.


Historia

La propuesta de establecimiento de una asignación mensual por hijo para todos los trabajadores (por ley los trabajadores registrados deben recibir de sus empleadores sumas deneminadas asignaciones familiares) fue hecha por la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y el Frente Nacional contra la Pobreza, a fines de la década de 1990, para combatir los altos índices de pobreza que había entonces en el país. El monto propuesto en ese momento fue de $380 por hijo.[1] Su implantación en noviembre de 2010 por la presidente Cristina Fernández fue vista con agrado por todos los partidos políticos, aunque algunos criticaron que los fondos fueran tomados de los aportes jubilatorios. El monto originalmente establecido en noviembre de 2009 fue de $180, que en septiembre de 2010 fue aumentado a $220.

Un años después de su puesta en práctica, el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), coordinado por Eduardo Basualdo, estudió el efecto de la AUH sobre los índices de pobreza por ellos calculados. Aunque el valor absoluto de estos índices difiere mucho de los del INDEC (los primeros son aproximadamente el doble que los segundos), ambos índices dan reducciones significativas de la pobreza e indigencia en el país.

Fuentes

Cobertura

Según datos del Ministerio de Economía de la Nación, en febrero de 2009 recibían el beneficio unos 3.400.000 niños y adolescentes, menores de 18 años. Uno de los aspectos más beneficiosos del sistema implantado es que los mismos fueron provistos por el ANSES de una Libreta Nacional de Seguridad Social, Salud y Educación, donde deben registrarse los controles médicos, los esquemas de vacunación, la inscripción al Plan Nacer en el caso de los menores de 5 años y la asistencia a la escuela. Se espera que ésto tenga un efecto positivo en la mejora de la educación y la salud de uno los sectores más desprotegidos de la sociedad.

Fuentes generales